Jafet Kantún
La Jornada Maya

Mérida, Yucatán
Domingo 20 de enero, 2019

El Programa McGuire, creado en 1994 por Dave McGuire, es reconocido mundialmente debido a su eficaz tratamiento de la tartamudez. Alfredo González, director regional en Latinoamérica del programa, encabezó este 20 de enero una dinámica de presentaciones en la que los egresados del programa enfrentaron uno de sus mayores desafíos: hablar en público, frente a desconocidos, en una concurrida Plaza Grande en el centro de la capital yucateca.

Un cinco por ciento de la población mundial, en la niñez, presenta problemas de tartamudez. La mayoría de ellos simplemente lo dejan de hacer en cierto punto; pero aquellos que no (cerca del dos por ciento de ese grupo) en algún momento se dan cuenta de su dificultad, y lo que es al principio un problema físico se vuelve todo un complejo psicológico, lo cual con el paso del tiempo acarrea problemas de seguridad y agrava la situación.

Flor Aurora, Andrea López, Joaquín Becerra, Alicia Corrales, Lilia Uc, Habib Becil y Alfredo González, todos partícipes del programa, dieron discursos en los que explicaron su situación, los retos y dificultades que enfrentaron por ser tartamudos y el cambio que les significó poder hablar sin trabas.

“Pararme frente a un público fue una de las mayores experiencias de mi vida”, afirmó Flor Aurora frente a unas cincuenta personas que atestiguaban el acto en el parque. “Estudié una carrera 100 por ciento hablada: comunicación, donde me di cuenta de que falta mucha concientización sobre el tema”, señaló Joaquín Becerra.

Todos ellos, en voz alta dijeron ser personas que tartamudean, y cerraron sus intervenciones con un “sí se puede”.

Alfredo González, quien es instructor certificado de los cursos que brinda la agrupación y está a cargo del proyecto en Latinoamérica, señaló que la tartamudez le significó todo un estilo de vida en el que tenía que anticiparse a muchísimas situaciones con tal de evitar momentos incómodos por su habla. Eso afectó su vida drásticamente, desde la carrera que estudió hasta la forma de relacionarse con personas.

“Una persona dice al día un promedio de 5 mil o 7 mil palabras. Generalmente hablar es algo que todas las personas tienen como fácil, pero cuando vives con tartamudez cada una de esas 5 mil palabras es un ‘¿Me saldrá bien?’”, describió.

El experto destacó que la tartamudez es un problema que inicia en lo físico, por una falta de sincronización entre los músculos que articulan los sonidos y la respiración. Cuando el niño se da cuenta de que tartamudea, muchas veces porque sus padres intentan corregir su habla, comienza a hacer esfuerzos por no hacerlo, aquello puede provocar un problema psicológico que al crecer deriva en “trucos” como muletillas, el uso de sinónimos o incluso tics donde la persona se puede lastimar.

El programa McGuire, en este sentido, ha mejorado notablemente la calidad de vida de sus ingresados, comentaron los ponentes en los discursos públicos efectuados en el centro de Mérida. En un lapso de cuatro días y bajo un curso intensivo de más de 12 horas diarias, sus participantes, de entrar sin poder decir sus nombres con fluidez, pasan a hilar palabras frente a un público sin [i]trabarse[/i].

Esto gracias a que se aborda las implicaciones físicas que conllevan a la tartamudez y el componente psicológico, de modo que se atiende la situación de manera transversal. En el grupo se abarca el problema de una forma que de otra manera tendrían que atender diversos especialistas, desde terapeutas del lenguaje hasta psicólogos, y todos ellos sin una coordinación mutua, precisó.

Alfredo González destacó que en el programa todos sus integrantes son personas que tartamudean, y nunca dejan de serlo: aprenden a controlarlo y aceptarlo, “se aprende a convivir un poco más saludable con la situación”, lo que se refleja en una mayor seguridad y dicción. No obstante siempre hay un seguimiento y una práctica, ya que ante situaciones de estrés el primer lugar donde se nota la presión es en la tartamudez, reflejó.

Al respecto, la agrupación se mantiene siempre en contacto por sesiones en línea a través de Skype, en donde pueden dialogar entre ellos y seguir practicando su fluidez de habla. En las ciudades donde se dan cursos presenciales también se organizan eventos como la de este domingo con tal de enfrentar sus temores.

A nivel Latinoamérica el programa se encuentra en Colombia, Perú, Argentina, Chile y México; en el país, hay sesiones físicas así como una comunidad de personas con el problema en las ciudades de Mérida, Guadalajara, Monterrey, Torreón y la Ciudad de México.

El programa se ofrece a personas a partir de los diez años. Para ponerse en contacto, se puede buscar el facebook de Programa McGuire México y el twitter @McGuireMex.

Finalmente, Alfredo González, quien ya lleva más de 60 cursos instruidos, comunicó a modo de consejo para las personas que tartamudean que aún no están en el programa una serie de consejos: “Hay que ser todos los días muy valientes, todos los días decidir enfrentar las situaciones que son incómodas y darle una buena cara a la vida”.


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