El origen de las abejas es decenas de millones de años más antiguo que la mayoría de estimaciones anteriores y tuvo lugar en un antiguo supercontinente, según muestra un nuevo estudio.
Un equipo dirigido por investigadores de la Universidad Estatal de Washington (WSU) rastreó la genealogía de las abejas hace más de 120 millones de años hasta Gondwana, que incluía los continentes actuales de África y América del Sur.
En un estudio que propone una nueva historia evolutiva de las abejas, los investigadores encontraron evidencia de que las abejas se originaron antes, se diversificaron más rápido y se extendieron más de lo que muchos científicos sospechaban anteriormente. Publicaron sus hallazgos en la revista Current Biology.
Trabajando con colaboradores en todos los continentes, el estudio secuenció y comparó genes de más de 200 especies de abejas. Los compararon con rasgos de 185 fósiles de abejas diferentes, así como con especies extintas, desarrollando una historia evolutiva y modelos genealógicos para la distribución histórica de las abejas.
"Esta es la primera vez que tenemos datos amplios a escala del genoma para las siete familias de abejas", dijo la coautora Elizabeth Murray, profesora asistente de entomología de WSU.
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Investigaciones anteriores establecieron que las primeras abejas probablemente evolucionaron de avispas, pasando de depredadores a recolectores de néctar y polen.
Este estudio muestra que surgieron en regiones áridas del oeste de Gondwana durante el período Cretácico temprano. "Por primera vez, tenemos evidencia estadística de que las abejas se originaron en Gondwana", dijo Bossert. "Ahora sabemos que las abejas son originalmente insectos del hemisferio sur".
Los investigadores encontraron evidencia de que a medida que se formaban los nuevos continentes, las abejas se movían hacia el norte, diversificándose y propagándose en asociación paralela con las angiospermas, las plantas con flores. Más tarde, colonizaron India y Australia.
Todas las principales familias de abejas parecieron separarse antes de los albores del período Terciario, hace 65 millones de años, la era en la que se extinguieron los dinosaurios.
Las regiones tropicales del hemisferio occidental tienen una flora excepcionalmente rica, y esa diversidad puede deberse a su larga asociación con las abejas, señalaron los autores.
Una cuarta parte de todas las plantas con flores pertenecen a la gran y diversa familia de las rosáceas, que constituyen una parte importante de las plantas hospedantes tropicales y templadas para las abejas.
El equipo planea continuar con sus esfuerzos, secuenciando y estudiando la genética y la historia de más especies de abejas. Sus hallazgos son un primer paso útil para revelar cómo las abejas y las plantas con flores evolucionaron juntas.
Comprender cómo las abejas se propagan y llenan sus nichos ecológicos modernos también podría ayudar a mantener saludables a las poblaciones de polinizadores.
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