Eduardo Lliteras Sentíes
Foto: Captura de pantalla
La Jornada Maya
Mérida, Yucatán
Miércoles 6 de junio, 2018
Un grupo de personas irrumpió ayer al filo del mediodía en la comunidad de Santa Gertrudis Copó, comisaría de Mérida, con la intención de apoderarse del casco de la ex hacienda, donde vivían al menos seis familias cuyas casas fueron demolidas recientemente tras un operativo violento que incluyó el desalojo de una anciana de 70 años. El grupo, compuesto por supuestos representantes de una empresa (que no quisieron identificarse ni dar su opinión) y al menos unos 30 pandilleros armados de machetes, palos, martillos, hachas y otros utensilios, amenazó a los habitantes de la comisaría que, tomados de la mano, se les interpusieron.
La tensión estuvo a punto de culminar en una confrontación violenta, que era lo que al parecer buscaban los presuntos representantes de la empresa, para poder tomar posesión del terreno de unas siete hectáreas que incluye la construcción referida, que es patrimonio histórico de Mérida. En la lejanía se encontraban elementos de varias patrullas de la Secretaría de Seguridad Pública (SSP), los que en ningún momento intervinieron a pesar de la actitud claramente amenazante de los pandilleros, quienes se acercaron para propinar empujones a hombres y mujeres, incluso a este reportero, con la justificación de colocar una alambrada.
Representantes de la comunidad han denunciado no sólo el desalojo violento de la anciana María Ángela Tec Cob, a quien amenazaron con aplastarla si no se salía de su casa, sino las maniobras al margen de la ley para apodarse del terreno –que incluye porciones de tierra comunitaria- para construir un fraccionamiento de alta plusvalía.
Al menos durante dos horas se vivieron momentos de tensión, temor, amenazas, conato de violencia y de llamados de las lideresas de la población a calmar los ánimos para evitar cualquier confrontación.
En todo ese tiempo no apareció autoridad alguna, ni estatal o municipal, para mediar en el conflicto –a pesar de la solicitud de una mesa de diálogo por parte de la comunidad- hasta que tras insistir con la publicación de videos en redes sociales etiquetando a las autoridades estatales y municipales llegaron a la escena elementos de la Policía Estatal Investigadora en vehículos civiles y al menos seis patrullas antimotines con un amplio contingente de policías estatales.
Al frente del despliegue policíaco estaba un comandante de la SSP que conminó al grupo de personas armadas para que dejaran sus armas y se alejaran de los pobladores presentes que para esos momentos ya sumaban más de 50 personas entre mujeres, niños, ancianos y hombres.
No se sabe cómo va a terminar esta historia, pero lo cierto es que los antiguos propietarios de apellido Xacur al parecer vendieron –tras ser rescatados por el Fobaproa- y las familias de peones que trabajaron en la hacienda cuando aún funcionaba y que tenían viviendo en dichos terrenos desde hace décadas –por lo menos 60 años- se encuentran en la total indefensión pese a contar con recibos de electricidad y agua, que demuestran que han vivido en dicho lugar por muchos años y que tienen derechos como habitantes mayas a no ser atropellados por el violento crecimiento urbano de Mérida.
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La Jornada
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