Tailandia legaliza la mariguana, pero no recomienda fumar

Tailandia legalizó el cultivo y la posesión de mariguana a partir del jueves, como un sueño hecho realidad para una generación de fumadores de mariguana que envejece y recuerda la patada de la legendaria variedad Thai Stick.

El plan del ministro de salud pública para distribuir un millón de plántulas de mariguana, a partir del viernes, se ha sumado a la impresión de que Tailandia se está convirtiendo en un país de las maravillas de la mariguana.

La decisión de la Administración de Drogas y Alimentos de eliminar toda la planta de la categoría de estupefacientes convierte a Tailandia en la primera nación de Asia en despenalizar la mariguana para uso médico e industrial. Pero no está siguiendo los ejemplos de Uruguay y Canadá, los dos únicos países hasta ahora que han legalizado la mariguana recreativa a nivel nacional.

Hasta el momento, parece que no se hará ningún esfuerzo por vigilar lo que la gente puede cultivar y fumar en casa, aparte de registrarse para hacerlo y declarar que es con fines médicos.

Algunos defensores tailandeses celebraron el jueves comprando mariguana en un café que anteriormente se había limitado a vender productos elaborados con las partes de la planta que no drogan a las personas. La docena de personas que llegaron temprano al Highland Café pudieron elegir entre una variedad de cogollos con nombres como Sugarcane, Bubblegum, Purple Afghani y UFO.

“Puedo decirlo en voz alta, que soy fumador de cannabis. No necesito esconderme como en el pasado, cuando se tildaba de droga ilegal”, dijo Rittipong Bachkul, de 24 años, el primer cliente del día. La mariguana también se conoce como cannabis o ganja en Tailandia.

“En lo que concierne al gobierno, es su trabajo promover únicamente el uso médico. Pero está bastante claro que hemos llegado muy lejos y finalmente estamos legalizando su uso. El gobierno entiende que son más ventajas que desventajas”, dijo Rattapon Sanrak, copropietario del café y activista por la legalización desde hace mucho tiempo.

El país es conocido por su variedad Thai Stick, que lleva el nombre de la forma en que sus potentes flores se secan y se atan en palitos y es el origen de muchas cepas que ahora se cultivan en el extranjero.

El gobierno de Tailandia ha advertido que aquellos ansiosos por encender un cigarrillo por diversión pueden considerar que fumar en público aún podría considerarse una molestia, sujeto a una posible sentencia de cárcel de 3 meses y una multa de 25 mil baht  (780 dólares). Y los extractos de mariguana, como el aceite, siguen siendo ilegales si contienen más del 0.2 por ciento de tetrahidrocannabinol, o THC, la sustancia química que eleva a las personas.

Los turistas deben proceder con cautela hasta que las reglas se aclaren después de que se apruebe una nueva ley sobre el cannabis, dijo la profesora Sarana Sommano del Departamento de Ciencias de Plantas y Suelos de la Universidad de Chiang Mai.

“Todavía hay riesgos. El problema es que el cannabis ya no se considera un estupefaciente pero no hay reglamentos y normas ministeriales que regulen su uso”, dijo. “No se mencionan los límites de uso, las leyes de conducción bajo los efectos de las drogas. Esto podría ser un error por parte del gobierno al tratar de apresurar su política para complacer a los votantes sin realmente planificar los detalles y explicar al público lo que está sucediendo”.

Tailandia principalmente quiere causar sensación en el mercado de la mariguana medicinal. Ya tiene una industria de turismo médico bien desarrollada y su clima tropical es ideal para cultivar cannabis.

“Deberíamos saber cómo usar el cannabis”, dijo recientemente el ministro de Salud Pública, Anutin Charnvirakul, un promotor de la mariguana. “Si tenemos la conciencia adecuada, el cannabis es como el oro, algo valioso y debe promoverse”.

Algunos beneficiarios inmediatos del cambio son personas que han sido encarceladas por infringir la antigua ley.

“Desde nuestra perspectiva, un importante resultado positivo de los cambios legales es que al menos 4 mil personas encarceladas por delitos relacionados con el cannabis serán liberadas”, dijo Gloria Lai, directora regional de Asia del Consorcio Internacional de Políticas de Drogas, en una entrevista por correo electrónico.

“Las personas que enfrentan cargos relacionados con el cannabis los verán retirados, y el dinero y el cannabis incautados de personas acusadas de delitos relacionados con el cannabis serán devueltos a sus propietarios”, dijo. Su organización es una red de grupos cívicos de todo el mundo que abogan por políticas de drogas que incorporen los derechos humanos, la salud y el desarrollo.

Los beneficios económicos pronosticados están en el corazón de las reformas de la mariguana de Tailandia, proyectadas para impulsar todo, desde el ingreso nacional hasta los medios de vida de los pequeños agricultores. Pero existe la preocupación de si los beneficios se distribuirán equitativamente.

Uno de los temores es que las grandes corporaciones puedan beneficiarse injustamente de las reglamentaciones propuestas que involucran complicados procesos de concesión de licencias y costosas tarifas para el uso comercial que perjudicarían a los pequeños productores.

Taopiphop Limjittrakorn, legislador del partido de oposición Move Forward, dijo que, según algunas regulaciones propuestas, la industria del cannabis podría terminar siendo controlada por unas pocas grandes empresas, como es el caso de las bebidas alcohólicas. Su partido quiere que las leyes que se están redactando ahora aborden el problema.

Los pequeños operadores están ansiosos por ingresar al negocio de la mariguana.

En una calurosa tarde de domingo reciente en el distrito Sri Racha del este de Tailandia, Ittisug Hanjichan, propietario de la granja de cannabis Goldenleaf Hemp, dirigió su quinto curso de capacitación para 40 empresarios, agricultores y jubilados. Pagaron alrededor de 150 dólares cada uno para aprender consejos sobre cómo cortar las cubiertas de las semillas y cuidar las plantas para obtener rendimientos de calidad.

Uno de los asistentes fue Chanadech Sonboon, de 18 años, quien dijo que sus padres solían regañarlo por tratar de cultivar plantas de mariguana en secreto.

Dijo que su padre ha cambiado de opinión y ahora ve la mariguana como un medicamento en lugar de algo para abusar. La familia tiene una pequeña casa de familia y una cafetería y espera algún día proporcionar cannabis a sus huéspedes.

Edición: Ana Ordaz