La Opinión de Quintana Roo
Foto: Infoqroo
La Jornada Maya
Cancún, Quintana Roo
Miércoles 1 de agosto, 2018
La situación de Miguel Ángel Pech Cen al frente de la Fiscalía General del Estado ya parece insostenible.
Un sector del gobierno trabaja desde hace días para lograr que el funcionario renuncie a su cargo, y permita así que se nombre a un nuevo Fiscal, y traerle un poco de tranquilidad y oxígeno a la administración.
Coinciden diversos actores del oficialismo de que hace falta un recambio en esa área, que es, en este momento, la más sensible del Gobierno ante la sociedad.
A inicios de la semana, los funcionarios daban por descontado que era sólo una cuestión de horas que se produjera esa renuncia.
Sin embargo, en la tarde de este martes, Pech Cen les dijo que no tenía pensado renunciar.
El Fiscal no quiere quedar, con su salida, como el culpable de lo que está pasando en el tema de seguridad, que considera que supera con mucho sus facultades.
Lo único que lo podría hacer cambiar de opinión sería un pedido directo del gobernador. Pero es difícil que eso suceda, al menos por el momento.
Más allá de ello, el Fiscal tiene ya una relación muy tirante con el gobernador Carlos Joaquín, y también con el Congreso.
El gobernador no está conforme con su trabajo.
Los diputados, que le dieron su cargo votándolo por unanimidad, están molestos con el funcionario por las críticas que ha realizado.
Desde hace un tiempo, Pech Cen se ha quejado por el presupuesto que se le asigna.
Los diputados, que sienten esa queja como dirigida hacia ellos, no desconocen que eso es así, pero consideran que es algo que pasa en toda la administración, y que Pech Cen supo cómo era la situación desde el momento que tomó el cargo.
Creen que el funcionario busca instalar esa idea en la sociedad, para esconder sus propios errores, y compartir culpas si le toca renunciar.
La situación es difícil, pero debería haber una solución en las próximas horas. El tema es que la Fiscalía es independiente, y no hay forma de quitar a Pech Cen si no quiere renunciar.
El Congreso no tiene la facultad, y el Ejecutivo sólo podría removerlo por “causas graves”, lo cual es muy difícil de probar, y constituiría un verdadero escándalo político.
“Hay que convencerlo”, dijo uno de los hombres más importantes de la alianza de Gobierno, señalando la única saluda que hay en ese tema.
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La Jornada
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