Texto y foto: Abraham Bote
La Jornada Maya

Mérida, Yucatán
Domingo 19 de enero, 2020

Para Felipe Sosa Moo, quien trabaja como mesero en el hotel Holliday Inn, lo más valiosos de su labor es quedar en la memoria de los huéspedes y comensales, que lo recuerden si algún día regresan. “Hola, aún sigues aquí, ¡qué bueno verte!”, que le digan eso, que te recuerden es lo que alimenta su alma y su corazón, admite.

Felipe, de 55 años, trabaja en el hotel desde hace 25 años. Sonríe todo el tiempo, incluso durante la entrevista no deja de ocultar esa sonrisa en su rostro. Refleja orgullo al hablar de su labor, pues se ha superado con el tiempo, gracias a los cursos y talleres que ofrece la empresa.

Llegó a la empresa al ver un anuncio en el periódico. Primero estuvo en departamento de Áreas Públicos, realizando labores de limpieza durante dos años; luego, al querer superarse más, tomó los cursos de capacitación que ofrece el hotel para pasar a Lavandería. Entonces una hora antes de entrar a sus labores, y después de salir, tomaba los cursos. “Algo difícil, pero tenía las ganas de probar nuevas cosas y seguir aprendiendo”, agrega.

Pero no se quedó conforme con eso, por lo que después de ocho años “brincó” y ahora trabaja en el área de restaurante como mesero, luego de tomar también más cursos y adquirir mayores conocimientos. “Uno nunca deja de aprender, es bueno aceptar retos y hacer más cosas día con día”, reflexiona.

Si bien ya había tomado capacitación antes en algunos eventos durante su formación, la primera vez que realizó labores como mesero estuvo nervioso, confiesa, pero confiaba en que todo lo sabía dentro y sólo necesitaba valor.

Sin embargo, revela que lo que más le costó trabajo fue entablar una conversación con los clientes. “Fue difícil, todo comienza con un poco de nervios, pero ya lo había visto antes, eso me ayudó a adaptarme para aprender más” indica.

Asimismo, precisa, que entablar una plática con un comensal es lo más importante, por lo que hay que ver la manera de lograrlo, y en algunas ocasiones pareciera que tiene que ser una especie de vidente. “Desde que llegan los comensales ya debes saber lo que necesitan para así saber cómo tratarlo, cómo acercarse, saludarlo con respeto”, indica.

Para Felipe, lo que más le agrada de su trabajo es conocer a gente de otros estados y países. El idioma no es impedimento para compartir experiencias y le gusta compartir cosas de su pueblo natal, Bokobá: “me gusta conocer gente de otros lugares, que lleguen y te saluden, es algo muy especial”, expresa.

[b]Reconocimientos[/b]

Por su dedicación, Felipe ha sido reconocido múltiples veces por el empleado del mes, incluso ya ganó una vez ser el empleado del año, y el 2019 quedó en la final. Pero a él no le importan los premios, sino hacer bien su trabajo, atender a la gente, que tengan una momento agradable, que su estancia sea placentera y disfruten de sus platillos en el restaurante.

A pesar de llevar casi la mitad de su vida trabajando en Holliday Inn, advierte que seguirá trabajando mientras pues, “hasta que el cuerpo aguante daremos todo lo que se pueda para servir a los demás, y dar un buen servicio”, enfatiza.

Para Felipe, el hotel representa muchas cosas pues le ha ayudado a salir adelante, “es parte de mi vida, me siento bien aquí”, afirma.


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