de

del

Foto:

Texto y foto: Fabrizio León Diez
La Jornada Maya

Jueves 28 de diciembre, 2017

os pone frente a láminas de acero que fueron utilizadas por las fuerzas armadas gringas en Vietnam, como pistas de aterrizaje de sus helicópteros, y que años después se montaron como el muro que separa la frontera de Estados Unidos con México.

Ahí, en la noche, por un hoyo nos sumerge, como un demiurgo, a un momento aciago en nuestra vida. Por unos minutos de violencia extrema, nos planta y funde en una realidad aparte y nos acerca a la verdad, muy miserable por cierto, de los migrantes latinos y jodidos que se juegan la vida y la pierden, sólo por estar un poco mejor.

Duro batazo a la cabeza que nos somete y choquea.

Iñarritu se tocó, raspó y punzó todos los sentidos; llegó a la nada, vomitó, murió. Sobrevivió; sólo le había dado un paro y en su rehabilitación, en terapia intensiva, regresó y lo produjo en forma de pesadilla, de la larga pesadilla que pasan los migrantes, cuando quieren pasar la frontera.

Iñarritu inventó la forma de representar la realidad mas cercana a ésta, luego del teatro, la pintura, el cine, la televisión, el video, la web y obvio, la fotografía.

Así como los hermanos Lumière, que en el siglo pasado cuando proyectaron un tren pasando rápido, sobre una pantalla y en una sala cerrada, el público salió corriendo y gritó; Iñárritu consiguió lo mismo, un siglo después, pero aquí no puedes gritar, no hay público, ni pantalla, ni sala, ni nada. Estás solo y te chingan.

Iñarritu y El Chivo Lubewsky, como Lennon y McCartney, instalaron un estilo. Los segundos, son obvios, pero los primeros son mexicanos en Estados Unidos. Migrantes exitosos y con fuerte poder creativo, pertenencia y liderazgo.

Ellos voltearon a ver el hermoso paisaje del desierto, con las dunas de injusticia y los arbustos del abuso, el sonido del miedo y el quejido del dolor, que sufren los hondureños, guatemaltecos, mexicanos y salvadoreños.

Haciendo uso de todo su capital, transformaron en una realidad de minutos un espacio que podemos vivir y que difícilmente vas a olvidar.

Te costará horas en calificar y muchas más, en atreverte a criticar. Lo único no merece calificaciones, es inclasificable, por ahora.

Lo que nos presentan es un Iñarritu; digámosle así al estilo de este director. Es un set, un escenario y una instalación de una frontera que se llama [i]Carne y Arena[/i], y se presenta en Tlatelolco.

Con indicaciones precisas te dan un pase a una heladera, donde como una res, hueles con tus ojos decenas de zapatos abandonados, como cuando huyes.

Sentado, con mucho frío, si notas, hay decenas de zapatitos, como los que tus hijas usaron; como los que has comprado y amarrado, por lo menos una vez en tu vida, o miles. No da igual. Pero si en verdad lo notas, ya estás llorando.

[b]Cuando toca[/b]

Pero con esa sensación todavía se puede. El llanto se aguanta. Hasta que suena la alarma. Te toca y cuando toca, toca. Sin duda, es temor, pero con duda, es más la curiosidad controlada de la incertidumbre.

Te conectan y se prende el desierto, no tarda sino segundos en caer la noche y con ella una experiencia canija.

El trabajo de Iñárritu consiguió el efecto cercano de controlar nuestros sueños e intervenir en ellos, con la diferencia que aquí tu intervención es dictada, o por tu miedo, o por tu audacia. Lo único que te salva es que sabes que no es real, pero sí una pesadilla; una impronta en la memoria.

La sensación que deja después es posible que sea cercana a la que produce el hongo de Huautla, cuando se ingiere, es decir, una alteración de los sentidos en plena conciencia, dosificada y controlada por una curandera, que reza, ora y canta mientras ves y sientes algo que no conocías.

[b]El personal[/b]

La alineación corre a cargo de un equipo eficaz. Te llevan, te dejan, advierten, te cuidan. Te cuidan muy bien. Te dejan husmear; hazlo.

A la vuelta del muro, cuando crees que ya te vas, encuentras a los actores. No lo son. Son los migrantes que se los acaba de llevar la chingada y ti con ellos; un escalofrío nos vuelve a sumir en la miseria.

[b]No tomes ego [/b]

El personal te cuenta la leyenda que impuso su creador para que al recomendar Carne y arena, no tomes el protagonismo del ego y cuentes las frivolidades que siempre acostumbramos.

[b]Cuando lo veas, entenderás porqué[/b]

Carne y arena se presenta en el Centro Cultural Tlatelolco, en la Ciudad de México. Tienes que entrar a su página web y con mucha anticipación y suerte, puedes tener un lugar. Cuesta 300 pesos, que si calculas lo que te faltaría para juntar los 28 mil pesos que tuvieron que pagar las madres para ver a sus hijos luego de 23 años, realmente también te hace sentir peor.

No lo dudes. Es una tragedia que te hace bien. No te convierte en mejor persona, te da el estatus que mereces y te humillas.
Eso hace Iñárritu, por tu bien, te hace sentir mal y lo hace muy cabrón.

Como decía Cartier-Bresson; de la técnica, lee el manual de la cámara y luego busca el instante decisivo.

[b][email protected][/b]


Lo más reciente

EU veta el ingreso de Palestina en la ONU como miembro de pleno derecho

La resolución pasa a la Asamblea General, donde no es vinculante pero tiene alto valor simbólico

Efe / Europa Press

EU veta el ingreso de Palestina en la ONU como miembro de pleno derecho

¿EU y China dominarán el medallero olímpico? Estas son las predicciones para París 2024

La proyección de preseas para Estados Unidos es de 123 en total, incluidas 39 de oro

Ap

¿EU y China dominarán el medallero olímpico? Estas son las predicciones para París 2024

Miles de personas evacuadas en Indonesia por erupción de volcán que desató alerta de tsunami

La actividad del monte Ruang obligó a cerrar el aeropuerto internacional Sam Ratulangi

Afp

Miles de personas evacuadas en Indonesia por erupción de volcán que desató alerta de tsunami

Los Pumas quieren vencer al América para seguir siendo dueños de su destino

Los felinos tienen 23 puntos y se ubican en el noveno puesto

Ap

Los Pumas quieren vencer al América para seguir siendo dueños de su destino