Sputnik, Afp, Dpa, Ap y Xinhua
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La Jornada
Moscú.
2 de noviembre, 2015
El avión ruso con 224 pasajeros que se estrelló el sábado en la península del Sinaí 23 minutos después de haber despegado del balneario Sharm el Sheij, con dirección a San Petersburgo, se despedazó en el aire antes de tocar tierra, explicó Viktor Sorotchenko, director del Comité Intergubernamental de Aviación de Rusia. Mientras, persisten las especulaciones respecto de que pudo haber sido derribado por la Provincia del Sinaí, una rama del Estado Islámico (EI).
Miles de personas rindieron homenaje a las víctimas de la aeronave, un Airbus A321 de la aerolínea Metrojet. Toda Rusia se encuentra de luto.
La destrucción sucedió en el aire, los fragmentos del avión se esparcieron en una superficie de unos 20 kilómetros cuadrados, informó Sorotchenko, y subrayó que es prematuro sacar conclusiones sobre las causas del accidente.
El jefe de la agencia rusa de transporte aéreo (Rosaviatsia), Alexandr Neradko, confirmó a la cadena de televisión Rossiya 24 que todos los indicios apuntan a que el avión se desintegró en el aire a gran altura, y explicó que las cajas negras aún no han sido analizadas, ya que los expertos dedicaron el día a revisar el lugar del siniestro.
Una bomba o falla en el sistema eléctrico, posibles causas
El máximo experto de aviación en Rusia, Alexander Fridlyand, quien dirige el centro de aviación en Moscú, declaró por televisión este domingo que una rápida caída desde gran altura podría indicar que una bomba estalló en el compartimento del equipaje. Otra posibilidad sería un mal funcionamiento del sistema eléctrico, que podría haber causado un incendio a bordo, o el apagado de las dos turbinas del aparato.
El presidente egipcio, Abdel Fatah Sisi, pidió esperar los resultados de la investigación sobre las causas del accidente que el sábado reivindicó el EI, en represalia por los muertos ocasionados por los bombardeos de aviones rusos en Siria, lo que muchos expertos ponen en duda.
El gobierno ruso descartó que el accidente haya sido provocado por la rama egipcia del Estado Islámico que se hace llamar Provincia del Sinaí. Esta organización afirmó el sábado que derribó el avión (sin precisar detalles) en represalia por los bombardeos rusos en Siria.
Este grupo es muy activo en la provincia del Norte-Sinaí, su principal bastión, donde casi a diario comete atentados que han dejado muchas víctimas entre miembros del ejército y la policía.
Rusia, aliada del presidente sirio Bashar al Assad, lanzó el 30 de septiembre ataques aéreos contra el EI.
El ministro ruso de Transportes, Maxine Sokolov, aseguró que los egipcios no disponían de ninguna información que confirmara estas insinuaciones.
A su vez, el primer ministro egipcio, Sharif Ismail, también cree más probable la tesis del accidente, ya que los cohetes o misiles de los que dispone el EI no pueden alcanzar un avión a 30 mil pies (unos 9 mil metros de altura).
Mark Rosenker, ex presidente de la oficina de seguridad en el transporte de Estados Unidos, explicó que el siniestro pudo deberse a la pérdida de presión o al colapso de la estructura del aparato; en realidad hay muchas causas que podrían haber provocado este accidente. Añadió que el análisis de las cajas negras tardará entre uno o dos días.
Este domingo Sokolov y un equipo de investigadores de alto nivel llegaron a El Cairo para ayudar a las autoridades egipcias a determinar las causas de la caída del avión y se trasladaron a la región montañosa de Al Hasana, lugar de la tragedia.
El ministerio ruso de Situaciones de Emergencia anunció que usaría drones (aviones no tripulados) para rastrear la zona. Además, Rusia abrió una investigación y registró las oficinas de la compañía aérea Metrojet (legalmente registrada como Kogalymavia) y del operador turístico.
También llegaron a Egipto elementos de la agencia de investigación de accidentes de Francia y de Alemania, algo habitual en los siniestros que implican aparatos Airbus.
El presidente de Rusia, Vladimir Putin, declaró este domingo día de luto nacional y las banderas ondearon a media asta en los edificios oficiales.
En San Petersburgo, miles de personas se reunieron en la plaza central y ante el Palacio de Invierno soltaron 224 globos blancos, que se elevaron en honor de cada una de las personas que viajaban en el avión.
Pese a la lluvia, al acto acudieron muchas familias que al final guardaron un minuto de silencio.
En la catedral de Nuestra Señora de Kazán se ofició una misa por las víctimas. Simultáneamente, cientos de personas acudieron a los aeropuertos de San Petersburgo y Moscú para colocar flores y veladoras en recuerdo de los fallecidos.
De los 224 pasajeros, 17 eran menores, entre ellos una bebé de 10 meses llamada Darina Gromova, cuya foto ha circulado por las redes sociales.
Hasta el cierre de esta edición habían sido encontrados 187 cadáveres y numerosos restos humanos que fueron enviados este domingo a Rusia, donde serán identificados mediante pruebas genéticas y posteriormente entregados a sus familiares.
El gobernador de San Petersburgo, Georgy Poltavchenko, anunció que indemnizará a las familias de todas las víctimas sin importar si eran residentes o no de nuestra ciudad.
El avión despegó el sábado en la madrugada del balneario Sharm el Sheij con destino a San Petersburgo y al cabo de 23 minutos de vuelo se perdió contacto con la aeronave, cuando volaba a unos 30 mil pies de altura.
Varias aerolíneas como Air France, Lufthansa y Emirates anunciaron que dejarán de sobrevolar la península del Sinaí hasta que concluya la investigación.
Las autoridades aéreas de Rusia suspendieron las operaciones de los Airbus A321 de Metrojet hasta este lunes como medida de seguridad.
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