Mujeres profesionistas en Mérida

Javier Becerril*
Foto: Alicia Morales
La Jornada Maya

Lunes 9 de marzo, 2020

Este 8 de marzo celebramos a las mujeres en el marco del Día Internacional de la Mujer, reconociendo su labor en sus diferentes roles: productivo, reproductivo y social. Y el 9 de marzo realizaremos conciencia en su ausencia. Esto motiva a reflexionar en profundidad y dilucidar la realidad en la que viven las mujeres profesionistas y asalariadas en Mérida, bajo una similitud de condiciones entre mujeres y hombres: edad y nivel escolar, pero grandes diferencias en el nivel de ingreso mensual.

La diferencia salarial es abrumadora –insisto, a pesar de la similitud de condiciones: edad y preparación profesional-. De una muestra de mil 755 entrevistas la diferencia salarial va de los mil 178 hasta los 13 mil 368 pesos en el ingreso mensual promedio, siempre por arriba de lo que perciben las mujeres. La edad promedio de la muestra de las mujeres y hombres entrevistados ronda un promedio de 25 a 37 años y un nivel profesional de carrera concluida o trunca. Es decir, los hombres reciben un salario superior entre el 19 y 53 por ciento. Y culturalmente, cuando en una familia sucede lo contrario, es comúnmente conocido que puede generar problemas familiares, por el simple hecho del machismo tan arraigado en nuestra sociedad.

A esto hay que agregar que la intensidad y horario de actividades para las mujeres es mayor, pues una vez concluida su jornada laboral (ocho horas promedio día), en el hogar deben cumplir con el cuidado de los hijos, y claro está, todo lo que implica tener un hogar limpio, saludable, ropa limpia, una familia bien alimentada, revisar tareas de los pequeños y al final del día estar sonriente para el cónyuge. Así la lista de actividades al interior de un hogar típico se torna interminable y sin horario establecido; y en la mayoría de los casos poco valorado y reconocido.

Está claro, y es justo reconocer el esfuerzo que ha realizado el Ejecutivo federal, en romper una inercia por más de 40 años de una caída en el poder adquisitivo del salario real en México (el punto máximo del salario real fue registrado en 1976). Hoy, la llamada 4T rompió con esa inercia del nulo crecimiento del salario real a través de la “nueva política de salarios mínimos” (www.gob.mx/STPS); que está enfocada en la recuperación paulatina y responsable del poder adquisitivo de la clase trabajadora. El salario mínimo general nacional (SMG) a partir del 1 de enero de 2019 subió a 102.68 pesos (siendo previamente de 88.36 pesos diarios), el SMG fronterizo (norte de México), a partir de la misma fecha, por 176.72 pesos. Y a partir del 1 de enero de 2020 un aumento del 20 por ciento global, pasando de 102.68 a 123.22 pesos diarios.

Es importante reconocer el esfuerzo del Ejecutivo federal, pero el camino aun es largo por recorrer para terminar con la diferencia y desigualdad salarial entre mujeres y hombres, que de acuerdo con los hallazgos en este estudio lo demuestran: 19 a 53 por ciento más para hombres, en igualdad de circunstancias de edad y educación. Sería deseable que Ejecutivo federal y estatales trabajaran decididamente con las cámaras empresariales para lograr la igualdad de salarios, sin temor a la inflación; por el contrario, se reactivaría el mercado interno.

Tengo la firme convicción que al incrementar el salario real de las mujeres trabajadoras se podría aumentar la calidad de vida de los miembros de una familia. Una mujer administra, distribuye y gestiona el ingreso familiar (o su ingreso) con mayor responsabilidad y en pro y beneficio de sus hijos –incluido el cónyuge-. Esto, sin lugar a duda llevaría a una mejora en el bienestar social: alimentación, salud, educación, recreación y cultura. La mujer es más previsora en temas de ahorro e inversión familiar. En lo que va de 2020 ha sido evidenciada la agresión sicológica, económica y física –por mencionar lo menos—del hombre hacia la mujer, así como la muestra fehaciente del día a día en los diarios, noticieros y la vida cotidiana de millones de familias.

Este 8 marzo, día internacional de la mujer, y 9 de marzo, “un día sin mujeres”, vale mucho la pena reflexionar a profundidad y considerar un verdadero punto de inflexión: un cambio. En ausencia de ellas, valorar lo significativo de su contribución a la sociedad, como mujeres trabajadoras, como el pilar de un hogar. Aun es largo el camino para reducir la brecha salarial entre mujeres y hombres en la sociedad yucateca –pero no imposible--, así que vale mucho la pena reflexionar en esta época de celebración y reconocimiento a la mujer. Coincide este análisis con la promoción del llamado desarrollo a través de los “megaproyectos” en Yucatán, en donde es muy pertinente erradicar la desigualdad salarial entre mujeres y hombres, si realmente se quiere lograr un desarrollo compartido y justo.

Por último, debo comentar que los datos de este análisis provienen de tres grupos de estudio llevados a acabo por los alumnos de los cursos Economía y Medio Ambiente de la maestría en gestión ambiental de la Universidad Marista (2019) (567 encuestas), del curso Implementación y Evaluación de Políticas Públicas de la maestría en gobierno y políticas públicas de la UADY (2019) (478 encuestas) y del curso Economía Ambiental de la licenciatura en economía de la UADY (2019) (710 encuestas). Un total de mil 700 entrevistas realizadas a través de un formato diseñado para recopilar información en Google Docs, y distribuido de manera electrónica y virtual a través de redes sociales como FaceBook, Instagram y WhatsApp.

[i]*Profesor investigador de la Facultad de Economía de la UADY[/i]

[i]Mérida, Yucatán[/i]
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