Internacional > Sociedad
Ap
30/12/2024 | París, Francia
El ex marido de Gisèle Pelicot no apelará su sentencia de 20 años de prisión por drogarla y violarla y permitir que docenas de otros hombres la violaran mientras estaba inconsciente, en un caso que conmocionó a Francia, dijo su abogado el lunes.
Dominique Pelicot quiere ahorrarle a su ex mujer un “nuevo calvario”: un nuevo proceso, declaró su abogada Béatrice Zavarro en una entrevista con la cadena France Info.
Dijo que 17 de los otros 50 hombres también declarados culpables este mes decidieron apelar sus sentencias después de un juicio de más de tres meses que convirtió a Gisèle Pelicot, de 72 años, en un ícono contra la violencia sexual .
El tribunal de la ciudad de Aviñón, en el sur de Francia, dictó sentencias de entre tres y 15 años de prisión para los 50 hombres declarados culpables de violación, intento de violación y agresión sexual contra Gisèle Pelicot durante casi una década de abusos impactantes orquestados por su entonces marido e infligidos a ella sin saberlo.
El tribunal declaró a Dominique Pelicot culpable de violación y de todos los demás cargos que pesan contra él y lo condenó a 20 años de prisión, el máximo posible. A sus 72 años, podría pasar el resto de su vida entre rejas. No podrá solicitar la libertad anticipada hasta que haya cumplido al menos dos tercios de la condena.
Zavarro, su abogado, dijo: “Cree que se debe pasar página judicial y que este capítulo debe darse por cerrado”.
El tribunal de apelaciones de la ciudad sureña de Nimes dijo en un comunicado que se espera que el juicio de apelación tenga lugar en el último tercio de 2025. Confirmó que 17 de los condenados presentaron apelaciones antes de la fecha límite del lunes por la noche.
El juicio desencadenó una reflexión nacional sobre la lacra de la cultura de la violación. Dominique Pelicot roció la comida y la bebida de su esposa con tranquilizantes para dejarla inconsciente. Luego invitó a desconocidos que conoció por Internet a participar en sórdidas fantasías de violación y abuso que representó con ellos y filmó en la residencia de ancianos de la pareja en la pequeña ciudad provenzal de Mazan y en otros lugares.
El coraje de Gisèle Pelicot durante el duro juicio y la terrible experiencia que sufrió la trabajadora jubilada de una compañía eléctrica en lo que ella creía que era un matrimonio amoroso, galvanizó a los activistas y desencadenó pedidos de medidas más duras para erradicar la cultura de la violación.
Ella renunció a su derecho al anonimato como sobreviviente de abuso sexual y presionó con éxito para que las audiencias y las pruebas, incluidos los videos caseros de su ex marido, se escucharan en tribunal abierto, insistiendo en que la vergüenza debería recaer sobre sus abusadores, no sobre ella.
Edición: Fernando Sierra
