AMLO, en camino al poder

Normando Medina Castro
Foto: Raúl Angulo Hernández
La Jornada Maya

Jueves 20 de julio, 2017

La búsqueda de un paladín, un campeón que marche a la cabeza y represente al sistema político mexicano, a medida que transcurren los días, se torna más desesperada para los principales partidos políticos del país que ven como su enemigo a vencer al persistente candidato a la presidencia de México, Andrés Manuel López Obrador, quien marcha en caballo de hacienda para contender una vez más por la primera magistratura del país, esta ocasión, bajo las siglas de un partido que él creó y fundó, Movimiento de Regeneración Nacional (Morena).

Si sólo podría vencer al político tabasqueño una alianza, ¿quién podría encabezarla? ¿quién podría ser bien visto por las cúpulas, apoyado por militantes del PRI, PAN y PRD y , además, contar con la simpatía y el voto de los ciudadanos que no militan ningún partido político? La verdad eso es sumamente complicado.

Para comenzar, una alianza que incluya al PRI sería rechazada de facto por panistas y perredistas, aún en caso de que sus dirigencias acordaran ir juntos. Las alianzas antes de que los opositores del PRI probaran las mieles del poder y de convertirse en parte de un sistema político que ya hizo crisis, todas eran para sacar al tricolor en los tres niveles de gobierno: federal, estatal y municipal.

El descomunal poder del PRI le permitía hasta “inventar” opositores a quienes les daban regidurías, diputaciones, senadurías, todas de representación proporcional. Para vencer al monstruo había que aliarse, unirse, hacer causa común. Fue una estrategia de causas superiores, el monstruo priísta dejó de ser invencible, la democracia en México tuvo un avance y la oposición al PRI ganó muchos cargos de elección popular.

El PAN y el PRD accedieron al gobierno. El Partido Acción Nacional (PAN) asumió la presidencia de México, por primera vez, con Vicente Fox y el siguiente sexenio se mantuvo en el gobierno del país con Felipe Calderón. Todos los mexicanos soñamos con la alternancia y la democracia; no obstante, nuestras acciones fueron muy inferiores a nuestros sueños y permitimos que persistieran las mismas prácticas del PRI, aún cuando ya no gobernaba; todos tenemos responsabilidad en eso. Entre la desilusión, el fracaso y la frustración nos vendieron la “necesidad” de que regresara el PRI al poder. Nos dijeron, hasta la saciedad, que era un nuevo PRI, entonces ganó la presidencia, por amplio margen, Enrique Peña Nieto.

Los resultados los padecemos cada día, los escándalos de corrupción parecen una cadena interminable. Ahora el PRI quiere quitar candados de sus estatutos para postular como su candidato a alguien sin militancia partidista. Quieren vender como candidato ciudadano a José Antonio Meade, actual secretario de Hacienda y afín al peñismo de Luis Videgaray, su antecesor en Hacienda y actual canciller mexicano, y de Enrique Ochoa Reza, presidente del PRI nacional.

Faltan pocos días para la XXII Asamblea Nacional del tricolor y seguramente allí se definirán los perfiles de su abanderado o, incluso, podría revelarse abiertamente quién será su campeón defensor del sistema político mexicano.

El retiro de 10 camiones de la empresa concesionaria del transporte urbano de Chetumal, es un hecho que merece el análisis de las autoridades estatales y municipales. La empresa camionera argumentó que su operación no era rentable por la fuerte competencia del sindicato de taxistas.

El gobierno municipal concesiona y traza las rutas de los autobuses del transporte urbano. En tanto, el gobierno estatal, a través de la Sintra, regula y concesiona la operación de los taxis. Por su parte, los sindicatos de taxistas operan unidades sin ruta definida en su mayoría y otras, las llamadas combis, con rutas establecidas.

Es cierto que los sindicatos de taxistas son muy fuertes, pero también lo es que sus unidades, las que no tienen ruta definida, aún con pasajeros se detienen en cualquier parte y suben más personas ajenas a quien originalmente les solicitó el servicio, mientras que las combis no respetan su capacidad de carga. Existen demasiadas unidades y la competencia entre los mismos taxistas es muy fuerte. El clientelismo dominó las relaciones gobierno del Estado-sindicatos de taxistas en el pasado priísta de Quintana Roo. Ahora debe prevalecer el bien común.

Con la visita de López Obrador a Quintana Roo el pasado 2 de julio y la firma del “Acuerdo Político por la Unidad, por la Prosperidad del Pueblo y del Renacimiento de México”, en el parque las Palapas de Cancún, se aceleró la actividad política en todos los demás partidos políticos. El sur de Quintana Roo y, muy en especial, el municipio Othón P. Blanco y la ciudad de Chetumal, fueron fundamentales para el triunfo del contador Carlos Joaquín González con la alianza PAN-PRD para asumir la gubernatura.

En la contienda electoral de 2018 en la que se elegirán también presidentes municipales se vislumbran elecciones muy competidas, en todos los municipios, ante la innegable fortaleza lopezobradorista que ha hecho que AMLO gane Quintana Roo en las elecciones en las que ha participado.

Hasta la próxima.

[i]Chetumal, Quintana Roo[/i]
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