Los casos de Celita y Huacho

Luis A. Boffil Gómez
Foto: Raúl Angulo Hernández
La Jornada Maya

Martes 20 de marzo, 2018

La fase de registros electorales ya culminó, y este domingo los remató el ya polémico Joaquín Huacho Díaz Mena, ex panista y ahora candidato de los morenazos a la gubernatura de Yucatán.

Huacho acudió a las instalaciones del Instituto Electoral y de Participación Ciudadana (Iepac) para cubrir los trámites oficiales que solicitan los consejeros y prometió una campaña de altura con el consabido remate: “voy a ganar”. Muy bien.

Sabrá Dios qué les depara a todos los abanderados de los partidos contendientes. El PRI-Verde y Nueva Alianza van con Mauricio Sahuí Rivero y Víctor Caballero Durán, para la gubernatura y la alcaldía de Mérida; PAN-ucho y Movimiento Ciudadano (na, na, na) apostaron por Mauricio Vila Dosal y Renán Barrera Concha, en los mismos términos que el PRI-nosaurio; el PRD se la juega solito con el académico Jorge Zavala Castro para el Ejecutivo y la artista regional Jazmín López Manrique Tina Tuyub en la alcaldía de Mérida (que los angelitos bendigan a los “amoríos” y a sus tribus), mientras que Morena del amo y señor Andrés Manuel López Obrador, junto a sus satélites partidos Encuentro Social (PES) y Del Trabajo (PT), conquistaron a Huacho Díaz Mena, un elemento que les puede traer mucho oro, incienso y mirra (con quién no juntarte), al estilo de los Tres Reyes Magos.

Después de todo, sólo falta el arranque de la campaña masiva, federal y estatal, con duración de ¡tres meses!, un tiempo bárbaro para que la gente se harte de tanta publicidad de los políticos, o bien, decida el destino final de su sufragio.

Pero, antes de que culminaran los registros, dos personajes de la política estatal dieron de qué hablar. Más mediáticos que nada, pero sorprendieron con la polémica: el propio Huacho Díaz y, apenas el sábado, Celia Rivas Rodríguez, la “jefa” priísta del Congreso estatal.

Primero las damas. Celita, como supuestamente le dicen sus conocidos, fue excluida por su propio partido, el tricolor, de contender por cargos electivos populares, cuando se daba casi un hecho que sería postulada para una senaduría o, mínimo, equis diputación federal. Pero ni lo uno ni lo otro. Algo sucedió, muy interno, que le desbarató su inmediato sueño grillero.

En un arrebato de coraje, por medio de su cuenta de wascop afirmó que fue traicionada por el PRI y culpó directamente a Víctor Caballero Durán, aspirante a la alcaldía de Mérida, de lo sucedido y dejar entrever que se favoreció a la también legisladora local Verónica Camino Farjat para ir por un escaño en el Senado. De entrada, Celia y Verónica se mastican pero no se tragan.

Y pelearse, desde hace un tiempo con Caballero, le equivalió a Celita ganarse una bronca gratuita con el gobernador Rolando Zapata Bello. Y no fue perdonada.

Se rumoró que Celia fue buscada por el PAN y por Morena para un cargo de elección popular, o sea, renunciar al PRI. Pero la noche del sábado, emitió un comunicado en donde, después de mucho rollo, dijo que al “reflexionar” siempre no se iría del partido de sus amores y que apoyaría la causa de Sahuí Rivero, pero no dijo ni pío de Víctor Caballero y menos de Rolo Zapata. Sabe que juega con fuego.

¿Y por qué si la traicionaron en el PRI no agarró sus tiliches y se fue por ética y congruencia? Algo muy simple es que su marido forma parte de la planilla de regidores de Víctor Caballero Durán. O sea, escupir para arriba no se le da a la abogada ofendida. Pero ¿y su dignidad pisoteada? No. Los intereses valen más que el sentimiento.

De entrada, a Celita le habrán leído la cartilla. Un poco de show y hasta allí. Su credibilidad está muy por los suelos. Nadie debe perdonar una traición, claro, si es que ella existe. ¿Entonces, qué pex?

En otro plano, Huacho Díaz sumó a los ex panistas Sofía Castro Romero y Santiago Alamilla Bazán a su causa. Ambos fueron eliminados por el Iepac y el Ine por incurrir en chafas para reunir sus firmas electrónicas a sus candidaturas independientes; ella, a la gubernatura, él, a la alcaldía meridana. ¿Qué sucederá? Ya lo veremos. Se pone bueno. Ah, Huacho, a diferencia de Celia, dejó al PAN y a quienes acusó de traidores.

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