La Jornada
Foto: Afp
La Jornada Maya
Madrid, España
Sábado 18 de mayo, 2019
El embajador de Venezuela en España, Mario Isea, solicitó ayer al gobierno español que “retire” su reconocimiento de “presidente encargado” al presidente de la Asamblea Nacional, Juan Guaidó, y asuma que “se precipitó” y fue una decisión que se “tomó sobre la base de información inexacta”, como lo repitieron otros países miembros de la Unión Europea.
Isea, quien no tiene ninguna “manifestación oficial” del jefe de gobierno español, Pedro Sánchez, sobre una posible reivindicación en este tema, destacó que aunque 50 naciones reconocen a Guaidó, no lo hicieron “países importantes” como Rusia, China o India.
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En la embajada venezolana en Madrid criticó que varios Estados hayan pronunciado “un ultimátum a un gobierno democrático” para convocar elecciones adelantadas con la intención de sacar al presidente bolivariano, Nicolás Maduro.
Sobre el líder opositor Leopoldo López, el diplomático reiteró que “el gobierno venezolano reclama que sea entregado porque es un prófugo de la justicia”.
López se encuentra refugiado en la embajada española en Caracas en calidad de “huésped” tras haberse fugado de su prisión domiciliaria al amparo del fracasado golpe de Estado encabezado por Guaidó el 30 de abril.
Isea aclaró que “no llegaríamos nunca a invadir una embajada al atender un respeto al ordenamiento internacional”.
En Caracas, el opositor venezolano Iván Simonovis “está bien lejos de casa”, tuiteó ayer su esposa, Bony Pertiñez, un día después de que fue liberado por sus propios custodios del arresto domiciliario en el que se encontraba.
Guaidó, quien anunció el pasado jueves la liberación, explicó “que le había concedido un indulto a Simonovis que fue ejecutado por fuerzas democráticas leales a la Constitución, tanto del Servicio Bolivariano de Inteligencia como de las fuerzas armadas”, como ocurrió con Leopoldo López.
En este contexto, la embajada de Estados Unidos en Caracas se encontraba ayer resguardada por policías de la Guardia Nacional Bolivariana, un día después de que Maduro ordenó el jueves pasado reforzar su vigilancia tras la detención de los últimos cuatro activistas de Código Rosa que ocupaban la legación venezolana en Washington.
La sede diplomática, que está cerrada, fue rodeada por los elementos de seguridad, quienes no permitieron a los reporteros descender ni tomar imágenes y los obligaron a marcharse.
En Washington, los activistas de Código Rosa trataban de impedir, con autorización del gobierno bolivariano, que la representación fuera tomada por representantes de Guaidó. El juez de distrito, Michael Harvey, ordenó la liberación de las últimas cuatro activistas detenidas, quienes podrían haber sido encarceladas hasta por un año.
Maduro rompió relaciones con Estados Unidos luego de que su par estadunidense, Donald Trump considerara “legítima” la autoproclamación de Guaidó.
El canciller, Jorge Arreaza, dijo a la cadena Telesur que su gobierno espera que Estados Unidos acepte a Turquía como “país protector” de sus intereses. La idea, explicó, es que en su embajada labore un reducido personal chavista “bajo la supervisión de Turquía”, aliado de Venezuela.
En tanto, la cancillería de Noruega ratificó ayer su disposición de continuar con su apoyo para una solución pacífica a la crisis en Venezuela, tras auspiciar esta semana discusiones entre representantes del gobierno y la oposición en una “fase exploratoria”.
En un comunicado, la dependencia afirmó que “Noruega elogia a las partes por sus esfuerzos. Reiteramos nuestra disposición de seguir apoyando la búsqueda de una solución pacífica para el país”.
Maduro, en un acto con militares en el estado central de Aragua, dijo que la misión chavista fue encabezada por su ministro de Comunicación e Información, Jorge Rodríguez, y el gobernador del central estado Miranda, Héctor Rodríguez.
Guaidó aseguró el jueves pasado, al confirmar lo contactos, que no se prestará a una “negociación falsa” con el presidente.
El embajador de Venezuela ante la Organización de Naciones Unidas en Ginebra, Jorge Valero, dijo a la agencia de noticias Sputnik que su gobierno le gustaría pedir ayuda a Rusia para restructurar su deuda externa e incluso negocia la posibilidad de realizar pagos en rublos.
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