Mas suicidios, ahora un niño de doce años

La Jornada Maya

21 de mayo, 2015

Campeche

Las frías estadísticas se rompen cuando el hecho toca la fibra más sensible de una sociedad, como son los niños. Por eso ayer, más que el suicidio número 35 en lo que va del año en Campeche, lo que causó que la sociedad campechana pusiera el grito en el cielo, fue que quien se colgó de su hamaca era un niño de 12 años de edad a causa de la decepción o de la tristeza.

Las historias que suceden alrededor de los suicidios empiezan a contarse una vez que los del Servicio Médico Forense se han alejado llevándose el cadáver.

¿Esta vez cómo fue? Pregunta Javier, un joven de 24 años de edad que dice haber pasado por algo similar, pues en dos ocasiones trató de quitarse la vida, y ahora trabaja con gente de su edad impartiendo charlas para tratar de evitarles llegar a ese momento.

Después de que se han ido los del Servicio Médico Forense, llegan los trabajadores sociales y psicólogos (y también los periodistas, claro), para tratar de dialogar con los miembros de la familia y encontrar la causa del suicidio. Preguntan y preguntan para precisar el método, la causa, las edades, el sexo y todo lo que estadísticamente sea relevante, pero hasta el momento no han podido encontrar alguna vía para frenar este fenómeno social que va a la alza.

El caso de ayer tocó fibras sensibles. En redes sociales se multiplicaron los lamentos y muchos radicales aprovecharon el incidente para culpar al Gobierno de estas muertes. Pero nadie le devolverá la vida al niño de 12 años que ayer se mató, ni a los otros 34 que este año han transitado por el mismo camino, o a los 634 que también lo hicieron en la última década.

Los vecinos hablan de oídas. Que se peleó con su ‘novia’, se deprimió y se encerró en su cuarto, de donde ya no salió por voluntad propia. Que vio por enésima ocasión a sus papás –que están separados-- agarrarse a golpes después de una reconciliación temporal, para después cada quién volver a tomar su camino. Lo que sea. Estaba triste, decepcionado, sin ánimos de seguir viviendo. Eso dicen los vecinos.

El fraccionamiento Palma Real, poco a poco se llena de gente. Los policías resguardan la vivienda, los peritos hacen análisis, los vecinos quieren saber más y contar a su vez lo que saben.

La versión que se impone es que el joven, quien vivía en el predio número 8 de la manzana 7 en la calle Cocotera, del fraccionamiento Palma Real, estaba triste porque había terminado con su novia. Que alrededor de las 14:00 horas de ayer, su hermano, de 17 años de edad, ingresó a uno de los cuartos de la vivienda y encontró a su hermano de 12 años de edad colgado de la hamaca. Huyó del lugar para avisar a sus papás, quienes llegaron después y corroboraron el lamentable hecho.

Personal de la Cruz Roja, de la Fiscalía General del Estado (FGE), con peritos especialistas, personal de la Policía Ministerial, Médico Legista y elementos del Servicio Médico Forense (Semefo), también llegaron para cumplir con su ritual, llevarse el cuerpo y dejar tras de sí una ola de especulaciones, y rumores, y chismes, y muchísimo dolor en los aún jóvenes padres que se sienten culpables del suceso.

Uno más, dicen los más fríos. Y ya suman 35 en lo que va del año. De ese total, 28 eran hombres y siete mujeres. Cuatro, de ese total, eran menores de edad. Y esta es la parte que toca las fibras sensibles, los niños ya optan por el suicidio.