14 personas trabajan cuando las máquinas no están encendidas en Ganso Azul

Texto y foto: Gina Fierro
La Jornada Maya

Mérida, Yucatán
Martes 19 de marzo, 2019

Antes de la llegada del personal, ellos preparan la zona de trabajo, encienden las máquinas de planchado y fusionado para que alcancen su temperatura ideal, colocan el aire comprimido, encienden el aire acondicionado y se aseguran de que las condiciones del equipo sean óptimas para que a las 7:50 de la mañana los empleados de Ganso Azul ingresen a la compañía.

Se trata de un equipo de 14 personas que se encarga de dar mantenimiento a cerca de mil máquinas. Ellos conforman el área de mecánica, un grupo que labora normalmente fuera de los horarios de la empresa, en el momento en que las máquinas no están encendidas.

“Cuando la planta no trabaja, nosotros tenemos más actividad. Hacemos los mantenimientos preventivos y correctivos”, detalla Carlos Sosa, líder del sector.

“Somos como el área de pits”, ya que al recibir el reporte de una máquina, los mecánicos tienen entre 15 y 20 minutos para atender la reparación o, en su caso, realizar el reemplazo del equipo.

El tiempo, asegura, es un factor decisivo en su labor, pues “las líneas de producción no pueden detenerse. Parte de nuestros indicadores es el tiempo que le quitamos a la producción. Mientras la respuesta sea más rápida, nuestros indicadores estarán bien”.

“Necesitamos ser como en una carrera cuando el carro se levanta, se le cambian las llantas y otra vez a trabajar. Eso es lo que se hace, atender lo más pronto posible al personal”.

[b]De lo manual a la automatización[/b]

“Antes, el tendido de las telas era manual; ahora no, una máquina automática con una plataforma separa y corta; hay algunas que incluso te dan los buenos días cuando las enciendes”.

El empleado con 30 años de experiencia en la industria maquiladora, cuenta cómo el trabajo de mecánica ha evolucionado con la modernización, de tal manera que muchas tareas se han sustituido con la automatización. “No nos podemos quedar rezagados, tenemos que caminar con los avances”, dice.

En sus inicios como mecánico, Carlos recuerda los aparatos de doble aguja, over, cover y rematadoras. “Al principio eran simples, ahora no, ya viene lo electrónico, las automatizaciones, cortadoras electrónicas, touch...”

Actualmente, detalla, hasta un 80 por ciento de las máquinas de Ganso Azul operan a través de un sistema electrónico.

[b]Tiempo de vida[/b]

Una tarea importante del área de mecánica es la de mantenimiento, gracias a la cual se asegura el tiempo de vida del equipo. “Los mantenimientos se calendarizan mes a mes” y se realizan fuera de los tiempos de operación, con el fin de no interrumpir los procesos de costura.

En el tema, el empleado explica que existen tres tipos de mantenimiento, el preventivo, predictivo y correctivo, siendo el primero vital para prolongar el periodo de vida de la maquinaria. “Con un mantenimiento adecuado se puede llegar a 15 años de uso y seguir trabajando”, asegura.

El cuidado preventivo resulta relevante porque involucra aspectos que garantizan la seguridad de los operadores. En este proceso, “se verifican las guardas, los protectores de ojos, dedos, y el estado de las bandas de los motores”.

Los incidentes, afirma, no pasan de algún raspón o heridas leves. “Es importante que los operadores observen las medidas de seguridad, porque ha ocurrido que levantan la guarda y meten el dedo, y ahí ya no hay defensa”.

[b]Hay que ser inmediatos[/b]

“Eres como un doctor general, conoces todas las máquinas, pero tienes que especializarte en una”.

En su experiencia y como técnico en electromecánica, Carlos comenzó a profesionalizarse años atrás como mecánico de piso y posteriormente se especializó en las máquinas rematadoras.

Después de 10 años en el puesto dentro de producción, hoy el empleado se encuentra al frente del grupo de personas que tienen en sus manos la operación total de la maquinaria de la empresa.

La parte más complicada es tratar que el personal esté conforme, así como encontrar refacciones difíciles de conseguir o tener que sacar de operación una máquina que es única.

“Hay que innovar, pensar para resolver cosas; por ejemplo en cosas que se hacían en dos operaciones, decir: pues ahora lo hago en una, lo más ágil que se pueda. Hay que ser inmediatos”.

[b]Empleados a futuro[/b]

A sus 54 años, y con 13 años de antigüedad en la compañía, Carlos se considera un empleado con mucho por aportar a la empresa. “Me veo y me siento todavía aquí en Ganso Azul, me siento útil”.

“A sus 80 años, Chuchito, el jardinero, sigue laborando aquí. Y yo me veo como esa persona y digo ‘sí me gustaría ser como Chuchito’, alegre y trabajador. Y esta empresa es buena, ha sido un soporte importante para mí”.

“A veces te invitan a trabajar a otro lado y miro la situación de fuera y está difícil. A veces se construye un centro de trabajo y ¡pum! se va la empresa, pero Ganso Azul es una empresa sólida, lo mismo que sus prestaciones. Es una empresa fuerte donde gracias a Dios tenemos trabajo para aventar al cielo, eso es lo que me hace seguir acá, y el compromiso que tengo con la empresa”.

Finalmente, el empleado invita a otros a unirse a Ganso Azul y dice “quieres trabajo, aquí hay”.