Impulso para Chetumal

Normando Medina Castro
Foto: Afp
La Jornada Maya

Jueves 21 de junio, 2018

Los fundamentalismos y la intolerancia amenazan al mundo apoderándose de importantes espacios de poder en sociedades que se conciben como democráticas de avanzada y libres de dogmatismos.

En todos los conflictos bélicos se aprecia su monstruoso rostro bajo diferentes banderas que buscan imponer sus condiciones con el argumento absurdo de la fuerza y las armas.

Cuántas imágenes de niños desplazados por las diferentes guerras han dado la vuelta al mundo y han provocado la indignación internacional y nos han conmovido también a todos los mexicanos que volteamos la cara a otro lado para no ver el sufrimiento de los niños de nuestro país, en donde según datos del INEGI, de una población infantil de 39.2 millones 24.5 millones no cuentan con seguridad social, 7.2 millones no asisten a la escuela, 2.5 millones trabajan y sólo 6.6 millones viven con las necesidades cubiertas de alimentación, vivienda, educación y salud.

Seguramente nos indignan y nos horrorizan, con toda justicia, las imágenes de los niños separados de sus padres, cuyo “delito” fue entrar ilegalmente a los Estados Unidos de Norteamérica en la búsqueda de una vida digna para sus familias, la que les está vedada en nuestro país debido a la falta de oportunidades. Y todavía hay personas que usan el mismo argumento falaz de la mentira y la violencia, la intolerancia y la intransigencia para defender a los verdugos de nuestra patria. ¿Se puede ocultar la realidad de nuestro país con la guerra sucia que impera en el proceso electoral mexicano?

Afortunadamente el presidente norteamericano Donald Trump cedió un poco ante la presión interna de amplios sectores de su país y, por supuesto, la condena internacional generalizada. Mediante una orden ejecutiva, ahora al parecer, busca evitar la separación de los niños de sus progenitores. Sin embargo, el problema de fondo es que el fiscal general estadunidense, Jeff Bessions, siga procesando con cargos criminales a todos los adultos que ingresen ilegalmente a suelo norteamericano. La intolerancia en una de sus expresiones más ruines.

Y cuando parecía que en nuestro país, los últimos cinco gobiernos del PRI y del PAN ya prácticamente privatizaron todo, el actual presidente Enrique Peña Nieto firmó desde el 5 de junio los decretos que modifican el status de 295 cuencas hidrológicas del país, que pasan de zonas de veda a zonas de reserva, lo cual posibilita que el agua pueda ser utilizada para fines comerciales e industriales mediante el cumplimiento de un marco legal. La puerta abierta de ese marco legal es la “utilidad pública”, que permitirá el otorgamiento de permisos y concesiones de explotación hasta por 50 años a empresas privadas, entre éstas las mineras, refresqueras, fracking y la extracción de hidrocarburos. A pesar del sigilo la información salió a la luz pública y de inmediato el oficialismo se apresuró a dar “sesudas explicaciones”, lo mismo que el PRI y el equipo de campaña del priísta sin credencial, José Antonio Meade, para tratar de justificar lo injustificable. Lo innegable es que la consideración de zonas de veda que tenían anteriormente las cuencas hidrológicas afectadas prohibían el otorgamiento de permisos y concesiones de explotación. Ahora se abre la posibilidad mediante el cumplimiento del “marco legal” y la “utilidad pública”, que en nuestro México lindo y querido todos sabemos lo que significa. Para ahondar más sobre el tema puede consultarse el periódico La Jornada en su edición del 15 de junio.

La sabiduría popular, que a veces es cruel, dice que cuando en la casa del pobre hay carne, es vigilia, lo cual podría aplicarse a la ciudad de Chetumal y en general al centro y al sur de Quintana Roo, cuya economía no sólo ha permanecido estancada, sino que incluso ha sufrido mayor deterioro y muchos comercios y negocios han cerrado por quiebra. Chetumal, la capital quintanarroense, en una época vivió la bonanza de ser zona de libre comercio y el proveedor de fayuca de varios estados. No hubo diversificación económica y pocos invirtieron en la naciente industria turística de la zona norte. Primero la entrada de México al sistema de aranceles y posteriormente la apertura al libre comercio, golpearon a la zona libre de Chetumal que finalmente perdió todos sus privilegios y beneficios. Después la gran devaluación en la transición del gobierno de Carlos Salinas de Gortari a Ernesto Zedillo, acabó con muchas de las fortunas forjadas en el comercio de importaciones que tenía como engrudo la adquisición de créditos cuantiosos a corto plazo, en dólares. Sólo su condición de capital de estado y sede de los poderes, ejecutivo, legislativo y judicial, así como de las representaciones federales de las diferentes secretarías y organismos, le permitió subsistir. La transición del gobierno federal y la entrada del PAN al poder con Vicente Fox modificó un tanto la situación, ya que las delegaciones federales todas quedaron en manos de panistas que pasaron barredora en las dependencias a su cargo.

Todo empeoró cuando los ex gobernadores cozumeleños Félix González y Roberto Borge trajeron consigo a Chetumal a varios de sus familiares y amigos que se enriquecieron rápidamente y sin ningún pudor. Y cuando parecía que no se podía estar peor, el ex gobernador Roberto Borge aplicó su reingeniería administrativa que no fue otra cosa que despedir a miles de chetumaleños y bajarle el sueldo a otros miles. Obvio que sus cercanos no fueron afectados. Todavía hay varios que no regresaron a su tierra natal, donde tenían poco o nada, y se quedaron en Chetumal y siguen disfrutando del poder y del dinero público.

Una de las acciones de la descentralización administrativa planteada en el proyecto de nación del candidato presidencial de Morena, Andrés Manuel López Obrador, consiste en establecer la Secretaría de Turismo del país en Chetumal. Ese es el planteamiento original en caso de que quien lidera todas las encuestas gane la presidencia de México. Sin embargo, hay fuerte presión para que se cambie esa sede a Cancún.

Para Chetumal significaría un fuerte impulso para la reactivación económica que requiere con urgencia. Podemos decir que es un asunto vital para Chetumal.

“Pobre del pobre si al cielo no va, lo joden arriba y lo joden acá”, reza la conseja popular. Ojalá y López Obrador, en caso de ganar, como ha dicho, cumpla su palabra.

Porque como dijera el poeta Mario Benedetti: “pero aquí abajo, cerca de las raíces, en donde la memoria ningún recuerdo omite, y hay quienes se desmueren y hay quienes se desviven, y así entre todos logran lo que era un imposible, que todo el mundo sepa que el sur también existe”. En fin, son cosas que pasan en nuestro país y en nuestro caribeño estado.

¡Hasta la próxima!

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