Apoyo a caso Petrobras

Texto: Afp
Foto: Ap
La Jornada Maya

Río de Janeiro, Brasil
Domingo 4 de diciembre, 2016

Miles de brasileños marchaban este domingo para protestar contra la corrupción política y en apoyo a los investigadores del emblemático caso Petrobras, en momentos en que el país vive un crudo enfrentamiento entre el Congreso y el poder judicial.

Con epicentro en Río de Janeiro y Brasilia, los manifestantes convocados por muchas de las organizaciones que apoyaron la destitución de la presidenta izquierdista Dilma Rousseff salieron desde temprano a las calles, en un reclamo que se extiende por decenas de ciudades.

"Operación Lava Jato, defendida por el pueblo", decía un cartel portado por un manifestante en Río de Janeiro, que resumía el reclamo central: proteger la investigación que reveló un esquema de desvíos multimillonarios de la petrolera estatal hacia la política.

En Brasilia, unas 5 mil personas se reunieron frente al Congreso, según informó la Secretaría de Seguridad, y colocaron paneles flotantes con ratas dibujadas sobre las grandes piletas que anteceden a la entrada principal del edificio.

Una pancarta con la leyenda "Fuera Renan" decoraba un camión desde donde los organizadores arengaban a los manifestantes, mayormente vestidos con las camisetas amarillas de la selección de fútbol.

Renan Calheiros, el poderoso presidente del Senado, fue el blanco principal de los ataques. Aliado clave de Temer y miembro de su partido, el PMDB, enfrenta una docena de investigaciones, varias de ellas ligadas a la red de sobornos de Petrobras.

"Es hora de que pague. Queremos limpiar esta banda de ladrones, queremos limpiar a Brasil, queremos un Brasil nuevo", dijo Emilia Duarte, una asesora de empresas de 56 años que sostenía un pequeño muñeco inflado con la imagen del juez Sergio Moro ataviado de superhéroe. El joven magistrado de Curitiba devino en un emblema de la batalla contra la corrupción luego de que sus fallos enviaran a prisión a encumbrados empresarios y a importantes figuras políticas.

Imágenes de televisión y de medios locales registraron actos en muchas otras ciudades, como Belo Horizonte (sudeste), Recife, Salvador (nordeste) y Sao Paulo (sudeste), usualmente centro de las manifestaciones en Brasil, que tendrá la movilización principal por la tarde.

[b]Lucha de poderes[/b]

La crisis política que vive Brasil y que llevó al impeachment de Rousseff y su reemplazo por un gobierno conservador encabezado por su ex vicepresidente Michel Temer tuvo un nuevo capítulo esta semana, cuando la Cámara de Diputados alteró profundamente un paquete anticorrupción enviado por los fiscales de la Operación Lava Jato (lavadero de autos), como se conoce a la causa Petrobras, que tenía el apoyo de más de dos millones de firmas.

En una votación realizada durante la madrugada, los diputados incluyeron una enmienda que permite incriminar a los propios investigadores que habían elaborado el proyecto. Esa decisión llevó al equipo de procuradores a amenazar con renunciar, y casi en simultáneo Calheiros intentó que el Senado lo votara en forma urgente, desatando la furia de muchos brasileños que golpearon sus cacerolas en señal de protesta.

"Es la primera vez que la gente está marchando junta. Esperamos que se unan todas las facciones y las divisiones ideológicas", dijo Sergio Giacomo, un profesor universitario de 50 años en Río de Janeiro.

Muchos pidieron también la eliminación de los fueros privilegiados, que impiden que políticos con cargos vigentes sean juzgados por la justicia ordinaria. Sus casos son remitidos la corte suprema, donde suelen tramitarse más lentamente.

"Aquí hay obreros, choferes de bus, maestros. Trabajadores que estamos hartos con la institucionalización de la corrupción en nuestro país", apuntó Joana Darc, también profesora, de 51 años, que marchaba en la avenida que bordea la costa marina de la ciudad.

El dique de leyes que busca montar el Congreso para limitar las acciones del poder judicial coincide con la firma de un acuerdo de "delación premiada" entre las autoridades y el grupo de ingeniería Odebrecht, que jugó un rol central en la confabulación política-empresarial de Petrobras y que aportaría muchos nombres nuevos a la lista de sospechosos.

El pacto suscripto prevé una reducción de las condenas de los involucrados a cambio de información sobre el caso.