La Jornada Maya
Foto: Tomada de Twitter

Estocolmo, Suecia
Miércoles 11 de abril, 2018

La Academia Sueca, que desde hace más de un siglo designa al ganador del Premio Nobel de Literatura, está en riesgo de desaparecer. Al escándalo de acoso sexual desatado el pasado noviembre se suman ahora acusaciones de corrupción, filtración de información y la renuncia de sus miembros, lo cual la haría inoperante.

Las rancias y venerables normas del organismo fundado en 1786 por el rey Gustavo III de Suecia, con la finalidad de fomentar el uso del idioma sueco siguiendo como modelo la Academia Francesa y posteriormente designado para evaluar a lo mejor de la literatura mundial, están hechas añicos, comenta la prensa europea con estupor.

El pasado viernes renunciaron tres académicos: los escritores Klas Östergren, Kjell Espmark y Peter Englund en protesta porque la Academia Sueca antepone consideraciones oscuras a sus propias reglas, lo que es una traición a su fundador y patrón, así como a la tarea de representar el talento y el gusto, dijo uno de los intelectuales.

En la práctica, la decisión de los escritores es simbólica, pues el puesto es vitalicio, aunque pueden decidir no participar en las actividades y las votaciones de ese cuerpo colegiado.

[b]Pugnas internas[/b]

Las renuncias suponen un gran problema para la Academia, según explica Dpa, pues no se puede buscar un sustituto a un miembro hasta que éste muere. Hay otros dos puestos cuyos dueños se retiraron hace años en señal de protesta por las pugnas internas, siempre presentes pero manejadas con discreción hasta hoy.

Es decir, de los 18 integrantes que debe tener el organismo, sólo quedan 13 y para nombrar a uno nuevo al menos deben votar 12.

Esto significa que si otros dos miembros decidieran renunciar, la Academia ya no podría nombrar a ninguno y poco a poco dejaría de existir.

No obstante, para nombrar al galardonado del Nobel de Literatura esa regla no tiene validez. Un candidato debe obtener más de la mitad de los votos entregados, según se indica en la web oficial sobre la designación del galardonado.

Debido a tan grave situación, el rey sueco, Carlos XVI Gustavo, hizo declaraciones a la prensa. Dijo que el desarrollo de los acontecimientos lo entristece, pero espera que se alcance una solución. Luego de una reunión con la secretaria permanente de la Academia, Sara Danius, el monarca manifestó con aire optimista que dentro de esa instancia están reflexionando sobre la situación y todo irá bien.

El propio rey podría encargarse de cambiar a los colegiados de la Academia, exigencia que plantearon después críticos literarios en la radio sueca.

Según el diario Dagens Nyheter, los académicos que renunciaron el viernes tomaron su decisión después de que la víspera se revelaran los resultados de una investigación interna sobre el escándalo de acoso sexual en el que está involucrado el fotógrafo y dramaturgo francés Jean-Claude Arnault, esposo de Katarina Frostenson, integrante de la Academia Sueca.

A finales de noviembre de 2017, al menos 18 mujeres acusaron a Arnault de acoso sexual, denuncias inscritas en el movimiento internacional #MeToo. En la Academia se convocó a votaciones para expulsar a Frostenson por las presuntas actuaciones de su cónyuge, pero la mayoría rechazó su salida.

Klas Östergren, Kjell Espmark y Peter Englund se inconformaron pues consideraron la decisión una falta de integridad de la Academia. Sólo Englund fue explícito al mencionar entre sus razones al escándalo sexual, pues también hay insinuaciones de que algunos miembros de esa institución podrían haber sido conscientes de ello y haberlo permitido.

Además, se supo que el marido de Frostenson, quien dirige una prestigiosa asociación cultural, recibió generosas subvenciones de la Academia. Es decir, que su esposa tomó parte durante años, en secreto, en las decisiones de financiación para Arnault.

A eso se añade que está por confirmarse que el consorte de Frostenson filtró en público, antes del anuncio oficial, los nombres de siete galardonados con el Nobel de Literatura, entre ellos el de Bob Dylan en 2016. En 2008 se jactaba de estar involucrado en la designación del Nobel a su coterráneo Jean-Marie Gustave Le Clézio, lo cual hizo que la casa de apuestas británica Ladbrokes cerrara antes del fallo sus pronósticos porque el autor francés pasó del sitio 15 al primero y segundo después de los dichos de Arnault, quien rechaza todas las acusaciones.

La secretaria permanente de la Academia, Sara Danius, tiene a un bufete de abogados investigando las relaciones del francés Arnault con esa institución.

A finales de esta semana se publicará el informe completo con los resultados, lo cual pronostica una tormenta mayor.

Mientras, la escritora Sara Stridsberg, otra de las integrantes de la Academia Sueca, manifestó el fin de semana pasado que también está evaluando dejar de tomar parte en las reuniones, con lo cual el organismo quedaría con 12 miembros activos y sería difícil tomar decisiones.

En cambio, de acuerdo con analistas europeos, si Katarina Frostenson se aleja voluntariamente, Englund, Espmark y Östergren (quienes son ubicados como parte del grupo que apoya a Danius) podrían reconsiderar su decisión.

El escritor Sture Allén, de 89 años, uno de los ocho miembros de la Academia que votaron en contra de la expulsión de Katarina Frostenson, explicó en una entrevista publicada por el diario Ekot, que excluir a alguien es un procedimiento violento que sólo sucedió una vez y fue en el siglo XVIII y que la situación no es suficiente para una exclusión. Se requiere algo peor.

[b]La filóloga sufrió violencia doméstica[/b]

Los cambios radicales en la Academia Sueca y las controvertidas designaciones de los más recientes premios Nobel de Literatura tienen nombre y apellido: Sara Danius, su secretaria permanente.

Hija de Anna Wahlgren y Lars Danius, Sara conoció desde la infancia la violencia doméstica. Su madre era encerrada en el baño por su marido, quien tuvo dificultades para tolerar sus aspiraciones. Mamá escribió para apoyarnos. Escribir era lo único que ella pensaba que podía hacer de todos modos. Al principio la encerraron en el baño y siguió escribiendo, relató a la revista sueca Vi (Nosotros).

La filóloga, nacida en Estocomo en 1962, desde 2013 ocupa el asiento siete de la Academia. En junio de 2015 se convirtió en la primera mujer en ser secretaria permanente de ese jurado.

La especialista en literatura marxista sustituyó en el encargo de anunciar al ganador del Nobel literario al escritor Peter Englund, quien entonces la definió como condenadamente aplicada y estoy convencido de que cumplirá con esta tarea de manera destacada.

[b]Críticas a Danius, injustificadas[/b]

Danius, definida como la reina obvia de la literatura en Suecia, dijo en la entrevista con Nosotros: Tuve una educación simple, casi no había dinero, por lo que el anhelo de una comida deliciosa era entonces una imagen ideal de cómo podría ser la vida. Soñaba la magia. Pronto la encontró, en la literatura.

Danius realizó estudios en París y se formó como investigadora en Gran Bretaña y Alemania. Se doctoró, además, en la Universidad de Duke, en Estados Unidos, donde vivió 10 años. Aparte de la literatura y ensayos culturales, ha escrito libros de cocina o sobre cerámica sueca.

Es experta en la literatura francesa de Marcel Proust, Honoré de Balzac, Stendhal y Gustave Flaubert. En esa línea, deploró que ni Nathalie Sarraute ni Marguerite Yourcenar, de esa nacionalidad, figuren entre las galardonadas del Nobel (La Jornada, 5/10/17).

Se definió entonces, junto con la novelista Sara Stridsberg, como una especie de ala izquierda bajo la cúpula sueca. Mi corazón siempre buscará a los marginados en el mundo y en la literatura. Eso podría ser una obra en conflicto con todo, que habla una voz extranjera y extraña.

En marzo de 2014 padeció cáncer de mama y contó su experiencia al diario sueco Goteborgs Posten. Entonces, para encarar el tratamiento sustituyó conferencias, viajes, tareas y entrevistas por conteos de células, rastreo óseo, tomografías computarizadas, ultrasonidos y cirugía.

Tenía la impresión de que estaba en una enorme ola en un mar tormentoso. Y fluí con ella, explicó. Cuando asistió al banquete del Nobel de ese año, su cabello apenas volvía a crecer y se durmió en la mesa.

La prensa europea califica la dimisión de Klas Ostergren, Kjell Espmark y Peter Englund, a finales de la semana pasada como disconformidad ante el rechazo a expulsar a Katarina Frostenson por la acusaciones contra su esposo, Jean-Claude Arnault, de acoso y violación.

Consideraron la decisión como una falta de integridad de la Academia, aunque sólo Englund fue explícito mencionando el escándalo sexual.

Kjell Espmark manifestó en una carta abierta: Desde el momento en que los eminentes miembros de la academia favorecen la amistad antes que la responsabilidad y la integridad, ya no puedo participar en sus trabajos.

La Academia está reflexionando la situación, en palabras del rey Carlos XVI Gustavo de Suecia, como patrón de la institución, es quien aprueba las votaciones. Pero parece que no todos están por una meditación pausada. Porque ayer Danius, que estaría en el bando de los tres dimitentes, desayunó leyendo cómo la llamaban la peor secretaria desde 1786, es decir, desde que la Academia fue fundada, difundió Afp.

Englund defiende a Danius, quien, dice, es objeto de críticas internas injustificadas.


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