Crónica de un concierto político

Fabrizio León Diez
Foto: Rodrigo Díaz Guzmán
La Jornada Maya

Mérida, Yucatán
Martes 2 de octubre, 2018

Cuando sonó la orquesta, las partituras se invirtieron: los músicos recibían en las escalinatas del teatro Peón Contreras y los políticos se apoderaron del escenario, donde no había atriles, sino pupitres.

Pero a las 12:36 horas, el director de esa agrupación no dio la espalda, se expuso de frente, sin batuta y habló. Ya no se trataba de un concierto, era el momento culminante de una pieza largamente anunciada: la gubernatura se había consumado.

Minutos antes, la obertura, compuesta por el estribillo musical de El Fantasma de la Ópera y tres danzones recibió a los invitados; minutos después Mauricio Vila Dosal, en prosa, bosquejó: “en Yucatán no hay ríos ni montañas que nos separen” y sobre ese paisaje construyó su discurso social, más cercano a la izquierda en boga, que a una derecha producida en casa.

¿Qué faltó? Quizá una pausa para tocar el tema comunicación.

A las 13:11 horas la ceremonia ya había terminado y el público, ya fuera de las butacas, saludaba al nuevo gobernador, mientras en los palcos principales del teatro, los enviados del próximo mando morenista se despedían de los empresarios; en el pasillo central, les daba igual irse a la izquierda que a la derecha; ya a nadie le importaba eso, sólo querían caminar, encontrar un puente y como en vagón de tren, el salón de los fumadores. Tremenda sed; eran casi las 14 horas del primer día de octubre y afuera del Peón Contreras se levantaba el fresco y la humedad de una llovizna; mientras un manto de 38 grados cubría a la barahúnda.

Desde la fila H no se escuchaba la plática de Josefa González, quien será nueva secretaria de Medio Ambiente, con Margarita Zavala. Tampoco de lo que discutía el gobernador de Campeche, Alejandro Moreno Cárdenas, o las indicaciones de Jorge Carlos Ramírez Marín; y, aún menos, lo que pactaba Zoé Robledo, el enviado de AMLO, con todos y cada uno de los que estaban sentados a su izquierda y a su derecha, pero en primera fila.

Lo que sí se podía ver eran las conversaciones que la mujer de a lado mantenía, pausando con la mirada concentrada en el WhatsApp, tratando de resolver en pocas palabras un tobogán de pasiones.

En la esquina del fondo había otro conversatorio, todavía más hermético; el del comandante Luis Felipe Saidén rodeado de los altos mandos militares, a quienes les enseñaba en su celular un mensaje que atrajo su mirada.

Una ola de susurros invadió las primeras filas; era la voz de las mujeres a la llegada de la diputada Dulce María Sauri, quien tomaba de los brazos a María Fritz, felicitándola por ser la nueva secretaria de Gobierno y concertando una cita pronto.

Eran ya las horas del almuerzo en Mérida, el gobernador caminaba a su despacho por la calle 60 y el escrito de su discurso reposaba en un atril; mientras, los tramoyistas sí almorzaban.

[i]Mérida, Yucatán[/i]
[b][email protected][/b]