Joel Montero: "queremos quitarle esa etiqueta elitista a la ópera"

Texto y foto: Rosario Ruiz
La Jornada Maya

Playa del Carmen, Quintana Roo
Martes 17 de julio, 2018

Inició su trayectoria en la ciudad de Chetumal a los siete años, cuando se integró a los coros de la iglesia y de música popular. Después entró a la escuela estatal de música en la capital del estado; allí ,en cursos de dirección de orquesta y canto, Joel Montero descubrió su vocación.

[i]La Jornada Maya[/i] platicó en exclusiva con este tenor quintanarroense que se ha labrado por sí mismo un nombre en la escena del canto a nivel mundial.

LJM: ¿Cómo fueron tus inicios?

JM: Fui a la Ciudad de México, a la Ollin Yoliztli, en donde estudié dirección orquestal. Por cuestiones del destino en una de las sesiones de estudio dirigíamos una ópera y el tenor no llegó, pero yo empecé a cantar porque me sabía su parte, entonces el director me dijo que tenía la voz, pero que la tenía que educar para ser un cantante.

Entonces me integré a unos coros profesionales en donde estuve trabajando durante sus giras por Rusia, Grecia y por toda Europa, y me gustó viajar y abrir mi mente, que fue lo que pasó en ese momento. Regresé a México a estudiar canto y en 1999 decidí tomar suerte en Salzburgo, Austria; ahí ingresé a la prestigiada escuela del Mozarteum en donde estudió Herbert Von Karajan.

Estudié algunos años con un tenor alemán y después de dos años de estancia me dieron mi primer contrato en el teatro de Salzburgo, luego concursé en el Monserrat Caballé, en Andorra; gané un premio importante, luego me fui a concurso de tenores en Rumania y gané otro premio importante. A partir de ahí me dieron una plaza en el Ópera Estudio de Suiza y me contrataron por primera vez para papeles estelares en Alemania, desde el 2001 hasta el 2008, probando todos los niveles, desde el tenor ligero hasta el de tenor dramático italiano.

Desde esa época me volví [i]freelance[/i]; viajo mucho por Alemania porque allí cada ciudad tiene un teatro, un ensamble de orquesta, una ópera; voy a Asia, Kazajistán; por ejemplo, ahora viajo para China en donde cantaré [i]Aída[/i], pero mi base es en la ciudad de Lucerna, Suiza.

LJM: ¿Te ha costado trabajo acercar la ópera a este país?

JM: Por parte del gobierno no hay gran interés, la principal excusa es que no hay dinero. Por eso he creado la fundación Maya Classic, en donde estoy uniendo fuerzas con la iniciativa privada, con Grupos Barceló y la Fundación Barcelo, el cual es nuestro patrocinador y que nos ayudan a hacer música al traer artistas de primer nivel a la Riviera Maya.

Hay interés en Quintana Roo, que es una tierra virgen en cuestión de cultura, de la música clásica, de ópera, etc. Pero es en esto en lo que me quiero comprometer al crear proyectos y traerlos al estado.

LJM: ¿Tu asociación Maya Classic está en otras partes del país?

JM: Sí, está en toda la república, por ejemplo, tenemos proyectos con una fundación de Liechtenstein que es un principado que está junto a Suiza. Ellos quieren trabajar con nosotros aquí, asociarse. Hace poco viajé a Ciudad de México para tramitar un espacio en Bellas Artes, y me topé con la burocracia, me dijeron que tal vez hasta el 2020 se podría hacer algo con otras agrupaciones.

Parte de tu espectáculo es que los artistas interactúan con el público.

Queremos quitarle esa etiqueta elitista a la ópera. Lo que queremos nosotros es que la gente sienta en su propia piel las emociones que sienten los músicos. En Playa del Carmen estuvo lleno el teatro de la ciudad cuando se realizó la premier, la aceptación fue increíble porque la gente bailó con los artistas y estuvo emocionada. Es entonces que te das cuenta que la gente tiene hambre de cultura y si el gobierno no se los da, pues por eso está la iniciativa privada y las fundaciones.

LJM: ¿Cuántos idiomas hablas?

JM: Hablo italiano, rumano, alemán, dialecto suizo, por supuesto el inglés, el francés no lo hablo, pero la dicción y el significado lo tengo que saber para poder transmitir la música.

LJM: ¿Tienes alguna escuela en Quintana Roo?

JM: Precisamente la fundación va a tomar un papel muy importante en esto. El objetivo no es solamente traer artistas de primera calidad, sino que los niños tengan un ídolo y un modelo; que quieran ser un tenor, contrabajista, trompetista, etc. De allí partimos, al hacer mancuernas con escuelas privadas para tratar de hacer algo similar a lo que hizo Venezuela con respecto al trabajo de Gustavo Dudamel. Tenemos ya el plan de trabajo para hacer audiciones, orquesta para niños, cantantes, pero sobre todo para idear un proyecto que trascienda un sexenio y que los menores no estén a merced del cambio de gobierno.