El Futuro de América del Norte III

Eduardo del Buey
Foto: Afp
La Jornada Maya

Martes 27 de febrero, 2018

Antes pregunté si al presidente de los Estados Unidos le importa el impacto de sus decisiones sobre toda la sociedad estadunidense, o si sólo piensa en su base electoral y lo que a ellos les apasiona.

Los republicanos en el congreso están sumamente conscientes de que el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) es el responsable de la creación de alrededor de 15 millones de empleos en los Estados Unidos, la mayor parte de ellos en zonas que votaron por Trump y que votan por representantes republicanos. De hecho, los recientes convenios entre México y Argentina para intercambiar autos armados en México por trigo y maíz argentinos, afectarán al sector agrícola de los Estados Unidos. Lo anterior enfatiza el hecho de que, si bien EU es el socio comercial indispensable para México y Canadá, existen otras opciones para suavizar el golpe si se llega a perder el TLCAN.

Los legisladores republicanos en el congreso y a nivel estatal, entienden que una vez que los votantes se den cuenta de que han perdido sus trabajos porque los Estados Unidos se han retirado del TLCAN, eso a su vez le costará el empleo a ellos mismos, o sea, a los legisladores republicanos, ya que los electores buscan siempre castigar a quienes consideran responsables de sus nuevos problemas.

Los gobernadores de los estados y los alcaldes de los mismos, cuyos ciudadanos trabajan en industrias relacionadas con el tratado, también querrán combatir cualquier intento de retirarse del acuerdo comercial en cuestión.

Una negociación fallida tendrá un costo político muy alto, el cual probablemente será pagado por los republicanos para satisfacer los caprichos del presidente Trump. En mi opinión, se trata de un precio que la mayoría de los republicanos no está dispuesta a pagar.

La comunidad empresarial estadounidense está consciente de la integración de los procesos de producción en industrias clave de los tres países, y de los trastornos que para los mismos acarrearía el desentrañar relaciones comerciales tan complejas.

Los legisladores republicanos se dan cuenta perfectamente del impacto económico que el comercio reducido con México y Canadá tendría en el clima comercial de los Estados Unidos en general, y están muy conscientes del impacto que tendría la pérdida proyectada de 15 millones de empleos, tanto en la economía como en el tejido social del país.

La comunidad de negocios también se ha dado cuenta de que la inteligencia artificial está teniendo un impacto fuerte y cada vez mayor en el mercado laboral, no sólo de los Estados Unidos, sino de todo el mundo. Ponerle fin al tratado no significa que los empleos que México le ganó a EU vayan a volver a las zonas rurales, al corazón de este último país, ya que muchos de esos trabajos pueden ser actualmente desempeñados por robots, especialmente en los sectores de alta tecnología, como la industria automotriz.

Como resultado de lo anterior, algunos afirman que el presidente Trump sólo está buscando una manera honorable y digna de desentenderse de la retórica que utilizó durante su campaña. Se afirma también que las palabras de Trump no reflejan la parte más importante de sus planes, y que el presidente ha tenido que entender el carácter de la relación tripartita y cuáles son los beneficios que ésta le reporta a la economía estadounidense.

La tendencia de Trump a hablar sin pensar y a ignorar los consejos ha sido patente durante toda su vida.

Cuando Trump debe enfrentarse a la verdad, ha mostrado una tendencia a no querer verla de frente y a crear su propia “realidad”. Dicha realidad está, casi siempre, bastante alejada de la realidad.

Sus reflexiones acerca de las “noticias falsas” y de los hechos alternativos le sirvieron bastante para lograr la presidencia en un país como los Estados Unidos que, según la opinión de muchos, tiene un sistema electoral fallido, pues Trump perdió el sufragio popular por tres millones de votos, pero logró colarse a la presidencia debido al Colegio Electoral.

Los defectos del sistema electoral son, al mismo tiempo, la fuerza y la debilidad de Trump: son su fuerza porque hicieron que resultara electo, son su debilidad porque el resultado le ha convencido, erróneamente, de que la mayoría de los votantes estadunidenses lo respaldan a él y a sus políticas.

*Tercera de nueves partes en que se dividió la conferencia.

[b][email protected][/b]