La negación de los amorales

Normando Medina Castro
Foto: Pemex
La Jornada Maya

Jueves 8 de agosto, 2019

La constante de los mexicanos poderosos es la negación vehemente de sus errores y abusos, a pesar de evidencia clara que los incrimina y señala de manera inobjetable, insultan la inteligencia de los demás, como si la verdad dependiera de su conveniencia y no de la realidad.

No conocen el arrepentimiento, jamás hacen acto de contrición, son amorales y se creen sus propias mentiras. No piden ni quieren perdón, porque simplemente no aceptan haber cometido ningún error, ni ilícito alguno. Se consideran impolutos y cuando son señalados y acusados, niegan las pruebas en su contra y recurren a todos sus recursos y a los de sus iguales, porque en México los ricos y poderosos sí tienen conciencia de clase y se protegen unos a otros.

Los dos involucrados en la compraventa de la petroquímica agro nitrogenados, inservible y en calidad de chatarra a un precio cercano a los 275 millones de dólares, Emilio Lozoya, ex director general de Pemex, y Carlos Ancira, presidente del Consejo de Administración de Altos Hornos de México, jamás han aceptado su responsabilidad en esa acción que dañó el patrimonio de México y asestó uno de tantos duros golpes a la petrolera mexicana, que los gobiernos neoliberales se empeñaron en destruir.

Carlos Ancira fue detenido en Mallorca, España y está en proceso de extradición, aunque obtuvo su libertad bajo fianza, y pese a las evidencias contundentes de que la planta de agro nitrogenados que le vendió a Pemex era chatarra, lo niega airadamente, pese a evidencias reunidas por la ASF. No ha producido cantidad alguna de urea, y junto con la otra empresa de fertilizantes (Fertinal) su compra y rehabilitación han significado un gasto inútil de alrededor de mil 395 millones de dólares de dinero público. Ahora el empresario, muy cercano al ex presidente Carlos Salinas, se dice víctima de una "persecución política".

Emilio Lozoya, cuyo padre, Emilio Lozoya Thalmann, fue cercano colaborador de Carlos Salinas, niega su responsabilidad y busca mantener la protección impúdica que siempre tuvo en el gobierno de Enrique Peña Nieto, aún a fuerza de amenazar con involucrarlos a todos. Su grosera opulencia es inocultable y sus relaciones con la empresa Odebrecht también. Sin embargo, clama su inocencia y que es un perseguido político, igual que Ancira.

El diseño del país actual, tomó forma a partir de la irrupción de la tecnocracia en el poder público de México, relegando a la clase política y los valores de la Revolución Social Mexicana en el sexenio presidencial de Miguel de la Madrid, quien puso las bases para la entrada del neoliberalismo depredador, antinacionalista, clasista, amoral y mitómano de Carlos Salinas.

Con la privatización enfocada al debilitamiento del Estado como institución, Salinas remató bancos y empresas productivas y de servicios, propiedad de la nación, a precio de ganga para sus amigos y socios, y conformó el nuevo mapa de mujeres y hombres poderosos de México, sin más Dios real que el dinero y más allá del bien y del mal.

Ricos y poderosos intocables, fuera del alcance de las leyes, de la justicia, de los convencionalismos y de la ética. Muy por encima del pueblo soberano. Un soberano ignorado, humillado y subestimado que se sublevó en julio de 2018 y que ahora con AMLO como presidente asestó un golpe real a la oligarquía con la detención de su abogado favorito Juan Collado y las auditorías a la financiera Libertad.

El legado neoliberal se refleja en el balance de la pobreza 2008-2018 presentado por la Coneval, con casi 72 millones de mexicanos sin seguridad social, 52.4 millones de pobres, 9.3 millones en pobreza extrema, un 45.3 por ciento de la población vulnerable y en riesgo de caer en la pobreza y el 61.1 por ciento de los mexicanos no tiene ingreso suficiente para adquirir la canasta alimentaria y pagar servicios, a pesar de que en ese periodo de diez años se invirtieron más de 40 billones de pesos en desarrollo económico y social. La violencia y la inseguridad con cientos de miles de muertos y desaparecidos les da en la cara. La corrupción jamás ha permitido avanzar. Los resultados no mienten.

La ambición y la codicia no tiene colores partidistas, tal como dan prueba las autoridades municipales morenistas de Playa del Carmen, que menosprecian la inteligencia y la capacidad de reacción de los ciudadanos, que no tiene nada que ver con la guerra sucia, plagada de absurdos, de sus enemigos estatales.

A pocos días del aniversario de la creación del municipio Solidaridad, echaron a andar el negociazo de los parquímetros, aprobado por el anterior cabildo presidido por el PAN-PRD, sin pudor y sin respeto a la ideología de López Obrador, demostrando que en este palenque es tan malo el pinto como el colorado.

En México, fondo y forma se funden y confunden en la vida política, como afirmó Jesús Reyes Heroles en el mismo discurso en el que urgía a los priístas de antaño a acabar con la politiquería y hacer más política, pero pocos le hicieron caso y por eso están al borde de la extinción.

La foto que publicó en su Twitter el 2 de agosto, Mara Lezama, alcaldesa de Benito Juárez, puede tener muchas lecturas, junto con un texto de felicitación por su cumpleaños al abogado y empresario radiofónico favorito de todos los gobiernos de Quintana Roo, Gastón Alegre, ahora según dice la presidente de Cancún "gran promotor de la cultura maya y durante muchos años ha impulsado el movimiento de nuestro presidente".

En la foto, como el más solemne y protocolario de los eventos oficiales, en la más pura ortodoxia, aparece el titular del ejecutivo estatal con el festejado y los titulares de los poderes legislativo y judicial de Quintana Roo, algunos presidentes municipales, el súper delegado de la 4T en el estado y, por supuesto, el hijo del cumpleañero, diputado federal por Morena, evangelizador y distribuidor de biblias traducidas para la población maya hablante, Luis Alegre.

Son delicados los señalamientos en torno a que el despacho jurídico familiar de los Portillo Navarro, a cargo de María Jovita, litiga asuntos laborales radicados en las Juntas de Conciliación y Arbitraje, lo cual pone en situación de desventaja a sus contra partes, debido a que Catalina Portillo es secretaria del Trabajo y Previsión Social del autonombrado gobierno del cambio que encabeza Carlos Joaquín. En fin, son cosas que pasan en nuestro país y en nuestro caribeño estado.

¡Hasta la próxima!

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