Zoológicos de Yucatán refuerzan medidas de higiene hacia sus animales

Graciela Ortiz
Foto: Enrique Osorno
La Jornada Maya

Mérida, Yucatán
Lunes 13 de abril, 2020

Los zoológicos de Yucatán también se han adaptado a esta pandemia de coronavirus, reforzando las medidas de limpieza y escalonando el número de empleados para evitar contagios.

Pero los animales han salido ganando en esta contingencia porque han reducido su nivel de estrés ante la ausencia de visitantes, al tiempo que se les ha facilitado el trabajo a los veterinarios, quienes pueden realizar los tratamientos de los animales en sus espacios, sin necesidad de trasladarlos a las conocidas áreas de cuarentena donde no están a la vista del público, lo cual también disminuye el estrés para las especies.

“Hemos reforzado la seguridad de nuestros empleados; desde el 17 de marzo que se cerraron los zoológicos al público, hemos ido limitando de manera escalonada al personal del parque, los administrativos, los jardineros, los herreros, de manera que hoy estamos trabajando en ambos parques con el 30 al 35 por ciento del personal, unos 25 empleados en Animaya y unos 50 en el Centenario, para atender aproximadamente unos mil animales de 47 especies”, explica Arturo Antuña Silveira, subdirector de servicios públicos del Ayuntamiento de Mérida, quien tiene a su cargo el Animaya y el Centenario.

Mientras tanto, los animales de ambos zoológicos se encuentran en buenas condiciones de salud y se han producido varios nacimientos, como en Animaya donde ha habido 10 eclosiones de flamencos, han brotado dos guacamayas, y el sábado 4 de abril llegó al mundo el primer hijo de una pareja de hipopótamos, del que aún no se conoce el sexo, en tanto en el Centenario nacieron dos monos araña.

El funcionario abunda que se han priorizado dos equipos, uno técnico formado por veterinarios y biólogos, y otro de operadores, es decir, los guarda animales, quienes realizan la limpieza y distribuyen los alimentos.

“El equipo técnico trabaja desde la seis de la mañana hasta la cuatro de la tarde, dividido en dos grupos en cada uno de los dos zoológicos, que no interactúan entre sí para tener cierto aislamiento, son los mismos para que no haya posibilidades de contagios”, precisa.

Puntualiza que el personal que entra a las jaulas lo hace con cubrebocas y guantes, y no tienen contacto con los animales, ya que los mismos pasan a través de un sistema de puertas a otro espacio para permitir que los operadores limpien y desinfecten, luego les dejan la comida y los animales regresan a su espacio habitual.

“Aquí la idea es que el humano no pueda contagiar al animal y luego el animal se vuelva un vector para contagiar a otros”, explica Antuña, luego de que un humano contagiara de coronavirus a un tigre de Bengala en el zoológico del Bronx de Nueva York.

Antuña manifiesta que no ha habido fallecimientos de animales, excepto por un venado macho que murió debido a su avanzada edad antes de que iniciara la cuarentena. “La ventaja que tenemos es que el 90 por ciento de los animales son juveniles o en plena etapa reproductiva”, apunta.

En la actualidad continúa la construcción de una nueva y moderna área médica para los veterinarios, con espacios para rayos X, áreas de manejo, etc., que se inició antes de que comenzara la contingencia.

Mientras tanto se aprovecha el tiempo en Animaya para realizar reparaciones menores, como andadores, muelles, pasillos y el jardín de las orquídeas, entre otras.

[b]Parque La Reina[/b]

En el zoológico de Tizimín, Parque La Reina, cuya remodelación está prácticamente lista, se realizan medidas similares, para los 250 animales de unas 30 especies.

“Los animales se encuentran en buen estado de salud; además de la limpieza se está utilizando sanitizante especial para desinfectar las jaulas, se mantienen las piscinas y pilas siempre llenas y con aguas limpias y también se desinfecta la carne”, indica Carlos Monsreal Rodríguez, médico veterinario zootecnista especializado en reproducción y nutrición animal.

En La Reina también se celebró un nacimiento, un venado cola blanca.

Edición: Elsa Torres