El paraíso tiene serios problemas

Fabrizio León Diez
Foto: Comunicación de Quintana Roo
La Jornada Maya

Cancún, Quintana Roo
Lunes 13 de febrero, 2017

Lo que urge es un hospital psiquiátrico, le dijo al gobernador una mujer vestida de negro, que contrastaba en medio de las blancas guayaberas masculinas.

“Señor, no lo digo sólo por mí que estoy enferma y llevo 5 intentos de suicidio; sufro de una tremenda depresión. Lo digo por todos y el problema es mayor, porque no sólo no hay donde internarse, tampoco hay medicinas”, denunció la paciente, en el centro de la Universidad del Caribe, en Cancún.

Eran las 13.50 horas del viernes 10 de febrero y Carlos Joaquín, el gobernador de Quintana Roo, terminaba la presentación del Plan Estatal de Desarrollo, para abrir el diálogo en un una reunión que debería ser normal, pero tratándose de la sociedad cancunense resultó inédita, ya que nadie recuerda algo parecido en una acción de gobierno, presidida por el gobernador.

El diagnóstico del gobierno es tan grave que no sólo necesita con urgencia un hospital para tratar las enfermedades mentales de una población que vive en el filo del lujo y la pobreza, con elevados índices de suicidio; también necesita otro hospital que cure a las decenas de niños con cáncer.

En el norte de Quintana Roo no hay centros de oncología que realicen tratamientos a esos niños, por lo que deben trasladarse durante horas a Mérida o Chetumal, para buscar combatir la enfermedad, según lo señala Yusi Dzib Echeverría, presidente de la Fundación Aitana. “Si un niño se pone mal, no hay quien lo atienda ni en Cancún, ni en Cozumel, ni en Playa del Carmen; no hay especialistas para atender este tipo de casos”, lamenta.

La sensatez tiene sus límites. El gobernador volteó a ver a los miembros de su gabinete, apostados a su diestra y les dirigió una afilada mirada, que pareció una indicación o clave de una conversación interrumpida. Juan Vergara, el secretario de Finanzas, al toque, se puso a arrastrar el lápiz y asintió ante esa mirada de águila.

El paraíso tiene serios problemas: 40 mil de sus niños no tienen acceso a la educación, cientos de sus escuelas no tienen agua; la obesidad en infantes ocupa el primer lugar en el mundo y tiene el lugar 27 en mortalidad infantil. Los padres de esos niños tienen más de 45 años y no tienen empleo; es probable que no lo encuentren y es por eso que el 50 por ciento de la población en Quintana Roo, trabaja en la informalidad.

El gobernador volvió la mirada a su gabinete y encontró otra vez a Juan Vergara, que sin sonreír, retornaba a escribir en su libreta negra; parecía hacer cuentas.

Seguía la evaluación de una región en la que durante años su gobierno nunca ejerció el presupuesto en lo que debía, la riqueza de los recursos naturales contrasta con las carencias de la gente. En Quintana Roo hay empleo; sin embargo, el 36 por ciento de la población es pobre. Pocos ganan mucho y muchos ganan poco.

[b]Muchos vicios y no es barato[/b]

“Recibimos un estado líder mundial en turismo, pero que ocupa el último lugar en eficiencia regulatoria. Nuestra economía se concentra en el turismo pero no podemos seguir sobreexplotando de manera irresponsable las bellezas naturales de nuestra entidad, por intereses económicos particulares”, afirmó el mandatario.

El gobierno anterior era opaco y poco profesional. El ejemplo más atroz, luego del económico, es la seguridad; el estado ocupó el penúltimo lugar a nivel nacional, por eso “nos pusieron en predicamento” hace unas semanas, cuando atacaron la Fiscalía y horas después sucedieron los asesinatos en Playa del Carmen, confesó Joaquín González.

“Muchos vicios; todos sabíamos lo que se estaba dando, en círculos cerrados lo hablamos. Hay una descomposición rápida y feroz y por eso hay que limpiar y remover. No hay pactos, no hay negociaciones con nadie”.

Basados en trabajos de inteligencia, prevención del delito y la incorporación de tecnología, vamos a poner cámaras en todos los rincones de Quintana Roo. Barato no es, pero lo estamos haciendo”, y volvía a ver a Juan Vergara.

[b]Nos fue muy bien en el presupuesto[/b]

Fueron las mujeres las que mejor hablaron, cuando se abrió la ronda de preguntas. Mientras los hombres aplaudían y felicitaban al gobernador por sus agallas y compromiso, ellas le reclamaban y recordaban lo prometido en campaña. Lo cuestionaban sobre el papel de las asociaciones civiles, en los planes para vincularse con una parte de la sociedad “a la que ustedes no pueden llegar”, afirmaban.

Salvo la diputada Luz María Beristáin que lo colmó de elogios, tal vez innecesarios, si interpretamos la actitud de gobernador, un poco incómodo a los halagos con ese estruendo.

No obstante su líder les agradeció el trabajo que hicieron en el Legislativo ya que “nos fue muy bien en el presupuesto”, con la autorización de 2 mil 400 millones de pesos y el refinanciamiento de la deuda. También reconoció al anfitrión, Tirso Ordaz Coral, rector de la Universidad del Caribe.

Un hombre de campo y presidente del comisariado ejidal de Leona Vicario alza la mano y pide la palabra. En nuestro pueblito, dice, queremos que nuestros niños estudien y no se vayan, necesitamos una universidad. Nosotros ponemos el terreno. Le aplauden.

Un ex militar le propone un plan de seguridad civil, que no comprometa a las policías oficiales. “Los ciudadanos pueden hacer todo lo que no esté prohibido por la ley”. Los jefes militares levantaron la ceja y recordaron el principio de las autodefensas. Silencio.

Otro ciudadano mayor de edad se lamenta de que los medios sólo publiquen las desgracias y propone que Cancún aplique la máxima de Las Vegas: lo que pasa en Cancún, se queda en Cancún. Murmullos.

Una joven lo refuta y reflexiona que por esa actitud se ha llegado a los niveles de desinformación. Tensión. El gobernador la hace de mediador y señala que la libertad de expresión tiene que ir de un lado a otro. Por eso estamos aquí, “él también tiene derecho a decirlo”.

Adriana Varillas lo cuestiona: ¿hasta dónde las ambiciones políticas o intereses personales de los integrantes de su gabinete pueden frenar el avance del plan? El gobernador se voltea a verlos y les pregunta “A ver ¿quién alza la mano?”, y sólo Juan Vergara quiere contestar, pero su jefe no le da la palabra. “Se los dije el día que los nombré; primero los resultados, quien no sea capaz, se va. Y si no se los había dicho, ya lo dije”. Y con su gesto revela que el gobernador está de buen humor.

¿Y como saber si los presidentes municipales harán caso y habrá transparencia?, se le inquiere. Y ahora el titular del ejecutivo se vuelve a los presidentes municipales. “Tienen que presentar su plan y los vigilaremos”, afirma y observa a Eduardo Martínez Arcila, quien está sentado en primera fila de la zona de alcaldes, aunque es el líder del Congreso y tal vez el eslabón con ellos.

Empieza a dar por terminada la reunión. “¿Cómo los engaño a todos?, ya no se puede, la población no resiste la falta de transparencia. El 5 de junio quedó clarísimo”, ratifica quien fue elegido ese día de 2016.
Culmina el encuentro y como las abejas que rodean su colmena, decenas de invitados lo hacen con Carlos Joaquín. Su hijo Miguel lo observa desde el centro de los atriles y con la mirada lo sigue. Su padre recibe documentos, saludos y abrazos.

[b]La libreta de Juan Vergara[/b]

¿Todo es dinero Juan?, le pregunto al secretario de Finanzas. Todo es dinero y estar cercano, contesta. Mira, y muestra sus apuntes de la página par, que ordenadamente registra cantidades en millones de pesos, con ceros perfectos.

“Esto es lo que se necesita, esto es lo que hay y esto es la clave de todo. ¿Y sabes como se llama?; ahorro. Tengo la instrucción de Carlos de que todo el ahorro se vaya a salud y educación y no es poco. Millones de pesos. Y así con todo”, sentencia mientras cierra la libreta negra.

- Hablemos de dinero secretario. ¿Cómo ahorras?

-Muy fácil. En lugar de comprar botellas de agua que te las vendían en 60 pesos, compras esta de 6. Mientras vuelve a su libreta, donde apuntó las cifras que interpretaron las claves de las miradas que el gobernador le lanzaba, durante las casi tres horas en que de manera sensata y cercana, expuso su plan sexenal. “Ahora hay que ser capaces y hacerlo”, concluyó.