Alin Eelie, a sus 22 años logró emprender en medio de un pandemia

Texto y foto: Itzel Chan

Desde mini ollas de pozole, frijoles charros, hasta taquitos de carne asada o tortas de jamón, son algunos diseños que en aretes realiza Alin Eelie Alejo Córdova, quien a sus 22 años se descubrió como emprendedora aún en medio de esta pandemia por coronavirus (COVID-19).

“Yo llevo cinco años y medio radicando en Campeche, ahí estudio, pero cuando comenzó la contingencia, pasé de estar ocupada, a estar encerrada en casa de mi mamá y mi papá en Tenosique, Tabasco. El no hacer nada me hacía estar pensando y preocupándome de la situación. Me sentía vacía y me encerré a hacer aretes”, compartió.

Sin darse cuenta, así comenzó con el que hoy es su negocio, pues al compartir las fotos de su trabajo en redes sociales, éstas tuvieron gran aceptación y las personas iniciaron a contactarla para preguntarle por precios y más diseños.

La joven dedicada a estudiar ingeniería química, realiza este tipo de aretes desde hace más de 11 años, pero desde junio pasado recibió las primeras remuneraciones por su trabajo.

“Mis amigas y familia siempre me habían dicho que los vendiera, pero yo prefería regalarlos; acepté vender porque poco a poco, muchas personas que no conozco comenzaron a preguntarme por precios y, sobre todo, han hecho comentarios que me impulsan a seguir”, añadió

Los diseños que elabora Alin han llegado a distintos puntos de Mérida y Campeche, además de Mexicali, Baja California, Aguascalientes, Tabasco y Guadalajara, por citar algunos.

Sobre sus creaciones, describió que surgen a partir de lo que a ella le gusta, desde las fresas hasta los tacos, además que poco a poco las personas van sugiriendo otros conceptos.

Los tamaños de los aretes varían y van desde los 5 milímetros hasta los 10 centímetros y están hechos de porcelana fría y arcilla polimérica.

Aunque los diseños se ven laboriosos, ella afirma que le lleva entre cinco y 10 minutos hacer los más fáciles y aquellos que son más laboriosos, le ocupan entre dos y tres horas.

“Cada vez que alguien me hace un encargo, le dedico tiempo y atención, me gusta porque sé que un pedacito de mí se está yendo con esa persona. Así es, hay algo de mí en cada pieza”.

Cada pieza se hace de forma artesanal y suele hacer sólo un par de cada diseño, sin embargo, ahora que abrió a venta su trabajo, ya hay quienes le piden hacer 10 del mismo modelo.

“Me costó acostumbrarme a repetir el diseño y aunque es el mismo, al hacerlo de forma manual, desde luego que tiene algo diferente”, agregó.

En su experiencia de emprendedora, ella asegura que el 90 por ciento ha sido bueno y desde luego hay personas que han opinado que su trabajo no vale como arte, pero prefiere quedarse con lo que le hace crecer.

“Todavía hay personas que no valoran el esfuerzo que hay detrás de cada pieza y eso me pone triste porque cada pieza que hace un artesano es única y eso no hay que olvidarlo”.

La joven ya cuenta con una plataforma a través de bazarama.com.mx y en redes sociales se puede encontrar su página como Eelie Clay, en donde comparte su trabajo, actividad que combina con sus estudios.

Edición: Elsa Torres