Maquinaria extrema de deportaciones de Trump

David Brooks
Foto: Ap
La Jornada Maya

Washington, Estados Unidos
Miércoles 22 de febrero, 2017

En esta capital, como en cientos de ciudades alrededor del país, cunde el temor provocado por el anuncio de las nuevas medidas antimigrantes anunciadas esta semana que ponen en riesgo a la abrumadora mayoría de los 11 millones de indocumentados en el país y sus familiares de ambos lados de la frontera, y mientras la nueva política no cuenta con el apoyo de la opinión pública y es condenada por políticos liberales, los principales medios nacionales y organizaciones de defensa de derechos de la comunidad más vulnerable de este país, se aconseja que cada quien tome precauciones en preparación para lo peor.

A pesar de que altos funcionarios del Departamento de Seguridad Interna, la dependencia encargada de asuntos de control migratorio y “seguridad” fronteriza, insisten en que las nuevas medidas no deben de generar “un clima de pánico” y que no se esperan redadas y deportaciones masivas, la política que presentaron el martes afirma textualmente que todo eso, y más, es posible.

El vocero de la Casa Blanca, Sean Spicer, también insistió el martes al comentar las nuevas medidas en que la nueva política no implica que habrá deportaciones masivas. Sin embargo recordó que “todos los que están aquí ilegalmente están sujetos a la remoción en cualquier momento”. Para defensores de derechos de inmigrantes como para varios medios esto es, en palabras de la comentarista Amy Davidson del [i]The New Yorker[/i], “un mandato, si no de deportaciones masivas, sí para incertidumbre y temor masivo”. Agrega que Trump, como siempre, busca intimidar a los más débiles y desprotegidos, concluyendo que “la pregunta es si los vecinos de los indocumentados los defenderán, o solo mirarán a otro lado”.

Por ahora, en las constantes marchas, manifestaciones y foros de protesta, entre lo más notable es la solidaridad naciente entre diversas comunidades de inmigrantes de todas partes del mundo y, aún más novedoso, con otros movimientos como el de mujeres, derechos gay, ambientalistas, sindicalistas y más. En estos actos, hay consignas ya clásicas de “no a la prohibición (anti musulmana), no al sur”, y “todos somos inmigrantes” en inglés, español y otros idiomas.

Más aún, algunos de los principales medios nacionales repudiaron la nueva política en sus editoriales de hoy. El [i]New York Times[/i], bajo la cabeza de “La fuerza de deportación del señor Trump es una afrenta a los valores estadunidenses”, denuncia que los memorandos que detallan el plan antimigrante son “insólitos porque dan marcha atrás y descomponen políticas migratorias sensatas, y por cómo pretenden volver a la maquinaria de deportaciones más extrema y espeluznante, sin mencionar cara, en detrimento de valores estadunidenses”. Acusa que “convierte en prioridad para la deportación a prácticamente cualquier persona que pueda ser deportada”.

El [i]Times [/i]concluye: “Kelly prometió antes de ser confirmado al cargo que sería responsable del cumplimiento de políticas que fueran defendibles. Pero los migrantes tienen razón en estar asustados por su posicionamiento repentino junto con el nativismo de Trump”.

El [i]Washington Post[/i] coincide, señalando que los memorandos “envían un mensaje de temor a través de muchas de las comunidades inmigrantes de Estados Unidos -no solo los 11.1 millones de inmigrantes no autorizados, sino sus parejas, hijos y otros familiares viviendo legalmente en Estados Unidos”. Agrega que en varias de las medidas, hay una “corriente de crueldad” ya que “dividirán familias y dañarán a gente que lleva vidas pacíficas”.

[i]USA Today[/i] opinó que “al grado que estas políticas imponen temor, dividen familias y dejan a menores a cargo de sus vidas, están mal pensadas e innecesariamente crueles”.

Por otro lado, la mayoría de los estadunidenses no apoya este tipo de medidas de detención y deportación. Una encuesta de [i]CBS News[/i] en enero registra que un 60 por ciento opina que a los indocumentados se les debería permitir residir en este país y buscar la ciudadanía. Otras encuestas recientes -Pew Research, CNN, Gallup y [i]Washington Post[/i], entre otras- registraron que entre el 72 al 88 por ciento de los estadunidenses apoya la legalización o hasta la ciudadanía sobre la deportación de indocumentados, recordó America’s Voice.

El coro de repudio de políticos locales, estatales y federales latinos, junto con colegas liberales, continua llamando por la resistencia. “La estrategia está basada en la hostilidad, venganza y la ficción de que millones de personas que han vivido aquí durante décadas abandonaran áreas del país donde ellos y sus hijos se sienten inseguros. Podría llamarse una estrategia de desgaste a través del terror, instituida en momentos en donde la migración ilegal es históricamente baja….”, declaró hoy el representante federal Luis Gutiérrez.

Vicki Gaubeca, directora de Centro Regional para Derechos Fronterizos de la Unión Americana de Libertades Civiles (ACLU), comentò hoy que la nueva política demuestra que el gobierno de Donald Trump “está dispuesto a pisotear los derechos al debido proceso, decencia humana y hasta revocar protecciones para niños. No somos un país que es mejor siendo gobernado por el temor, la confusión y la crueldad, y lucharemos contra esta políticas anti estadunidenses”.

Mientras tanto, organizaciones de inmigrantes, iglesias, grupos de defensa legal, medios latinos y más están realizando talleres e iniciativas de información popular para difundir información sobre los derechos básicos, aunque limitados, de los indocumentados y qué hacer si “la migra” llega a la casa, el trabajo o las calles. Por ahora, insisten activistas y organizadores, lo más urgente es prepararse para lo peor y, a la vez, hacer todo lo posible para batallar el temor detonado por el gobierno de Trump que está obligando a que la gente indocumentada retorne a las sombras de este país.