Desasosiego sanitario y económico en el sureste mexicano

Mario Trujillo Bolio
Foto: Fernando Eloy
La Jornada Maya

Martes 5 de mayo, 2020

La zozobra que ha provocado la pandemia del coronavirus en el sureste mexicano advierte que la situación que vive Tabasco es de 984 casos positivos y 124 fallecidos; Campeche suma 103 casos positivos y 19 defunciones; en Yucatán alcanza los 448 positivos y 26 defunciones; mientras que en Quintana Roo son 788 los positivos y 114 muertos.

La presencia del COVID-19 ha provocado desde el pasado mes de marzo un deterioro en la economía yucateca luego del cierre de hoteles y restaurantes en Mérida, una baja total en el turismo que visita los recintos arqueológicos mayas como de playa, y una afectación sustancial en las plazas comerciales y el sector de la construcción. Pese a que se presenta una pérdida de empleos en la entidad, las buenas noticias es que en Yucatán sí están funcionando las medidas de prevención sanitaria desde y en cada uno de los municipios del estado. Inclusive, hay varios casos en donde los propios pobladores son los que directamente están vigilando las medidas preventivas para evitar contagios y que no se presenten crisis sanitarias en sus comunidades.

También en Yucatán es positivo que se haya aceptado presupuesto para la compra de equipo médico al adquirirse 110 respiradores, que se otorguen despensas para los sectores más necesitados y buscar alternativas para proteger el empleo que seriamente se ha deteriorado.

En Quintana Roo se calcula que las consecuencias que provoca el COVID-19, el diagnóstico es que ya está colapsando la economía del estado, pues habrá una pérdida total de 460 mil millones de pesos, de los cuales 207 mil millones serán por las pérdidas de la industria turística. Esto es, una cifra más alta del quebranto económico que provocó la gripe aviar AH1N1 en 2009 y el recordado huracán [i]Wilma[/i]. Es evidente que Cancún y la Riviera Maya están prácticamente paralizados, y el estado ya manifiesta un 65 por ciento por despidos por el cierre de hoteles, restaurantes, discotecas, por una drástica caída de afluencia de turistas del todo el mundo, junto con la baja de pasajeros en el transporte aéreo y cruceros.

Es preocupante el escenario recesivo que presenta Quintana Roo pues todavía no se vislumbran cuáles serán las medidas que adoptarán tanto el legislativo como ejecutivo del estado para enfrentar una contingencia económica misma que, por cierto, es necesario que el mismo gobierno federal la apoye financieramente de inmediato precisamente por ser el turismo de Quintana Roo uno de los principales generadores de divisas para el país.

[b]Sin plan hospitalario[/b]

Pese a que en Campeche y Tabasco se están presentando las adecuadas medidas para contrarrestar los efectos del coronavirus, en ambas entidades aún no se ha establecido un plan con la infraestructura hospitalaria que pueda resolver un mayor mal sanitario provocado por no mitigar adecuadamente al COVID-19. Las economías campechana y tabasqueña se empeoran cada vez más por el precio del petróleo mexicano. El desempleo en Isla del Carmen se acrecienta por la caída de la producción del hidrocarburo. Esta cancelada la Feria Tabasco 2020 con una pérdida de 400 millones de pesos, y el rezago en la edificación de la refinería de Dos Bocas provocará una baja sustantiva de la demanda de trabajo que se estaba necesitando para su rápida construcción.

Sin duda, estas semanas serán cruciales para saber si los gobiernos estatales y la ciudadanía están haciendo lo conducente para frenar la diseminación del coronavirus en el sureste mexicano. A diferencia de otras regiones del país que ya presentan altos porcentajes en enfermos y muertes por el coronavirus, todavía en Yucatán, Tabasco, Campeche y Quintana Roo el panorama no es del todo alarmante, sin embargo, sí hay que tener en cuenta que el COVID-19 ya le está pegando duro y seriamente a las economías del sureste mexicano de ahí, entonces, la necesidad de mitigarlo para abril o para mayo, e incluso, para junio si bien nos va.

[b][email protected][/b]

Edición:Enrique Álvarez