Mesa Chica

Hugo Martoccia
Foto: Cortesía Opinión Quintana Roo
La Jornada Maya

Lunes 25 de septiembre, 2017
Cancún, Quintana Roo

El proceso electoral que Quintana Roo vivirá en los próximos meses será inédito. Dos aspectos centrales llaman la atención. El primero es que, por primera vez, una elección no se realizará bajo la rectoría política del PRI. El segundo, que habrá relección de alcaldes.

Veamos este último punto. La relección es un evento inédito para México, que había hecho del “sufragio efectivo, no relección”, una máxima electoral inalterable. Ahora los alcaldes tienen la posibilidad de quedarse en sus cargos y esa opción presenta retos, tanto para los funcionarios como para los votantes.

La gran duda en este momento es si el electorado quintanarroense quiere repetir las experiencias políticas y administrativas de los alcaldes en funciones. Las pocas encuestas conocidas, la mayoría del gobierno, reconocen que todos los alcaldes han perdido, en mayor o menor medida, popularidad.

No parece un dato fuera de la realidad. Los alcaldes que gobiernan actualmente, en gran medida, están condicionados por presupuestos exiguos o deudas muy onerosas. Sus planes de gobierno, en el caso de que realmente los tengan, están acotados.

La sociedad estatal tampoco ha demostrado estar muy dispuesta a dar un nuevo voto de confianza a antiguos gobernantes. En la elección de 2016 todos los ex alcaldes que se presentaron en los lugares que habían gobernado, perdieron. No se trata de un dato menor, o que deba ser minimizado.

[b]Horizontes despejados, pese a todo[/b]

Más allá de todo ese entorno, lo cierto es que hasta el momento, a tres meses del inicio del proceso electoral, casi no aparece ninguna figura política que enfrente a los alcaldes en sus municipios.

Si las cosas son así, podría darse un paradoja: un electorado que prefiera buscar nuevas figuras, pero una clase política sin posibilidad o voluntad de ofrecerlas.

Del lado de los alcaldes, hasta hoy no se conocen casos de presidentes municipales que hayan negado su voluntad de relección. Por ejemplo, siempre se supo que Luis Torres, en Othón P. Blanco, quería dejar el cargo para disputar una diputación federal. Sin embargo, en los últimos días se conocieron versiones fidedignas que aseguran que el alcalde deberá buscar su relección por necesidad.

Parece que ninguno de sus posibles remplazantes garantiza una victoria en el municipio.

La mayoría de los otros municipios tienen situaciones similares. Quizá los únicos dos municipios diferentes, por lo que se conoce hasta hoy, son Benito Juárez y Cozumel.

[b]Mara y Pedro Joaquín JR, candidatos ganadores[/b]

El caso de Benito Juárez es particular. Se trata de un municipio sin una deuda importante, que maneja un presupuesto gigantesco. Sin embargo, la imagen del alcalde, de acuerdo a las encuestas del gobierno estatal, ha caído fuertemente.

Por eso, la alianza de gobierno quiere disputar la batalla, pero no ha definido (ni tiene, en realidad) un candidato. La estructura y engranaje electoral del alcalde Remberto Estrada, en ese escenario, parecen suficientes para mantenerlo en la silla.

El único nubarrón en el horizonte del alcalde es la periodista Mara Lezama. Hay una posibilidad muy grande de que sea la candidata de Morena. Si es así, todas las encuestas la ponen a la cabeza.

Algunos dudan de esa posibilidad, pero hay un dato muy importante para saber cuál es el alcance del acuerdo entre Mara y Morena. En el partido de Andrés Manuel López Obrador no están buscando a nadie más; ya hablaron con la periodista y sólo esperan el sí definitivo, que llegaría en las próximas semanas.

Están seguros de que no sólo es una carta ganadora para la elección, sino que es una candidatura de origen ciudadano que va a dar buenos resultados en la gestión.

Otro caso de un candidato retador con toda las chances de ganar es la de Pedro Joaquín Delbouis. El hijo del ex gobernador y actual secretario de Energía, Pedro Joaquín Coldwell, parece la salida perfecta para todos los que quieren ver fuera del poder a la actual alcaldesa de Cozumel, Perla Tun.

Ahí se da un hecho bastante insólito: ni el PRI, ni el PAN tienen objeciones para ese candidato.

[b]¿Una elección sin línea?[/b]

Quizá parte del desconcierto de lo que sucede en los municipios con las candidaturas tiene que ver con el hecho de que no será un gobernador emanado del PRI el que comande el proceso. Ese es el otro hecho inédito de esta elección.

Los mandatarios tricolores siempre se encargaron, con buenas y malas artes, de interferir hasta donde pudieron en las elecciones. Por lo que se ve, muchos políticos de Quintana Roo aún necesitan de la línea o la anuencia del gobernador para decidirse a dar cualquier batalla electoral.