Mitos de Tulum

Claudio Obregón Clairin
Foto: Gerardo Jaso
La Jornada Maya

Lunes 23 de octubre, 2017

Tulum es una zona arqueológica ubicada frente al mar Caribe que se mantiene estoicamente erguida ante el paso del tiempo y de los huracanes. Sus edificios prescinden de los ángulos rectos y es claro ejemplo de la arquitectura maya, que privilegia la homogeneidad sobre la simetría. Las habitaciones y los templos de Tulum fueron edificados “torcidamente bien alineados”, en dirección a los desplazamientos del sol, la luna y los planetas que siguen una banda imaginaria que va del este al oeste y que nosotros llamamos eclíptica; para los mayas era una serpiente bicéfala.

A falta de publicaciones de difusión masiva, Tulum ha sido envuelta en mitos contemporáneos que distorsionan su realidad histórica. Es publicitada como la única zona arqueológica maya frente al mar, cuando en realidad, las islas de Cancún y Mujeres, o El Meco, tienen edificios a la orilla de la playa: una cultura que se comunicaba vía marítima no pudo tener una única salida al mar.

Hacia el 564 tenemos el registro de la Estela 1 de Tulum que por cierto refiere a una mujer, y Stanley Paul Guenter en el libro [i]The Queen of Coba[/i] – [i]a reanalysis of the Mancanxoc Stelae,[/i] establece la dedicación del juego de pelota, ubicado camino al Nohoch Mul, hacia el año 574; lo que indica que ambas ciudades fueron contemporáneas y, aunque el Chilam Balam de Chumayel y la Crónica Matichu no mencionan la fecha en que estuvieron los itzáes en Tulum, su estilo arquitectónico es Itzá. Ahora bien, Cobá contaba con decenas de caminos que la comunicaban con diversas ciudades de la península de Yucatán; uno de ellos recorre 100 kilómetros hasta Yaxuná. Entonces, si Tulum está a 47 kilómetros de Cobá, ¿por qué no hay un camino que comunique a estas dos ciudades? La respuesta es porque fueron enemigas.

Otro mito popular sobre Tulum indica que fue un santuario dedicado a la diosa Ixchel. Los mayas no tuvieron dioses sino entidades divinas y las representaban de múltiples maneras y formas. El fundamentalista Diego de Landa dedicó medio párrafo a Ixchel en su Relación de las Cosas de Yucatán. Textualmente escribió de la travesía de Francisco Hernández de Córdova: “que llegó a la Isla de Mujeres, que él puso este nombre por los ídolos que allí halló de las diosas de aquella tierra como Aixchel, Ixchebeliax, Ixbunic, Ixbunieta, y que estaban vestidas de la cintura abajo y cubiertos los pechos como usan las indias; y que el edificio era de piedra, de que se espantaron, y que hallaron algunas cosas de oro y las tomaron.” Es todo, en ningún momento se menciona que Tulum era el santuario de Ixchel.
Ixchel tiene varios nombres porque es una entidad divina, una diosa es indivisible; como entidad divina se multiplica. En todo caso la imagen de Ixchel en Tulum pudiera ser alguna de las tres mujeres que aparecen en los murales del Templo de las Pinturas. De entre ellas, la que se parece más a ella cuenta con una garra de jaguar, está moliendo en un metate que proviene de la Gran Nicoya (Costa Rica), posee un penacho de la entidad divina Xochiquetzal -originaria del Altiplano- y una falda que asemeja a los bordados de la Mixteca-Puebla. El contenido de los murales de Tulum refiere también a otras divinidades en un formato tipo códice mixteca y el templo que las contiene posee un talud (propio de zonas sísmicas), lo que indica que Tulum fue una ciudad cosmopolita con influencias culturales de diversas regiones de Mesoamérica.

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