La transmisión eléctrica: una bomba de tiempo en la península

Milagros Castro Alcocer
Foto: Cuartoscuro
La Jornada Maya

Miércoles 27 de mayo, 2020

La energía eléctrica se produce por diferentes procesos, los más conocidos en México sobre todo en los últimos meses, son las termoeléctricas de ciclo combinado y los parques de generación de energías renovables. Las termoeléctricas de ciclo combinado utilizan combustibles fósiles para calentar el agua, hacerla hervir y con el vapor y el gas de la combustión, mover las turbinas y generar electricidad.

Los parques de energías renovables utilizan el viento o el sol. Los parques eólicos son los que utilizan los grandes aerogeneradores que parecen ventiladores gigantes, con aspas (palas) que se mueven con el viento y con su movimiento generan electricidad. Los parques fotovoltaicos utilizan páneles solares sobre grandes extensiones de tierra, estos páneles transforman la luz y el calor de la energía del sol, en electricidad.

Generalmente, tanto los ciclos combinados como los parques de energías renovables se encuentran lejos de los centros de consumo, por lo que para transportar la electricidad que generan se requiere de mucha infraestructura. El transporte de la electricidad desde los centros de generación hasta puntos cercanos a nuestras casas o negocios, se conoce como TRANSMISIÓN y se realiza a través de cables de alta tensión. Cada vez que vamos por carretera y vemos entre el monte las famosas torres de alta tensión, estamos observando la red de transmisión de la CFE.

Pero ahí no acaba la historia, cuando la electricidad ya está cerca de nuestras casas, debe ser transformada de alta a media o baja tensión, esto se hace en las subestaciones eléctricas, por eso es muy común ver subestaciones en la entrada de nuestro fraccionamiento o municipio.

Después de pasar por los transformadores, la electricidad sale de la subestación a través de los cables y los postes que todos conocemos y llega, ahora sí, hasta nuestras casas. Este transporte desde la subestación hasta los puntos de consumo se llama DISTRIBUCIÓN.

Tanto en la transmisión como en la distribución, existen pérdidas de energía por diferentes circunstancias, por ejemplo un incendio forestal debajo de cables de alta tensión puede ocasionar que los cables se carbonicen y causen un corto en la corriente eléctrica, eso fue lo que –según fuentes oficiales- sucedió en el muy recordado apagón peninsular de abril del año pasado, cuando todos nos quedamos sin energía por un corto circuito en la única línea de transmisión de 400 kilo voltios (kv), que abastece a los tres estados.

Como usuarios pagamos la transmisión y la distribución de la electricidad que consumimos, podemos encontrar estos dos conceptos señalados en nuestro recibo de luz y sorprendernos con lo que nos cuesta. El cálculo de estas tarifas lo realiza la Comisión Reguladora de Energía (CRE) y en él se considera desde la distancia que recorre la electricidad, hasta los gastos de mantenimiento y ampliación que en teoría, se le da a toda la infraestructura.

Sin embargo, a pesar de pagar por este servicio, la insuficiencia en la infraestructura de transmisión es el segundo problema que enfrentamos los habitantes de la península. El primero como sabemos, es el elevado costo de generación eléctrica al utilizar combustóleo.

La situación es bastante sencilla de comprender: en la península de Yucatán se consume más electricidad de la que se genera, por lo que la diferencia para cubrir la demanda debe ser transportada desde el centro del país a través de la única línea trasmisión de 400 kv.

Cuando las altas temperaturas de la región hacen crecer el consumo eléctrico, esta línea se satura y un solo corto circuito puede dejar sin electricidad a más de 4 millones de habitantes y a todas las industrias y hoteles en los tres estados, lo que causa pérdidas millonarias.

De ahí la importancia de que hayan más puntos de generación en la región, mientras más electricidad se genere menos dependeremos de esta línea de alta tensión.

Y si la solución es más generación y ya sabemos que para esto hay básicamente solo dos opciones: energías renovables o combustibles fósiles, lo ideal entonces es que no se frenen los proyectos de energías renovables en Yucatán o al menos que la Comisión Federal concrete de una vez por todas, la ya tan anunciada nueva planta de ciclo combinado que desde hace mucho planea instalar en la región, esto último si y solo si se resuelve antes el desabasto de gas natural en la península.


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Edición: Enrique Álvarez