La versatilidad enriquece, es lo que me ha hecho fuerte

Juan Manuel Contreras
La Jornada Maya

Mérida, Yucatán
Miércoles 19 de julio, 2018


[i]Oriundo de Mérida, Robbin Blanco es un músico nato. Comenzó sus estudios de guitarra eléctrica con el maestro Lorenzo Esquivel y en guitarra clásica con Ricardo Vega y Miguel Uc, en el Centro de Música “José Jacinto Cuevas”. Su versatilidad para desenvolverse en los ritmos más diversos lo ha llevado a escenarios de todo el globo.[/i]


Robbin ofrecerá un concierto en el que compartirá escenario con Alejandro Marcovich, ex guitarrista de Caifanes, en Taxco, Guerrero; en visita a la redacción de [i]La Jornada Maya,[/i] el intérprete platicó sobre su vasta carrera, así como de su visión de la música y la escena musical de Mérida.

[b]¿Qué hay que saber de Robbin Blanco?[/b]
Mi gusto por la música comenzó a los 14 años de forma autodidacta, posteriormente me inscribí a clases particulares y considero que mi amor por la música siempre ha sido muy honesto. Comencé tocando en la secundaria, luego de aprender un poco más, me abrí paso por los bares de Mérida que estaban de moda a mediados de los años 90, y eso fue lo que me llevó a hacer música formalmente, por lo que emigré a la Ciudad de México.

He participado en concursos de guitarra clásica y trabajado con varios artistas pop; hice una maestría en Quebec, en donde viví 10 años. Ahora estoy de regreso, vivo en la Ciudad de México, en donde ejerzo la docencia en Bellas Artes.

[b]¿Cómo se hace música honestamente?[/b]
Haciendo lo que te gusta, uno tiene que hacer lo que le gusta. Cuando inicié en la guitarra acababa de salir el álbum Unplugged, de Nirvana. Me gustaba tocar esa música porque era lo que escuchaba y lo que más me apasionaba. Años después incursioné en la guitarra clásica y aprendí de otros compositores, lo que me llevó a tocar esa música también, es decir, honestamente significa que hagas lo que más te gusta.

[b]¿Hubo un parteaguas en tu pasión por la música? ¿Recuerdas tu primer encuentro?[/b]
Un parteaguas como tal, no. Comencé viendo a otros amigos en la secundaria, fue así que mi madre me dijo que quería que tocara algunos boleros, cosa que en ese tiempo no pude hacer, pero me ayudó a incursionar en la música de una manera más formal. El parteaguas podría ser mi madre que me dio la guitarra como una especie de motivación y fue de ahí que le tomé el gusto y fue algo mágico.

La primera vez que agarré una guitarra sentí una conexión directa. La tomé, toqué las cuerdas y pude sentir que con ciertos movimientos de mis dedos podía crear melodías muy bonitas. Para mí eso significó tanto que me hice una promesa: nunca quiero dejar de aprender a tocar un instrumento, y hasta el día de hoy sigo buscando aprender más, incursionar en otros estilos.

[b]¿Compones?[/b]
Compongo. Tengo un disco en iTunes, en donde se pueden escuchar mis canciones. Actualmente estoy componiendo piezas para guitarra clásica, al igual que duetos de guitarras, un poco de todo.

[b]¿Cómo es el proceso creativo?[/b]
Cada quien tiene sus propios procesos. El mío es empírico; tomo la guitarra, improviso y a partir de ahí creo cosas, es decir, si me gustan las repito y voy armando los acordes como si se tratara de un rompecabezas.

[b]¿Tienes algún mentor?[/b]
Tengo muchos, los mejores han sido mis propios amigos, compañeros de batallas, y mis colegas. He tenido la fortuna de estar con amigos que se desenvuelven en muchos estilos de música y con ellos he aprendido mucho.

[b]Los géneros en los que te desenvuelves, son bastantes.[/b]
Sí, empecé con covers de rock, de ahí entré de lleno a la guitarra clásica y me encontré con un mundo completamente diferente, pues uno tiene que aprender a tocar música barroca del siglo XVII, romántica, clásica, contemporánea; es otro lenguaje.

Luego incursioné en el pop, colaborando con artistas que fueron famosos en los años 80, como Amanda Miguel, Mónica Naranjo; recientemente con Alejandra Guzmán. También estuve una época en el tango, en Buenos Aires. Busco ir de estilo en estilo y no tener límites, para aprender un poco de cada uno de los géneros que ejecuto.

[b]¿Qué te ha dejado esta versatilidad?[/b]
Todo. Al principio me daba miedo hacerlo, pues en el ámbito musical existe cierto tabú por dividir los géneros. Yo pienso que la versatilidad enriquece, primero sentía un poco de preocupación, pero luego me di cuenta que eso es lo que me ha hecho más fuerte, pues se puede aprender algo de cada estilo.

[b]¿Cómo ha cambiado la música tu vida?[/b]
La música es una forma de vida y ha cambiado la mía. Sobre todo siendo un chico de provincia que sueña con ser músico, la música es algo tan interno, es como si mi guitarra fuera mi tercer brazo, es una extensión de mí. Cambia todo porque vives para eso, respiras eso todo el tiempo. Lo representas en todos los ámbitos.

[b]¿Cómo es la experiencia de escuchar a Robbie Blanco en vivo?[/b]
Depende del concierto. Siempre busco poder transmitir emociones. Trato que, toque lo que toque, la gente se quede con algo; una emoción, una idea, una historia, un sonido; algo que se identifique. El público es la tercera parte de un triángulo compuesto entre compositor, intérprete y el público, que forman una mancuerna muy potente. Si el público no se siente conectado, no se cumple el objetivo de hacer música.

[b]La fama, ¿qué opinas de ella?[/b]
Hay gente que busca eso, y no nada más en el ámbito musical, sobre todo a últimas fechas que se ha puesto de moda los millenials, influencers y youtubers. Hay mucha gente que hace lo que sea por tener fama, yo creo que las cosas no deberían ser así; es un camino incompleto. Cuando hay algo que amas hacer, si está acompañado de fama, reconocimiento o respeto, pues qué bien, pero no puedes tener eso si no tienes nada sustancial para mostrar.

[b]¿Cómo percibes el papel que están desempeñando las nuevas tecnologías en la formación de nuevos músicos y la difusión de sus producciones?[/b]
Es una espada de dos filos. Es algo muy bueno pero eventualmente puede cortar, es peligroso en medida de cómo se use. Si se abusa de eso, se corre el riesgo de convertirse en un músico que sólo toque en su cuarto para mostrarlo a la gente vía Internet, pero si no se tiene la parte de tocar en vivo, es decir, ese contacto con la gente, el músico se está limitando.

[b]¿Un diagnóstico de la escena musical en Mérida?[/b]
En los años que viví aquí había mucho movimiento en bares, pero ya iba un poco en declive, durante los años siguientes me desconecté. Posteriormente surgieron varias opciones, como la Escuela Superior de Artes de Yucatán, la Jacinto Cuevas, es decir, escuelas de preparación más formal.

Es así como se han enriquecido otros estilos de música, como la clásica, con la emergencia de la Orquesta Sinfónica de Yucatán, grupos de cámara, empezó a llegar gente más preparada a dar clases. Se transformó; es una escena que sigue viva, en Mérida hay gente muy talentosa. Quedarse en Mérida ya es una opción para los músicos.

[b]Platícame acerca del concierto en el que compartirás escenario con Alejandro Marcovich.[/b]
Es un concierto programado para el viernes 28 de julio, en el Festival de Guitarra de Taxco, en Guerrero, que que celebrará su vigésimo aniversario. El director artístico es Juan Carlos Laguna, que es un excelente maestro y junto con Rosario Cambray organizan este festival cada año.

Yo tuve la fortuna de participar hace años en el concurso que antecede al concierto, y eso me abrió muchas puertas en el mundo de la guitarra clásica, debido a la importancia del festival, fue así como me contactaron para participar este año en el concierto de clausura, en compañía de Alejandro Marcovich, cofundador de los míticos Caifanes.

[b]¿Qué piensas de Marcovich?[/b]
Crecí en los 90, ¿qué te puedo decir? Lo escuché y me gustó. Me gusta su originalidad, es decir, uno al escucharlo lo identifica automáticamente. Lograr eso en guitarra es un gran reto. Yo crecí escuchándolo, cuando tenía 14 años acababa de salir El Nervio del Volcán, y en aquel entonces no habían guitarristas con propuestas similares. Siento mucho respeto y admiración hacia él.

[b]¿Algún mensaje para quien se quiera dedicar a la música?[/b]
Es un camino largo pero muy bonito y que vale la pena. Uno tiene que vivir por lo que le gusta.