Educar para hacer ciudadanía

Óscar Muñoz
Foto: Rodrigo Díaz Guzmán
La Jornada Maya

Miércoles 28 de junio, 2017


El lema con el que se ha querido identificar el Nuevo Modelo Educativo de la Secretaría de Educación Pública (SEP), es un auténtico galimatías. Quizá se pretendió emparentar la frase con aquellas disciplinas de la dimensión científica; como la metalingüística (la relación entre la lengua y otros lenguajes culturales) o la metafísica (la relación del ser humano con sus características más profundas).

¿”Aprender a aprender” está en el ámbito del Metaaprendizaje? Si éste fuera el significado, entonces implicaría necesariamente la autoevaluación, proceso que representa la esencia del Metaaprendizaje, pero que no aparece por ninguna parte como fundamento básico del Nuevo Modelo Educativo que tanto se ha publicitado.

Suponiendo que así fuera, vale preguntar: ¿cómo es posible orientar a los alumnos de primaria por la vía de la autoevaluación si, para empezar, la SEP misma no ha logrado convencer a nadie de su sistema evaluatorio, que aplica tanto a los docentes como el que ejecuta para los alumnos? ¿Importa verdaderamente la autoevaluación, más que el aprendizaje a secas; es decir, sin otros aspectos que lo acompañen?

Realmente no se sabe si la confusión nació durante la propuesta misma del Nuevo Modelo Educativo de la SEP o en el área de publicidad. De cualquier modo el lema es incongruente; pues los niños aprenden de cualquier forma: con maestro, sin maestro o a pesar del maestro. Los niños son aprendices por naturaleza; por ejemplo, cuando la mamá de un niño de tres años le pregunta a su hijo qué es lo que hace y él le contesta “jugo”, no quiere decir que hace jugo de alguna fruta sino “juego”. Este niño ha aprendido muy bien la estructura morfológica de la conjugación del verbo jugar en el modo y el tiempo justos. Se ha dado cuenta que el lexema jug– es la raíz del verbo y el gramema –o corresponde al modo indicativo, el tiempo presente y la primera persona del singular (yo). Claro, no lo sabe en los términos teóricos de la lingüística, sino en la práctica cotidiana de la comunicación. Tal vez a nosotros los adultos nos parezca incorrecto, pero estrictamente es perfecto, como en el caso de los verbos regulares: amo (am-o), como (com-o), etc. Lo que aún no sabe es que existen verbos irregulares que no se conjugan como los demás.

Sin embargo, si se analiza el trasfondo del concepto “aprender a aprender”, es posible identificar que pertenece al enfoque de la educación por competencias, la línea que determinó el sistema educativo de la administración federal anterior. De acuerdo con este enfoque, “aprender a aprender” supone disponer de habilidades para iniciarse en el aprendizaje y ser capaz de continuar aprendiendo de manera cada vez más eficaz y autónoma, de acuerdo a los propios objetivos y necesidades.

Hay que recordar que educar por competencias significa preparar trabajadores que tengan que aprender por su cuenta para mantenerse actualizados y ajustarse siempre a las necesidades laborales, pero no para formar ciudadanos.

De acuerdo con lo que Fernando Savater ha indicado: “educar para formar ciudadanos significa también formar gobernantes. Todos los ciudadanos son gobernantes, aunque deleguen en sus representantes ese poder de gobernar”; seguramente es lo que menos les interesa a las autoridades educativas.

Y porque es mucho más relevante formar ciudadanos que trabajadores es que desde hace tiempo las distintas administraciones públicas han inhibido un sistema educativo diseñado para crear ciudadanía, una ciudadanía que cuestione a sus gobernantes y les exija lo que más convenga a la sociedad.