Carlos Águila Arreola
Foto tomada de http://www.mexiconservacion.org/
La Jornada Maya
Cancún, Quintana Roo
Miércoles 6 de septiembre, 2017
El alcalde Remberto Estrada Barba otorgó la licencia de construcción al hotel Riu Riviera Cancún en forma irresponsable e inconcebible porque nunca consultó, entre otras cosas, si hay o no la capacidad para dotar de agua potable al proyecto, e inyectar sus aguas negras a la red de la Comisión de Agua Potable y Alcantarillado (CAPA); al mismo tiempo, un juzgado de distrito ordenó la suspensión provisional del acelerado desmonte en el lugar.
[b]Dimensiones[/b]
El proyecto, de 530 habitaciones y una inversión de 95.6 millones de dólares, sería de un sólo cuerpo en forma de “L” alargada, de 16 niveles, incluyendo un miniclub, dos bares acuáticos, un par de vestidores, toallero con caseta de animación y áreas abiertas y verdes, cuatro albercas, asoleadero, plaza, escaleras, rampa de madera y banquetas.
Todo estaría dentro de un predio en el kilómetro 21.5 del bulevar Kukulcán, en la tercera sección de la Zona Hotelera, en una superficie total de 20 mil 929.45 metros cuadrados (2.9 hectáreas), de los que el proyecto ocuparía 19 mil 654.22, y los mil 275.23 m2 restantes a la zona federal marítimo terrestre (Zofemat).
[b]Desconocimiento de CAPA[/b]
Gerardo Mora Vallejo, director de la CAPA, dijo desconocer el proyecto e ignorar si la dependencia tiene la capacidad o no para dotar del servicio de agua potable y la inyección de las aguas negras del eventual centro de hospedaje a su red.
La empresa “Mx Riusa II” inició el desmonte previo a la cimentación, y el funcionario dijo que “es irresponsable e inconcebible que el presidente municipal haya otorgado la licencia de construcción”.
“No conozco el proyecto, no sé cuánta es la dotación, tendríamos que darle el cauce legal. No puede ser, desde mi concepción, que el municipio no pregunte a la Comisión Federal de Electricidad (CFE) si puede darle energía, y a la CAPA si tiene capacidad de dotar de agua potable o inyectar aguas negras a nuestra red”, apuntó.
“El municipio no nos pregunta si tenemos factibilidad y capacidad de dotar de agua. Por eso muchos hoteles solicitan a la Conagua el vital líquido, por eso los hoteles no se conectan a nuestra red”, sostuvo.
Mora Vallejo aseveró que “lo fundamental es que el municipio tiene que ir de la mano con el estado. Esa mala coordinación de los municipios con la CAPA ha generado problemas en demarcaciones como la isla de Holbox y Bacalar.
[b]Ecocidio[/b]
En tanto, y tras el desmonte a marchas forzadas de entre 85 y 90 por ciento del predio de 2.9 hectáreas, la devastación de mangle inició a finales de agosto pasado, con las labores de desmonte previos a la cimentación, el magistrado Ricardo Ruiz del Hoyo Chávez, titular del juzgado cuarto de distrito, concedió una suspensión provisional de las obras.
El juicio de amparo 1234/2017 cita que “el proyecto debe ser detenido hasta determinar si procede o no la suspensión definitiva, sujeta a que lo revise un Tribunal Colegiado, aunque se espera que los desarrolladores presenten una queja.
Por su parte, un grupo de 12 a 15 trabajadores continuaban hasta el martes con la limpieza y aplanado del terreno donde la cadena española hotelera Riu pretende edificar un nuevo hotel, el doceavo en el estado de Quintana Roo, de los que nueve están en funcionamiento.
[b]Retira vegetación[/b]
La empresa inició el retiro de vegetación a fines del mes de agosto pasado con un permiso expedido por la Secretaría de Ecología y Desarrollo Urbano del municipio de Benito Juárez, y el aplanado empezó la semana pasada.
Todavía el martes 5 de septiembre había una máquina levantando raíces y aplanando el área ya sin vegetación, además de varios trabajadores realizando diferentes labores; también había una trituradora deshaciéndose de los troncos de los árboles derribados.
Entre la vegetación ya cortada se observaron ejemplares de palma chit, especie enlistada como amenazada en la Norma Oficial Mexicana (NOM) 059 de la Secretaría del Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat).
El domingo pasado, ambientalistas acudieron a los alrededores del terreno para manifestar contra lo que consideran un “ecocidio”.
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