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del

Margarita Robleda Moguel
Foto: Fotograma de la película 'Tiempos modernos'
La Jornada Maya

Martes 2 de junio, 2020

Alguna vez le escuche decir a un cómico viejo de los Estados Unidos, que la verdad era tan dura que había que hacer reír a la gente, para poder decirle, lo que le convenia escuchar.

Aunque claro, ¿conveniencia de quién? Dado que los habitantes de Corea del Sur son en su mayoría introvertidos, descubrí que para los anuncios de televisión contratan a locutores cómicos y extrovertido para promover sus productos.

A pesar de utilizar la risa para conectarme con los jóvenes para tratar temas que sin risa quizá se levantarían para huir, la comicidad se vuelve complicidad y les puedo rapear: “El embarazo complica todo… conecta la de pensar”, no soporto a los payasitos de las fiestas que se ganan el salario a costa de burlarse de los otros.

Nunca pude ver al Gordo y al Flaco ni a muchos cómicos de esa época. Sigo sin soportar el atropello al débil, ni a los que buscan arrancar mi carcajada, que es muy distinta a la risa gozosa que brota de la inteligencia, con palabras altisonantes, así como pipí popó y pupú.

Sin embargo, ahora me doy cuenta de que no tuve la madurez suficiente para descubrir la maestría de Charles Chaplin, el grado de análisis y denuncia social que hacía con sus películas como: [i]El chico[/i] 1921, donde encuentra un bebé en un basurero, [i]Tiempos modernos[/i] 1936 donde critica la revolución industrial que automatiza a los seres humanos, o el [i]El gran dictador[/i] 1940 en plena II Guerra Mundial.

Solicitándole al secretario Google [i]películas de Charles Chaplin[/i], nos podemos dar un banquete en estos días que parecen sin sentido, pero que son en realidad para encontrarlo y alimentarnos de los frutos de los que lograron hallarlo.

Por eso, en esta entrega, además de hacer un reconocimiento al maestro, quiero compartirles este poema de Charles Chaplin, para alimentar nuestro aljibe con sentido humano.

[b]VIVE[/b]

“Ya perdoné errores casi imperdonables. Trate de sustituir personas insustituibles, de olvidar personas inolvidables. Ya hice cosas por impulso.

Ya me decepcioné con algunas personas, mas también yo decepcioné a alguien. Ya abracé para proteger. Ya me reí cuando no podía.

Ya hice amigos eternos. Ya amé y fui amado, pero también fui rechazado.

Ya fui amado y no supe amar. Ya grité y salté de felicidad. Ya viví de amor e hice juramentos eternos, pero también los he roto y muchos. Ya lloré escuchando música y viendo fotos. Ya llamé sólo para escuchar una voz.

Ya me enamoré por una sonrisa. Ya pensé que iba a morir de tanta nostalgia y… Tuve miedo de perder a alguien especial y terminé perdiéndolo ¡pero sobreviví! ¡y todavía vivo!
No paso por la vida y tú tampoco deberías sólo pasar… ¡Vive!

Bueno es ir a la lucha con determinación abrazar la vida y vivir con pasión.

Perder con clase y vencer con osadía, porque el mundo pertenece a quien se atreve y la vida es mucho más para ser insignificante.”

La risa abre ventanas donde se cuelan las verdades que nos cuesta asimilar en serio.

[b][email protected][/b]

Edición: Elsa Torres


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