La gran simulación educativa

Óscar Muñoz
Foto: Rodrigo Díaz Guzmán
La Jornada Maya

Viernes 24 de marzo, 2017


Con la pretensión de impulsar el aprendizaje de los niños de México, fue presentado el nuevo modelo educativo del país.

Si bien se señala que a partir de ahora se impulsará una nueva manera de aprender sin la acumulación de información, apostándole a la visión de aprender a aprender, no se indica cómo hacerlo. En su lugar, se señala que el magisterio en funciones tendría la responsabilidad de seleccionar los contenidos educativos y las estrategias de aprendizaje.

Se ha indicado que los maestros serán capacitados para poder actuar de acuerdo con los dictados del nuevo modelo educativo, pero la formación que llevan encima, no sólo por la preparación adquirida en las escuelas normales, sino por los años de servicio que tienen, les impedirá aplicar inmediatamente este nuevo plan. ¿Y mientras tanto, seguirán usando las formas actuales de la enseñanza-aprendizaje? ¿Cómo es posible que, luego de que en tiempos recientes los maestros han sido tratados punitivamente, ahora sean vistos como agentes fundamentales para la aplicación del nuevo modelo educativo?

El nuevo modelo prioriza el aprendizaje del lenguaje y las matemáticas, lo que no es nada nuevo, ya que siempre han sido asignaturas prioritarias. Aunque es sabido por todos que estas asignaturas son evaluadas por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) mediante la prueba del Programa Internacional de Evaluación de los Alumnos (PISA), lo que lleva a pensar que importa más que el país obtenga mejores resultados en esta evaluación internacional que un genuino interés porque la población escolar obtenga una mejor formación en estas áreas.

Parece que no importan las demás asignaturas de formación humana, como la educación artística y cultural, o la formación científica-tecnológica.

En el nuevo modelo ha sido priorizado el “aprender a aprender”, enfoque educativo que data de los años setenta, en lugar de acumular información. ¿Cómo se pueden procesar los contenidos durante el aprendizaje si la información no es importante? ¿Cómo harán los alumnos para desarrollar estructuras mentales durante sus aprendizajes sin contenidos, sin información? Es a través de la información y la experiencia que es posible generar aprendizaje. No hay aprendizajes abstractos.

Los maestros de grupo tendrán la responsabilidad de seleccionar contenidos y desarrollar estrategias didácticas para dirigir a sus alumnos, luego de que la Secretaría de Educación Pública (Sep) ha denostado al magisterio y los ha hecho responsables del “fracaso educativo”.

De acuerdo con lo establecido en el nuevo modelo educativo, habrá una supuesta autonomía de gestión, que orilla a que sean las escuelas las que obtengan por su cuenta los recursos necesarios para la operación del currículo que hayan integrado específicamente para cada plantel escolar. Es decir, la SEP no aportará los recursos económicos para la operación educativa. ¿Y, aún así, el secretario de Educación asegura calidad educativa, plantilla completa de docentes y amplia cobertura escolar? ¿Sin recursos, sin apoyos económicos, materiales ni humanos?

Habrá que señalar una contradicción más en este plan: para que todos los niños tengan oportunidad de desarrollarse en la escuela sin importar su género, origen, contexto o discapacidad, serán deshechos los “nudos de desigualdad”, de modo que la equidad y la inclusión serán principios transversales del modelo. Pero ¿cómo harán los docentes y los directores escolares, las organizaciones de padres de familia y las autoridades municipales o estatales para equipar aquellas escuelas con sistemas especiales para niños con discapacidades motrices, por ejemplo? ¿Qué tendrían que hacer los responsables escolares para el caso de que hubiese alumnos con discapacidades cognitivas? ¿Dónde quedaron las escuelas de educación especial?

Una primera conclusión es que el modelo educativo representa una gran simulación y no una gran “revolución educativa”.