El oro líquido de Yucatán

Javier Becerril*
Ilustración: Iván Hernández 2018
La Jornada Maya

Martes 5 de febrero, 2019

Los hogares que habitan en las áreas rurales de Yucatán han sorteado las crisis cíclicas recurrentes que ha experimentado México en las últimas cuatro décadas (1980-2019), con cambios estructurales en la economía mexicana, desde la implementación del modelo neoliberal y la entrada en vigor del Tratado de Libre Comercio con América del Norte (TLCAN), hasta el inicio de la llamada cuarta transformación (4T).

La estrategia que han adoptado los hogares es la diversificación de sus fuentes de ingreso, migrando a los principales centros urbanos para emplearse en trabajos informales como el servicio doméstico, construcción, limpieza, vigilancia y servicios turísticos, o emigran al país vecino del norte.

También se valen de la agricultura tradicional y conservan las variedades nativas de cultivos en el sistema de la milpa (cultivando maíces y frijoles, entre otros productos); se sirven del sistema de traspatio, conocido localmente como Solar, cultivando plantas locales y animales de corral, en su mayoría endémicos; o bien aprovechan los recursos del monte y la elaboración de artesanías, como el urdido de hamacas, tallados de madera, confección de hipiles y guayaberas.

Finalmente, hay quien se dedica a los servicios de transporte poco tecnificado y sin las debidas normas de seguridad, como lo son los mototaxis, o a la explotación de los mantos freáticos subterráneos (cenotes), a través del turismo alternativo.

Para cualquier estudioso de los principios de economía, los hogares rurales mantienen un portafolio con diferentes carteras de inversión, empleando por ciclos a la mayoría de los miembros de familia y aprovechando los diferentes programas de política pública: sociales o productivos, focalizados y de transferencias directas. Es así como éstos han sobrevivido a los diferentes ciclos económicos.


[b]Apicultura[/b]

Sin lugar a duda, una actividad que se ubica por encima de todas es la apicultura, que consideramos como “El oro líquido de Yucatán”, que se debe aprovechar y generar mayor valor agregado para obtener mayor riqueza de este preciado producto que proviene de manos campesinas con identidad y conocimientos mayas locales, aplicando técnicas de logística en los procesos de empaque y distribución. Las abejas Melipona (Xunan-kab, Melipona beecheii), Europea (Apis mellifera) nos ofrecen Servicios Ecosistémicos (SE) invaluables: polinización, producción de miel, conservación de la agrodiversidad y biodiversidad.

La miel de abeja es considerada aquí como “oro líquido” pues además de las bondades en nutrición humana, conservación y continuidad de los ecosistemas, los ingresos monetarios que los apicultores aprovechan de la venta son estadísticamente significativos, positivos y robustos, además contribuyen con el alivio de la pobreza –medida en términos monetarios.

Los resultados que aquí se reportan provienen de un proyecto de investigación de la Universidad Autónoma de Yucatán (UADY), financiado por la Fundación W.K. Kellogg sobre Evaluación de Impactos de los proyectos sociales de la UADY en las áreas rurales de alta y muy alta marginación.


[b]Revelaciones de encuesta[/b]

En 2017 se entrevistaron al azar a 313 hogares en 23 localidades en 15 municipios yucatecos. 82 de los 313 hogares (26 por ciento) reportaron que practicaban la apicultura. Los hallazgos muestran que existe una diferencia en el ingreso -dinero- por persona mensual de 780 pesos mexicanos frente a los hogares que no realizan apicultura. Además, estos hogares de pequeños productores agropecuarios tienen la probabilidad de reducir su condición de pobreza en 12 por ciento, comparado al resto de hogares que no producen y aprovechan el “oro líquido”.

El trabajo de campo también incluyó un análisis cualitativo, encontrando que el patrimonio biocultural de los pueblos originarios se caracteriza por una racionalidad de diversificación para satisfacer necesidades materiales y no.

Esta diversificación se refleja en la gestión sustentable de los ecosistemas locales, intermunicipales y estatales, promoviendo una simbiosis entre la sociedad y la naturaleza. En contraste, la actividad económica impulsada por las demandas del mercado ha provocado el agotamiento de los recursos naturales, incluida la biodiversidad.

[b]Declive de población nativa[/b]

En la península de Yucatán, el declive de la población nativa de abejas Xunan-kab se encuentra en niveles críticamente bajos. En las últimas décadas, ha sido reemplazado en gran medida por la abeja europea de mayor rendimiento.

El declive global de los polinizadores amenaza los SE que proporcionan. Los esfuerzos para abordar la disminución de la población de abejas suelen estar orientados hacia el mercado, prestando poca atención a los SE, en particular a los SE Culturales (SEC) proporcionados por la abeja Xunan-kab.

En esta época de consultas ciudadanas para elaborar los planes de desarrollo del ejecutivo federal y estatal en turno, se sugiere considerar la valoración de SEC atribuida a la abeja Xunan-kab, basada en el patrimonio biocultural maya de Yucatán, lo que puede ser un activo importante para aumentar la apicultura nativa, el nivel de ingresos de los hogares que la producen como opciones de Desarrollo Sustentable, conservación de los ecosistemas y mayor consumo del preciado líquido.

Desde la perspectiva de la ecología política, esta revalorización representa una forma de descolonialidad que fortalece los valores tradicionales locales basados en la epistemología local.

Los pueblos originarios han sobrevivido al TLCAN, a las políticas neoliberales, a la globalización y a la Revolución Verde con la implementación de paquetes tecnológicos: físicos, biológicos y químicos. Ahora enfrentan una nueva preocupación, ni más ni menos que el megaproyecto del tren maya.

*Profesor-investigador de la Facultad de Economía de la UADY.

[i]Mérida, Yucatán[/i]
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