El pulso electoral en la Plaza Grande

Joan Serra Montagut
La Jornada Maya

Mérida
7 de junio, 2015

Hay una calma particular en la Plaza Grande de Mérida y a pesar de que parecería una jornada cotidiana en esta zona tan concurrida de la ciudad, no lo es. El popular encuentro [i]Mérida en Domingo[/i] no satisface hoy a los turistas y a los apasionados del baile. No se escucha la música y los vendedores no han habilitado los tradicionales puestos de artesanías y de comida que llenan el parque en las jornadas dominicales. El Ayuntamiento sigue observando con calma este día de descanso familiar a la espera de saber, expectante, quien ocupará sus instalaciones durante los próximos tres años.

[b]El voto de los adultos mayores[/b]

Residen en Kanasín pero les gusta descansar todos los domingos en la Plaza Grande. Rosalía (68) coloca sus manos cruzadas encima de su huipil y mira con tranquilidad a su alrededor, mientras su esposo Antonio (77) nos cuenta cómo les fue en su jornada electoral. Asegura que en Kanasín las casillas “estaban llenas de gente” y que esto “es bueno” porque demuestra "una buena salud democrática de la población”.

[b]Una madurez crítica[/b]

Eugenia Ramírez (63) y Luciano Batún (58) cuentan que han votado cerca de su hogar y que los votantes estaban “entusiasmados”, sobre todo, para lograr que “todo cambie.” Cuando se les pregunta por la medida política que ellos aplicarían si fueran alcaldes argumentan que se requiere una mejora en la economía familiar “con urgencia.” Doña Eugenia afirma que “los precios deben bajar y los sueldos deben subir” para lograr que los habitantes de Mérida puedan obtener una mayor calidad de vida.

Su esposo Luciano declara que las elecciones fueron tranquilas, “mas no limpias”, aunque también reconoce que en la ciudad “la gente ya no se deja comprar.” Según Luciano, “en los pueblos las personas se dejan comprar fácilmente por las dádivas políticas porque persiste una gran ignorancia; si las personas no entienden la política como un medio para el bien común, tendremos menos prosperidad. Los políticos solamente quieren recuperar el dinero invertido en la campaña y duplicarlo durante su mandato.” La actitud de Luciano es crítica pero objetiva e insiste en que no se puede alcanzar un bien común si, a pesar de que las leyes “acompañan”, la “doctrina política” no lo permite. En relación con los altercados electorales de los últimos días, Luciano argumenta que a muchas personas “les gana la pasión y que siempre hay gente brava y algún muertito cuando hay elecciones importantes” pues “se arman de valor y pelean hasta la muerte.”

[b]Las familias jóvenes opinan[/b]

El hijo mayor de Amalia Ek (30) y de Yonny Godoy (28) da de comer a las palomas mientras sus papás descansan antes de iniciar la semana laboral. Ellos no votaron. “Yo trabajé esta mañana y ya me ganó el tiempo”, asegura Yonny. “Estaba cuidando a los niños y se fue el día”, se excusa Amalia. Yonny opina que el próximo consistorio debería reparar las calles para que no haya tantos baches. “Tenemos muchas colonias abandonadas y el desarrollo tiene que ser parejo.”

Además, en relación con la desazón política, afirma que “no es que no confiemos en los gobernantes, aunque no nos podemos creer todo lo que nos dicen o prometen.” Le gustaría que la situación laboral mejorara y que se crearan más empleos uniendo este incremento de oportunidades con la posibilidad de que todas las personas pudieran estudiar “sin distinciones.” “No pueden negarnos el trabajo. La gente tiene ganas de trabajar y de superarse. A veces no nos importa tanto ganar un buen sueldo sino tener prestaciones como el Seguro Social y creo que el próximo alcalde debería lograr que haya un pacto con los empresarios y las condiciones laborales mejoren pues tenemos pocas posibilidades de salir adelante.”

[b]Votar por primera vez[/b]

Hoy, cientos de jóvenes han podido votar por primera vez. Michelle Acevedo, de 19 años, es una de ellas. Michelle está sentada junto a Jonathan Buenfil (20), quien no pudo votar porque perdió su IFE hace una semana a pesar de ser, también para él, sus primeras elecciones. Michelle comentó que la votación en su casilla fue “muy desorganizada” y que “nadie sabía dónde tenía que votar.” Michelle y Jonathan opinan que es necesario un cambio “pero que no se puede lograr en un día.” Es más, afirman que muchos cambios no dependen de la política sino de la sociedad. “Nosotros elegimos a nuestros dirigentes, si son malos es porque nosotros también lo somos como sociedad”, asegura Michelle. Jonathan lo tiene claro: “necesitamos más información para saber cómo funciona el sistema y en las escuelas se requiere un mayor cimiento cívico porque no sabemos cómo funcionan las instituciones y no las podemos criticar si, en realidad, no conocemos nada de política.”

Para los próximos tres años, Michelle –que estudia Mercadotecnia – y Jonathan – que estudia Antropología - quisieran que las autoridades mejoraran su información pública “para que no se pierdan muchas convocatorias juveniles.” Además, exigen que manejen bien el dinero, que no lo inviertan mal y que lo destinen a las personas que más lo necesitan. “Hay muchas cosas que ocurren en México que no dependen del presidente. Debemos conocer el verdadero sentido de nuestras protestas juveniles e informarnos mejor. No conocemos nada a fondo y debemos luchar contra la ignorancia para que no nos engañen”, argumenta Jonathan.