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Normando Medina Castro
Foto: Raúl Angulo
La Jornada Maya

Jueves 9 de mayo, 2019

El combate del recale masivo de sargazo a las costas de Quintana Roo es una alta prioridad que exige la participación de todos por el alto impacto económico, ecológico, e incluso sanitario que representa la macro alga que ha arribado a los arenales del estado en cantidades muy superiores a las que había presentado anteriormente.

La estrategia de acometer la lucha para minimizar los efectos del sargazo de manera conjunta, con la unión de fuerzas y recursos, en mar y playas, con la participación de las secretarías de Marina, Medio Ambiente, Turismo y Hacienda, además de Fonatur, de manera coordinada con el gobierno estatal, los gobiernos municipales y los empresarios, dará mejores resultados ante la magnitud del problema que hace ineficaces los esfuerzos aislados.

Nadie debe marginarse en esta lucha titánica. Todos tienen que poner de su parte y quienes han usufructuado las playas, como si fueran parte de su empresa, tienen que participar, es justo reconocer que algunos han venido limpiando sus frentes a diferencia de otros que sólo exigen solución.

Politizar la contingencia del sargazo para sacar provecho partidista o personal está fuera de lugar y sólo evidencia un oportunismo ramplón.

Las playas de Cancún, Puerto Morelos, Playa del Carmen, la Riviera Maya, Tulum, Xcalak y Mahahual, golpeadas por la invasión de la macro alga, presentan una imagen inusual con toneladas de sargazo que cubren las arenas blancas y despiden un olor desagradable y penetrante. Ojalá y esta contingencia natural mueva también acciones de tipo ambiental y se respete a la naturaleza sobre explotada en aras de una falsa imagen de prosperidad y, de una vez, también se tomen medidas para diversificar la economía de Quintana Roo que depende, casi totalmente, de la actividad turística que crece y crece, precisamente por las bellezas naturales.

Todo de manera acelerada que ha permitido a los gobiernos montarse en la engañosa ola del crecimiento, sin tiempo para pensar en combatir la terrible desigualdad que acompaña ese crecimiento. Las condiciones sociales de la actualidad de los polos turísticos no dejan duda de que es un imperativo generar desarrollo y bienestar traducidos en mejor calidad de vida para todos, que impida el caldo de cultivo para la violencia y la inseguridad pública.

Una oposición motivada y movida por el odio, apoyada en la mentira para crear un ambiente deliberado de discordia que aspira a desestabilizar el país, tiene el camino equivocado. Es penoso que todos los desplazados por el voto masivo de los mexicanos el 1º de julio de 2018 se nieguen a aceptar la voluntad popular que es la soberana en cualquier democracia.

La derecha vociferante que ha tomado la postura fascista de ponerse por encima de la voluntad popular y vomita que van a salvar al pueblo del pueblo no tiene nada que ver con Gómez Morín, Maquío Clouthier, Correa Rachó, Carlos Castillo Peraza o don Miguel Martínez, por mencionar algunos personajes.

Quizás por eso la Fundación Carlos Castillo Peraza, publicó en su Facebook el pasado 2 de mayo una expresión de ese ilustres filósofo yucateco que presidió el PAN y murió en Alemania obligado al autoexilio: “Estoy convencido que Acción Nacional no puede pensarse a sí mismo como instrumento de presión en manos interesadas, para defender privilegios”.

Ni más ni menos. Viene a la memoria la imagen limpia de don Miguel Martínez cuando lo conocí en Chetumal a mediados de los ochentas durante el ejercicio periodístico, honesto y honrado, hombre honorable que presidió el PAN en Quintana Roo que, por su coherencia, incluso fue desterrado por Margarito Ramírez, cuando el ex ferrocarrilero gobernó el entonces territorio federal por 15 aciagos años. La ética no tiene colores partidistas, ni la coherencia, ni la congruencia. Simplemente se viven o no se viven.

Es complejo apoyar posicionamientos panistas en contra de AMLO y necesitar de él. ¿Quién tiende los puentes? ¿La senadora Mayuli Martínez Simón? Atrapada en su inexperiencia y sus ambiciones personales más sus sueños guajiros de permanencia y con un protagonismo errático que la llevó a votar en contra de la Guardia Nacional cuando es vital para recuperar la seguridad pública y la tranquilidad del estado, y después difundir un video en el que exige que el gobierno federal solucione el problema del recale masivo de sargazo.

Hay que añadir que es un secreto a voces que existe un poder tras el trono con una superestructura de tomadores de decisiones sin ningún arraigo. En la estructura formal, aparece como secretario de gobierno, Francisco López Mena, ¿dónde está su liderazgo y su pertinencia? No se sabe con qué afán sigue aferrado a una posición en la que parece inoperante y a la sombra del poder tras el trono.

Todavía es tiempo de tomar acciones concretas, profesionales y efectivas para cortar de tajo la creciente inseguridad pública de Chetumal. Cada día arrecian las protestas ciudadanas por ese cáncer social e incluso aliados del gobernador publican en sus redes sociales el malestar por el incremento imparable de la delincuencia en la capital. En fin, son cosas que pasan en nuestro país y en nuestro caribeño estado.

¡Hasta la próxima!

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