Caza furtiva, el mayor peligro para equilibrio ecológico

Hubert Carrera Palí
Foto: Cuartoscuro
La Jornada Maya

San Francisco de Campeche
Jueves 08 de junio, 2017

Como deporte, la cacería no persigue depredar la fauna silvestre, porque pasa a ser en un delito del orden ambiental. La caza deportiva está regulada por la Secretaría del Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat), y la puede llevar a cabo cualquier persona mexicana o extranjera que se ajuste a la norma establecida. Sin embargo, la caza furtiva sigue siendo el peor enemigo del equilibrio ecológico, afirmó Rocío Abreu Artillano, delegada de esta dependencia.

“El arte de la caza no sólo es tirar a matar. Los cazadores respetan la naturaleza, jamás matan a especies preñadas o que se encuentran en peligro de extinción, y el mal cazador mata indiscriminadamente”, indicó la funcionaria a [i]La Jornada Maya[/i].

Pero no solo es la caza furtiva, asegura Abreu Artillano; también existe el tráfico de especies en peligro de extinción y protegidas bajo normas específicas. Aquí, con el apoyo conjunto del Ejercito Mexicano (Sedena), la Gendarmería Nacional, la Procuraduría General de la República (PGR), Semarnatcam y la Procuraduría Federal del Protección al Ambiente (Profepa), se realiza esfuerzos extraordinarios para detectar y detener ese cáncer que destruye y acaba día a día con montes, animales y flora, indicó.

Especies como el jaguar, el tucán, el zopilote rey, la tortuga blanca, el pecarí de cuello blanco, el mismo mono araña, el tapir, el sereque, entre otras, están consideradas en peligro de extinción, por lo que resulta severamente penado matar un espécimen. La prisión preventiva puede prolongarse varios años, además conlleva el pago de cuantiosas multas.

[b]Entre cazadores y depredadores[/b]

La delegada de la Semarnat indicó que todo cazador debe apegarse al calendario cinegético, contar con su licencia que expide la Semarnat y el permiso de transportación de armas que autoriza la Sedena a través del club de tiro y caza y pesca al que pertenezca, así como sus respectivos cintillos, dependiendo de la especie que vaya a tirar.

El calendario cinegético 2016-2017 establece que la caza del pecarí de collar va del segundo viernes de octubre al cuarto domingo de mayo; para el venado temazate, del primer viernes de febrero al cuarto domingo de mayo; el cola blanca, del primer viernes de noviembre al cuarto domingo de marzo y la cacería del pavo ocelado es a partir del primer viernes de febrero al cuarto domingo de mayo, entre las especies que tienen mayor demanda.

El cazador respeta los tiempos de veda, no usa veneno, trampas, redes, armas automáticas o de ráfaga, ni mata crías o hembras visiblemente preñadas. Además, los horarios para la actividad van desde media hora antes de la puesta de sol hasta media hora después del amanecer, destacó la delegada.

Sin embargo, indicó la funcionaria, quienes mayormente se apegan a estos lineamientos son cazadores de otros países en busca del pavo ocelado, para la cual emplean potentes arcos que no lastiman tanto al animal pues, la gran mayoría se disecan y exhiben como trofeos.

La caza más común es la depredatoria, que se realiza furtivamente, violando todos los lineamientos en la materia, usando imponentes jeeps perfectamente adaptados con altas torres y spotligths, aprovechan la oscuridad de la noche para deslumbrar al animal y matarlo, sin respetar períodos de veda y sexo.

También entre estos grupos es muy común la práctica de la batida o puu, donde comúnmente participan campesinos, quienes justifican la destrucción de sus parcelas para acabar con cualquier tipo de animal.

Los cazadores furtivos no respetan tasa de aprovechamiento, arrasan con lo que se topan a su paso y todo el año se dedican a ello porque la carne de venado, puerco de monte o pavo ocelado tiene un valor comercial importante en el mercado negro.