Todos somos lunas, tenemos una cara de luz y una oscura: Luna Bella

Katia Rejón
La Jornada Maya

Mérida, Yucatán
Sábado 23 de marzo, 2019

Un día perfecto para Luna Bella es un día en el que pueda cantarle al aire y a las estrellas con un ukelele desde su hamaca, en una playa virgen. Un día perfecto para ella es algo parecido a una foto de calendario: olas, gaviotas, cangrejos, arena en sus pies y hasta una familia de delfines.

Está cansada de hablar con los reporteros que le preguntan con pudor sobre su pasado en la industria de la pornografía y el teibol. Pero aún así, toma agua y contesta muy segura sobre su adicción a las drogas haciendo hincapié en que ahora está muy bien. Luna Bella se hizo famosa en el 2012 por un video viral en el cual se desnudaba en un espacio público, y una vez que tuvo los reflectores se preguntó “¿qué puedo hacer?” y decidió hablar sobre sexo.

“Por algo pasan las cosas. De conocerme sólo en mi colonia, me hablaban de Ecuador, Chile, para hacerme una entrevista y yo decía ¿y qué les digo? Entonces empecé a hablar de lo que sabía: de sexo. A través de mis experiencias hablé de sexualidad”, cuenta.

Los primeros en seguirla fueron los hombres, después las mujeres y al final “me adoptó la comunidad gay”, afirma. Para cuando se volvió popular en las redes sociales, su seguridad ya era de acero. En su libro [i]La porno-youtuber que escandaliza a México. Una descarada autobiografía…[/i] (con los tres puntos suspensivos), de la editorial Proceso, cuenta cómo sufrió maltrato infantil y carencias que la llevaron a la prostitución y a las drogas.

“Yo lo escribí. Mucha gente me dijo que cómo voy a escribir un libro, pero sí. Me lo propuse. Es un sueño desde hace cinco años hasta que me decidí porque se lo había prometido a mis seguidores. En la editorial me ayudaron a corregir las faltas de ortografía. Sí sé de ortografía pero no al cien, todos tenemos nuestras fallitas”, explica.

Su historia tiene una entonación mística y de superación personal: “Para mí fue una liberación, la importancia de viajar ligero por la vida, tranquila y en paz. Mucha gente critica mi trabajo pero me metí a esto por necesidad. Es un oficio má que todavía no es bien visto”.

Después de hablar de cómo la adicción la llevó a sentirse vacía y a intentar suicidarse, asegura que tocó fondo y ahora quiere inspirar a mujeres para que salgan adelante como ella. Hace cuatro años que está sobria y sin probar drogas, con una pareja, “un ángel que Dios me mandó” y la motivación de estar viva después de pasar tres veces cerca de la muerte.

En algún momento de la entrevista cuenta la teoría de uno de sus amigos: la luna estaba pegada con la Tierra y hubo un choque, pero es tanta la atracción que tienen que siempre están cerca. “La luna forma parte de la Tierra, entonces somos seres de luz que se han deteriorado con tanta maldad. Todos somos lunas, tenemos una cara de luz y nuestra cara oscura”, platica.

Además del libro hace artes circenses, pole dance, danza aérea, gimnasia, canta y toca el ukelele. Le acaban de ofrecer la adaptación de una serie o película de su libro. “Me gustaría hacer una segunda parte, porque mi vida todavía no acaba”, dice, y finaliza -por fin- las entrevistas.