Reactivación de las casas de la cultura en Yucatán

Óscar Muñoz
Foto: Francisco Martín
La Jornada Maya

Martes 7 de mayo, 2019

Tal parece que por fin asoma la posibilidad de activar las casas de la cultura en Yucatán. Hace apenas unos días que la Secretaría de la Cultura y las Artes (Sedeculta) del gobierno del estado anunció la operación próxima de un proyecto de reactivación de estos centros culturales en los municipios de la entidad. El asunto reviste una gran importancia por la situación en que se han encontrado las casas de la cultura en los últimos años: elefantes blancos que fueron construidos por los anteriores gobiernos estatales en buena parte de los municipios, pero sin que muchos de ellos contaran con el equipo y mobiliario necesarios, el suficiente personal que ofreciera los diferentes servicios que un centro cultural como estos puede y debe cumplir y, lo más importante, un programa rector estatal y proyectos locales.

A pesar de que varios proyectos de construcción de casas de la cultura fueron consolidados, persiste la ausencia de programas operativos en estos centros culturales que fueron entregados a los ayuntamientos del estado sin los apoyos necesarios para su función. De aquí la necesidad de promover el diseño de un programa rector para estas casas de la cultura, así como la puesta en operación de propuestas de proyectos de carácter artístico y cultural.

Las circunstancias actuales en que se encuentran las casas de la cultura obligan a elaborar un programa de carácter estatal que favorezca el diseño de proyectos municipales que contribuyan en la activación de los centros culturales que están en condiciones de operar actividades artísticas y culturales. Cabe destacar que el programa rector tendría que ser integral, en el que quepan actividades propias de la región, aunque también aquellas que tengan carácter universal. Este proyecto tendría que ser incluyente, es decir, que considere tanto la cultura tradicional y popular como de la cultura vanguardista.

Hace unos días también el gobierno federal presentó públicamente el Plan Nacional de Desarrollo 2018-2024, en el que son establecidas, más que nada, las condiciones y los contextos en que deben estar orientados los programas, en este caso, de cultura. Si bien este plan de desarrollo no incluye objetivos, metas, estrategias ni programas concretos, lo cierto es que determina las condiciones en que cualquier proyecto de este ramo esté enfocado hacia la siguiente visión: “los humanos viven en sistemas culturales que van desde el lenguaje hasta las celebraciones y conmemoraciones, desde los patrones de comportamiento hasta la alimentación, desde el universo simbólico que cada persona construye hasta el disfrute y consumo de productos tradicionalmente denominados culturales, como la música, las artes plásticas, las letras y las artes escénicas.”

En este sentido, tanto el programa rector estatal como los proyectos municipales tendrían que tomar como base lo que es señalado en el mismo documento federal, y que está referido a las casa de la cultura: “Los recintos tradicionalmente consagrados a la difusión del arte no deben centralizar y menos monopolizar la actividad cultural. Ésta debe poblar los barrios y las comunidades y hacerse presente allí en donde es más necesaria, que son los entornos sociales más afectados por la pobreza, la desintegración social y familiar, las adicciones y la violencia delictiva.”

Habrá entonces que cuidar que los contenidos de los programas no sean reducidos a clases de folclore o de manualidades; habrá que ir más allá de lo acostumbrado en este tipo de centros; los proyectos tendrán que considerar las artes actuales, incluso las urbanas, para ampliar lo más posible la visión cultural de los habitantes de cada municipio y en general los de toda la entidad. No será suficiente con activar las casas de la cultura con cualquier acción, con tal de que parezcan funcionar; sería una simulación más. La activación, más que reactivación, debe ser integral, inclusiva, tradicional y contemporánea, para todos.

Queda pues, en el gobierno del estado a través de la Sedeculta, la responsabilidad de emprender la operación de las casas de la cultura para que, por primera vez en la historia de Yucatán, los ciudadanos participen en los proyectos y propongan nuevas acciones a desarrollar en estos centros, mirando siempre hacia atrás, en el caso de la conservación de las tradiciones más valiosas, y hacia adelante, en el caso de las artes contemporáneas y vanguardistas.

[b][email protected][/b]