Pese a que la constitución de la República Popular Democrática de Corea señala que los ciudadanos tienen libertad de religión, desde el año 2016 la celebración de la Navidad está prohibida en Norcorea gracias a su líder, Kim Jong-un.
Ciudadanos de Corea del Norte no sólo no pueden festejar la Navidad, sino que tienen el deber de conmemorar el cumpleaños de Kim Jong-suk, abuela del líder supremo quien nació en Nochebuena.
El líder de Norcorea exige a sus ciudadanos que festejen a una guerrillera activista comunista, quien también es llamada Sagrada Madre de la Revolución.
En cambio, quienes desean festejar la Navidad deben hacerlo a escondidas y bajo el riesgo de ser arrestados y de nada sirve el artículo constitucional que garantiza el derecho a la libertad de religión porque no es posible llevar a cabo este tipo de celebraciones en público.
De hecho, la prohibición de Kim Jong-un aplica para cualquier reunión relacionada con consumo de alcohol o entretenimiento que se realice el 24 de diciembre.
Antes de la prohibición, los miles de religiosos que viven en ese país ya debían practicar su fe en secreto por la represión que existe por parte de las autoridades, quienes tienen el objetivo de garantizar que la única veneración de los ciudadanos sea la dinastía Kim.
Aquellos que realicen alguna celebración, ceremonia o ritual por la Navidad pueden enfrentarse a ser encarcelados o recibir sanciones más severas, las cuales son desconocidas porque las filtraciones de información son escasas.
Las excepciones a la prohibición sólo aplican en los sitios, como hoteles o restaurantes, donde sus visitantes suelen ser extranjeros.
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