Todo listo para limpieza de huesos en Pomuch

Jairo Magaña
Fotos: Fernando Eloy
La Jornada Maya

San Francisco de Campeche
Lunes 28 de octubre, 2019

Todo esta listo para que, a partir de este jueves, comiencen las celebraciones de los Fieles Difuntos en la villa campechana de Pomuch, en el municipio de Hecelchakán, pueblo que mantiene la tradición de limpiar los huesos de sus finados, de los que en ocasiones sorprende el aspecto momificado de algunos, debido a la humedad. La Ley de Exhumación de Cuerpos señala que, a los tres años de haber fallecido, el cuerpo de una persona será exhumado en presencia de sus familiares y a partir del siguiente año a la exhumación, los pomucheños realizan la primera limpia de los restos.

En 2017, se ingresó una solicitud para que el rito se reconozca como Patrimonio Intangible de la Humanidad y no sea solo una tradición de local, sino que ahora tenga un alcance internacional, aspecto que ya dejan ver algunas agencias de viajes que consiguen transporte para grupos de 15 personas interesadas en ver un rito ancestral maya, aunque se ignora si si fue una adopción de esclavos de Indonesia, donde tienen una tradición similar, o si la práctica es netamente local.

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La limpia de huesos invita a la familia a llegar al cementerio municipal de Pomuch el último domingo antes del 1 de noviembre, fecha en la que las almas de los difuntos pasean por la calzada de los muertos antes de llegar al camposanto; en este pequeño espacio no hay ataúdes, sólo criptas con cajas de madera en el interior que contienen los restos de los que ya dejaron el mundo de los vivos y que año con año son limpiados, envueltos en una manta bordada nueva -también las hay pintadas- y finalizan la limpieza con flores y veladoras.

Los vecinos desconocen si hay un procedimiento tradicional. En el caso de la familia Balam, que limpia los restos de su matriarca, es la tercera generación; María Paula tiene en esta ocasión dos trabajos importantes: limpiar los restos de doña Paula Balam, que tiene ocho años de fallecida y aún conserva gran parte de su tejido celular y cabello, así como los restos de quien fuera su pequeño hijo y es la segunda vez que limpian sus restos.

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Sin embargo, llamó enteramente la atención el torso y cabeza de doña Paula, quien mantenía la mitad del cuerpo en la posición con la que entierran a todo cuerpo inerte y sin vida: con los brazos entre cruzados y las manos entrelazadas en forma de rezo, con casi todo el cuerpo manteniendo su tejido, como si tratara de una momia, situación que sorprendió a su cuñado y que sólo podía pronunciar: "Está enterita, es fácil la limpieza"; mientras María Paula, con una brocha de pulgada y media, sacudía el torso momificado aparentemente por la humedad.

Durante unos minutos se escuchaba el rasquido de las cerdas de la brocha sobre la piel seca de doña Paula, cuya osamenta también mantenía una buena cantidad de cabello y algunos dientes en la zona de la boca, los cuales estaban completamente rígidos; incluso conservaba intacta la forma característica de la nariz maya.

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Este rito no es para alguien en específico; es diferente al pibipollo, platillo exclusivo de estas fechas y que tradicionalmente prepara la hija o nuera recién casada. "No sabemos con exactitud, la realidad es que lo hace quien contenga sus sentimientos y lo pueda hacer con respeto; mi hija es la que lo ha hecho ya dos años seguidos, limpia los restos de mi mamá y los de su hijo que no vivió mucho tiempo", dijo la dama que no quiso decir su nombre.

Cabe resaltar que este rito inicia justamente un año después de la exhumación de los restos, es decir, cuando en Campeche, luego de tres años de un entierro, exhuman los restos, en Pomuch hacen esta práctica y al siguiente año inician con la limpia de huesos; la mayoría ya son sólo restos y están los casos como doña Paula, quien tiene apariencia de una momia a pesar de los ochos años que han transcurrido de su muerte.

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