Abraham Bote
Foto: Rodrigo Díaz Guzmán
La Jornada Maya
Mérida, Yucatán
Viernes 5 de abril, 2019
Habitantes de las comisarías de la ciudad padecen de un sistema de transporte público deficiente, prácticamente nulo, lo que les complica acceder a varios servicios básicos como son el de salud o de educación, que sólo son brindados en la capital, problema que no ha sido atendido de manera adecuada.
Incluso, jóvenes tienen que dejar la escuela para trabajar, pues no cuentan con acceso a un transporte eficiente que los lleve a la capital yucateca y los pocos que hay tardan en pasar, o la comunidad tiene que contratar un servicio particular para que los lleven, lo que les resulta caro. Más que bajar 0.50 centavos, necesitamos un transporte público accesible para toda la población y que sea un tema de derechos humanos, no con finalidades lucrativas, agregó el activista, señaló Adrián Gorocica Rojas, miembro de la Asamblea Ciudadana y ex candidato independiente al Congreso local.
Por cada 10 unidades de transporte público que circulan en Mérida, al menos una está vieja o representa un peligro para el ambiente y la ciudadanía, aseguró en semanas pasadas Aref Karam Espósitos, titular del Instituto de Movilidad y Desarrollo Territorial del estado (Imdut).
El titular de la dependencia indicó que existen alrededor de mil 200 autobuses circulando actualmente, de los cuales 200 están en malas condiciones (16.2 por ciento) y 100 más están fuera de circulación, aunque admitió que estos datos son “incipientes”, todavía.
Gorocica Rojas indicó que desde que fue candidato independiente detectó esta problemática, sobre todo en comisarías del norte como Dzityá, Cosgaya, Sierra Papacal y Oncán, donde los jóvenes dejan de estudiar porque no entra el transporte público, o de manera escasa, y ahora en las asambleas ciudadanas las personas externan la misma situación.
Agregó que ante este panorama, muchos optan por un servicio particular que cobra alrededor de 50 pesos, o más, para acercar a la población a Mérida y luego tomar el transportarte público para llegar a su destino; luego pagar lo mismo para regresar a sus comunidades. Sin embargo, muchas familias tienen un ingreso diario de 200 pesos y la mitad se gasta en una sola persona para trasladarse a su trabajo, escuela o al médico, lamentó.
Ante esta situación, explicó que los jóvenes deciden dejar de estudiar y empezar a trabajar para tener un ingreso y así ayudar a su familia.
Para el activista, hay que ver el tema del transporte público con un enfoque de derecho, y no lucrativo, como actualmente se ve. La gran mayoría de los servicios de salud, educación, recreación y acceso para la cultura están en la zona urbana de Mérida, por lo tanto si no se tiene un buen servicio de transporte público, a esas personas les están vulnerando su derecho a acceso a estos servicios.
Aunque opinó que bajar el costo del transporte es una buena señal, esto tiene que ir acompañado de una serie de ajustes en la frecuencia de las rutas y mejores unidades para que el impacto sea completo.
El ex candidato independiente espera que ese mismo ejercicio de consenso para la reducción de las tarifas también lo hagan para replantear el sistema de transporte público de la ciudad. Confía en que haya buena voluntad de las autoridades en resolver la problemática en general, pero que pareciera ser peor en muchas comisarías de la ciudad.
Por otro lado, dijo que con el colectivo buscan que los propios vecinos puedan tener la información necesaria y hagan las gestiones correspondientes ante las autoridades, sin embargo, dijo que la agrupación da seguimiento a las iniciativas en materia de transporte y en su momento podrían emitir algún comentario o mejora sobre éstas.
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