Hubert Carrera Palí
La Jornada Maya
San Francisco de Campeche
Jueves 26 de julio, 2018
El encendido del fuego sagrado acompañado del sonar de los tuncules, las caracolas y las ofrendas depositadas en el centro de la palestra del ritual marcando hacia los cuatro puntos cardinales fue el preámbulo de la llegada del año nuevo maya en donde todo fue purificación del alma para lo cual los descendientes mayas portaron atuendos en color blanco como símbolo de pureza.
Así llegaron 365 días del año nuevo maya 5 mil 133, en medio de cánticos y danzas autóctonas, en una tarde-noche calurosa por la canícula, y donde pese al buen presagio, podrían perderse más de 40 mil herctáreas.
Por eso la invocación a los dioses buenos pasó de una mera remembranza de exhibición ancestral a un verdadero ritual donde la petición se convirtió en súplica para que éste sea verdaderamente un año de buenas cosechas, de buenos deseos y sobre todo de salud.
Todos ellos formaron un círculo, y luego como culebra zigzagueante en movimiento cruzaron sus brazos y tomados de las manos comenzaron a pedir a los dioses que el inicio del 5 mil 133 traiga prosperidad y mucha bonanza.
En lo que fue este ritual participaron verdaderos descendientes de mayas provenientes del vecino poblado de Tenabo, además de los asistentes que quisieron de manera voluntaria inyectarse de esa nueva energía que les dio la llegada del año nuevo maya.
Antes, durante el transcurso del día, se llevó a cabo un seminario taller y demostración de confección de productos artesanales, Danzas autóctonas y folclóricas, así como conferencias magistrales.
Otro evento similar tuvo lugar en el centro histórico de esta capital organizado por el grupo rescate, Tradiciones mayas de Campeche.
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