Preocupa a CIDH que emergencia sanitaria derive en crisis de derechos

Emir Olivares Alonso
 

En el contexto de la pandemia de COVID-19 en el mundo, la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) está preocupada porque en la región esta crisis sanitaria se convierta en una crisis de derechos humanos.

Así lo expresó este lunes el presidente de ese organismo internacional, Joel Hernández García, quien alertó que 11 de los 35 países de la región han adoptado en lo administrativo o legislativo medidas contra el COVID-19 con las que se suspenden derechos o garantías de la ciudadanía, aunque al margen de eso, en el resto naciones también han recurrido a ese tipo de estrategias, aunque no declaradas oficialmente.

“Nos preocupa que estas limitaciones de derechos no se conviertan en abusos de autoridad. Estas medidas restrictivas no son contrarias al derecho internacional de los derechos humanos, pueden ser legítimas y legales, pero para que lo sean deben estar ajustadas a estándares de legalidad, proporcionalidad y temporalidad”, subrayó el presidente de la CIDH durante una conferencia magistral virtual convocada por la organización México Justo, que es presidida por el ministro en retiro de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, Genaro Góngora Pimentel.

En su conferencia magistral, titulada El papel de la CIDH en la defensa de los derechos humanos frente al COVID-19, Hernández García indicó que los Estados se han visto orillados a limitar y afectar algunas garantías, como los derechos sociales, económicos y culturales, en el marco de las acciones que han emprendido para preservar los derechos a la vida, la salud y la integridad de la población, en medio de esta inédita crisis global.

Ante ello, dijo, la CIDH ha velado y recomendado a las naciones, a través de varios documentos emitidos el año pasado, que toda política para atender la pandemia sea respetuosa del marco de los derechos humanos previsto en el derecho internacional, y sobre esa base que cada una de las estrategias emprendidas tengan como centro a las personas y que velen por su salud, vida e integridad.

Los sectores más vulnerables que ha detectado el organismo interamericano, afirmó, son las personas mayores; niños, niñas y adolescentes; mujeres y mujeres embarazadas, migrantes, personas privadas de la libertad, comunidades indígenas, integrantes de la comunidad LGBTTTI, afrodescendientes y discapacitados.

Resaltó que los derechos fundamentales afectados en todo el mundo por las medidas para mitigar el COVID-19 son el de reunión, movilidad, al trabajo, entre otros; los cuales han tenido un severo impacto en el continente por diferentes circunstancias como la gran desigualdad persistente en la región.

“América es la región más desigual del planeta, con profundas brechas sociales, pobreza y pobreza extrema como problemas transversales; altas tasas de informalidad laboral, ingresos y trabajos precarios, lo que hacen más preocupante el impacto socioeconómico del COVID-19. Esto hace que a muchas personas se les dificulte tomar medidas de prevención, como el confinamiento, sobre todo cuando afectan a grupos de especial vulnerabilidad”, enfatizó.

Agregó que en la región se presentan altos índices de violencia de género, por raza o etnia, pero que en esta crisis sanitaria el número de denuncias por el primer tipo, incluidos feminicidios, se ha incrementado alarmantemente, lo que debe ser atendido por los gobiernos.

Aunado a ello, indicó, la CIDH ha detectado que prevelecen la grave crisis penitenciara en las naciones de la región y el fenómeno migratorio, los cuales requieren una mirada especial en el marco del COVID-19.

Edición: Mirna Abreu