Recuento de tsunamis

Margarita Robleda
Foto: Rodrigo Díaz Guzmán
La Jornada Maya

Martes 21 de abril, 2020

Dentro de unos días cumpliré 70 años, ¡setenta! Veo los números y no lo creo. Recuerdo a mis abuelas, quizás con menos edad, mucho más viejitas que yo.

Una ventaja de la cuarentena es el tiempo que nos regala a manos llenas, y esto se transforma en una oportunidad de prepararme a entrar lo más consciente posible a esta nueva etapa.

Comienzo ubicándome en el momento en que nos encontramos. Este 2020 será un parteaguas en la historia de la humanidad. Las cosas nunca más volverán a ser igual. Ni buenas ni malas, serán diferentes. La mente vuela y me lleva recordar los momentos especiales de los que fui testigo y cambiaron nuestra vida.

[b]Mitad del siglo XX[/b]

En 1959 entró Fidel Castro a la Habana. Recuerdo haberlo escuchado en la radio. Algunas personas lloraban y se preguntaban por sus parientes. Hoy en día, los cubanos destacan en la medicina y en las bellas artes. Me pregunto cómo habría sido su historia si no hubieran tenido el embargo, también, ¿a quien le conviene continuarlo? 61 años es un atropello inmisericorde.

El gran Elvis Presley merece mención especial, al igual que los Beatles. Todos ellos iniciaron en los 50 y sacudieron el mundo hasta sus cimientos. Antes de ellos, los estudiantes iban de traje y corbata a la universidad. Todo cambió, se comenzó a cocer el potaje del 68. ¡Peace and love!

Chubby Checker, en 1959, nos lanzó a bailar el twist y el limbo rock. ¡Toca mover todo el esqueleto!

El día previo al asesinato de John F. Kennedy, en 1963, en Dallas, nos llevaron del colegio a la avenida Broadway en San Antonio Texas a saludar su paso. Al día siguiente, sin suficiente inglés para pasar la información, sólo atinaba a decir: “¡Kennedy, pum, pum”.

El recuerdo viene con sentimientos de orfandad e impotencia. Si mataron a Kennedy, podrían hacer lo que quieran con nosotros; nunca se supo quien lo mandó a matar. A mis 13 años comienzo a perder la inocencia.

[b]68, el parteaguas[/b]

Llegó 1968 como un enorme parte aguas. En mis visitas a la casa de mis abuelos en San Antonio, leía la revista [i]Life[/i] que mostraba en fotografías la ebullición que sufría el mundo: la Primavera de Praga, la guerra en Vietnam en su apogeo, al igual que los disturbios de los derechos civiles en USA. El 4 de abril es asesinado Martin Luther King.

Años antes, me había tocado ver las entradas para negros y para blancos a los baños públicos, cines y autobuses.

[b]El nuevo siglo[/b]

La caída de las torres gemelas, cambió las reglas y nuestra forma de viajar.

Aunque ahorita nos encontremos hartos, asustados y confusos, el 2020 pasará. Nos cuesta trabajo imaginar a una ciudad como Nueva York, ombligo del mundo, en la fragilidad en que se encuentra.

Ojalá aprendamos la lección de apreciar el verdadero valor de las personas y las cosas, así como que la ignorancia es un virus extremadamente peligroso.

Es tiempo de recuperarnos y recuperar a los nuestros. De propiciar el respeto a la Madre Tierra nuestro único hogar.

70 años se dicen rápido. Toda una vida y lo que falta por vivir. Cada tsunami trae su enseñanza y su regalo. ¡Estamos vivos! No todos pueden decir lo mismo.

Los invito a mi fiesta el próximo sábado 25 a las 5:00 pm en el canal de YouTube: Rana Margarita Robleda.

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Edición: Elsa Torres