Puigdemont rechaza acudir al Senado español

Armando G. Tejeda
Foto: Afp
La Jornada Maya

Madrid, España
Jueves 26 de octubre, 2017

A sólo unas horas de las cruciales sesiones en el Senado español y en el Parlamento catalán, finalmente si disipó cualquier atisbo de esperanza de que se recuperara el diálogo entre las autoridades catalanas y españolas. El presidente de la Generalitat, el nacionalista Carles Puigdemont, confirmó que no acudirá a Madrid a defender las instituciones que representa y advirtió que “no perderemos el tiempo. Ya han decidido arrasar el autogobierno”. Lo que también supone que ultima la declaración unilateral de independencia que decretará en las próximas 48 horas.

Finalmente no habrá diálogo ni debate cara a cara para intentar buscar una salida al conflicto entre Cataluña y el Estado español. Finalmente, el presidente Puigdemont no acudirá al Senado español, donde este jueves se iniciará el debate de cara a la votación en el pleno del próximo viernes de la propuesta presentada por el Ejecutivo español, del derechista Mariano Rajoy, para aplicar el artículo 155 de la Constitución española. Lo que supondrá tres medidas inmediatas y de enorme calado en la vida institucional en Cataluña: la destitución fulminante de todos los miembros del gobierno -el presidente y sus consejeros-, el control de la policía autonómica de los Mossos d`Esquadra y los medios públicos de información y, por último, el control a través de una comisión de las iniciativas que se presenten en el Parlamento regional.

De forma paralela a la sesión en el Senado, el Parlamento catalán iniciará su propio debate a petición del propio Puigdemont, que comparecerá alrededor de las cuatro de la tarde para explicar su postura en el conflicto. La mayoría de su formación política, el Partido Demócrata de Catalunya (PDCAT, nacionalistas conservadores), Esquerra Republicana de Catalunya (ERC) y la Candidatura de Unidad Popular (CUP), que a su vez forman el bloque secesionista que ha llevado a cabo el proceso, ya trabajan sobre la base de que se declarará la independencia unilateral. Es decir, no se asumirá como propia ninguna autoridad emanada de las instituciones españolas y entrará en vigor la llamada “ley de transitoriedad” o de “desconexión”, que está suspendida por el Tribunal Constitucional, pero que para los independentistas será el marco legal en el que se desarrollará el proceso de separación del Estado español.

Incluso el vicepresidente Oriol Junqueras fue claro sobre lo que ocurrirá en los próximos días, horas: “España no nos ha dado otra opción que declarar la independencia”. A lo que sumó la declaración de Puigdemont acusando al gobierno español de pretender “arrasar el autogobierno” y que en ningún caso tenían disponibilidad para negociar. Una afirmación que la hizo además unos minutos después de celebrar varias reuniones a puerta cerrada en su despacho, entre ellas con el ex presidente de la Generalitat José Montilla, el único de los ex mandatarios catalanes que no procedían del nacionalismo conservador de Convergencia Democrática de Catalunya y que gobernó la región en representación del Partido Socialista de Cataluña (PSC) en coalición con ERC y la entonces Iniciativa per Catalunya (ICV, hoy absorbida por Podemos).

Desde la CUP confirmaron también la inminente decisión de Puigdemont, a pesar de que en los últimos días ha recibido numerosas presiones, sobre todo del sector empresarial catalán, que reclaman un adelanto electoral para resolver el conflicto sin la necesidad de una declaración de independencia unilateral y también sin que se suspenda la autonomía desde Madrid. La CUP, una formación anticapitalista y feminista, advirtió que “el pueblo hizo posible el referéndum”, por lo que “hoy como el 1-O, ni una paso atrás” ya que “proclamar la República es la única manera de obedecer este mandato. Ni 155 ni elecciones, República ahora.”

Al interior del gobierno de Puigdemont también hay discrepancias sobre la ruta a seguir ante la disyuntiva planteada por el Estado español. Al menos dos consejeros hasta ahora fieles al proceso han cuestionado a puerta cerrada ir al enfrentamiento directo con las autoridades españolas, entre ellos el consejero de Empresa, Santi Vila, que ha recibido las quejas y preocupaciones del sector empresarial, y el consejero de Justicia, Carles Mundó.

Ante la inminente declaración unilateral de Puigdemont, el vocero del gobierno español, Íñigo Méndez de Vigo, señaló que “no me sorprende que no venga, está claro que no quiere dialogar. Cuando uno no viene a los sitios es porque no quiere hablar, dialogar ni atender a los requerimientos" y esa es la actitud que se ha visto desde el principio en el presidente Puigdemont”.

Mientras que desde el PSOE ven con preocupación la nueva escalada de tensión y confirmaron que su apoyo al gobierno español en la defensa de la unidad territorial del país será inequívoca.

En el arco parlamentario español, el único partido que mantiene un apoyo cerrado al proyecto independentista es Unidos Podemos, su líder, Pablo Iglesias, cuestionó la decisión de Puigdemont: “Los partidos que defienden la independencia recibieron más del 47 por ciento de los votos en las elecciones de 2015 un resultado excelente, que les da derecho a gobernar en Catalunya, pero no a declarar la independencia. Además la movilización del 1 de octubre tampoco legitimaría una declaración de independencia”.