de

del

Rafael Robles de Benito
Foto: Victor Ruiz/ REUTERS
La Jornada Maya

Los flamencos rosas del Caribe son parte consubstancial del paisaje costero de Yucatán. Paradójicamente elegantes y desgarbados, adornan los humedales costeros a lo largo de todo el año, aunque su distribución varía según la temporada: en invierno se concentran más hacia el poniente, en la Ría de Celestún; después se desperdigan por todas las ciénegas y lagunas costeras de la costa norte de la península, y durante el verano se concentran para reproducirse en la Ría Lagartos, al oriente de la entidad.

Mal que bien, quienes visitamos con frecuencia las playas del estado sabemos cuando menos esto acerca de los carismáticos flamencos; y quien más, quien menos, los ve por todo el país, como uno de los atractivos turísticos más conspicuos de Yucatán. Pero los flamencos son también otras cosas: más allá del goce de verlos volar, o la diversión de admirar sus agregaciones por las lagunas costeras de la entidad, tenerlos entre nosotros significa la responsabilidad de convivir con un indicador muy sensible, vulnerable y frágil, que puede servirnos a todos quienes tenemos algo que ver con la región del golfo y el Gran Caribe, para saber qué tan ominoso resulta el avance del proceso de cambio climático que las actividades humanas han generado.

Los flamencos, estos mismos que adornan nuestra cotidianidad, comparten territorio y amenazas, con los demás que habitan humedales de ocho países de la de la región, tanto insulares como continentales. Conforman, pues, una “metapoblación”, una suerte de conglomerado de poblaciones, entre las que los individuos migran, e intercambian genes (se reproducen unos con otros). Entre las naciones donde habitan flamencos rosas, destacan México y Cuba, países donde se encuentran las colonias reproductoras más grandes. Ya se han reportado flamencos anillados en nuestro país, que aparecen entre los de Cuba, y esto no nos debe sorprender: un flamenco vuela a unos sesenta kilómetros por hora, y la costa de Yucatán no dista más de doscientas millas del litoral cubano. Así, un flamenco puede viajar de aquí a la isla en poco más de seis horas, lo que no es una hazaña demasiado extraordinaria.

Hasta hace dos años, la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas, en las Reservas de la Biosfera Ría Celestún y Ría Lagartos, trabajaba de la mano con una organización no gubernamental, Niños y Crías, A. C., con esta perspectiva en mente; y en concierto con el gobierno de la República de Cuba, encabezaban un ambicioso proyecto, dirigido construir una estrategia multinacional de conservación del flamenco rosa del Caribe, que además serviría para evaluar los impactos del cambio climático global en los humedales de los países participantes, varios de ellos naciones insulares pequeñas, que por tanto resultan particularmente vulnerables. Por razones que no alcanzo a comprender, estos esfuerzos parecen haberse abandonado. Un botón más de muestra de que las cosas relativas a la conservación del patrimonio natural nacional no marchan bien.

[email protected]

Mérida, Yucatán
Martes 28 de junio, 2016


Lo más reciente

¿EU y China dominarán el medallero olímpico? Estas son las predicciones para París 2024

La proyección de preseas para Estados Unidos es de 123 en total, incluidas 39 de oro

Ap

¿EU y China dominarán el medallero olímpico? Estas son las predicciones para París 2024

Miles de personas evacuadas en Indonesia por erupción de volcán que desató alerta de tsunami

La actividad del monte Ruang obligó a cerrar el aeropuerto internacional Sam Ratulangi

Afp

Miles de personas evacuadas en Indonesia por erupción de volcán que desató alerta de tsunami

Los Pumas quieren vencer al América para seguir siendo dueños de su destino

Los felinos tienen 23 puntos y se ubican en el noveno puesto

Ap

Los Pumas quieren vencer al América para seguir siendo dueños de su destino

Otorgan distintivo morado al Tribunal Electoral de Campeche

El reconocimiento es por sumarse a las acciones para erradicar la violencia de género

La Jornada Maya

Otorgan distintivo morado al Tribunal Electoral de Campeche