Mujeres, principales víctimas

Notimex
Foto: [i]Mi padre Baryshnikov[/i], de Dimitri Povolosky (Rusia, 2012)
La Jornada Maya

Washington
Miércoles 23 de noviembre, 2016

Con un alto costo humano que se manifiesta a diario, la violencia doméstica en Estados Unidos es considerada una crisis de salud pública que afecta en especial a las mujeres con repercusiones en su salud, su autonomía sexual y reproductiva.

Mientras gran parte de las estadunidenses han experimentado formas de violencia por parte de una pareja íntima, casi la mitad han padecido agresiones psicológicas y casi una de cada cuatro ha sido objeto de violencia física grave y una de cada diez ha sido violada.

De acuerdo con el Instituto Guttmacher, organización estadunidense no lucrativa de investigación y promoción, un tercio de todas las mujeres asesinadas en Estados Unidos han muerto a manos de un compañero masculino actual o anterior.

El instituto indicó que las estimaciones más recientes sobre los costos públicos asociados con este grave fenómeno social superan los ocho mil millones de dólares anuales, incluidos más de mil millones de dólares asociados con pérdidas de vidas.

Según la Oficina sobre la Violencia contra la Mujer del Departamento de Justicia, la violencia doméstica puede incluir abuso físico, sexual, emocional y económico.

En Estados Unidos cada minuto, veinte personas son víctimas de violencia doméstica a manos de su pareja, incluyendo mujeres, de acuerdo con los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC por sus siglas en inglés).

Cada día, tres o más mujeres son asesinadas en promedio por sus novios o esposos, según la Asociación Estadunidense de Psicología, y cada mes la Línea Nacional de Violencia Doméstica recibe un promedio de 23 mil 500 llamadas telefónicas.

A pesar de que entre 1994 y 2011, las tasas de violencia grave contra mujeres a manos de sus parejas íntimas cayeron 72 por ciento, según cifras oficiales, cada año más de 10 millones de mujeres y hombres son víctimas de violencia de pareja, de acuerdo con los CDC.

La incidencia de la violencia armada en este ámbito resulta significativa. Según un estudio de la agrupación partidista Center for American Progress, más de la mitad de las mujeres asesinadas por parejas íntimas entre 2001 y 2012 fueron muertas con arma de fuego.

Las cifras de que se disponen mostraron que la respuesta oficial parece ser limitada. De acuerdo con la Oficina de Estadísticas Judiciales del Departamento de Justicia, en 2014 apenas 28 por ciento de las víctimas recibió alguna asistencia de una agencia de servicios.

En 1994 el entonces presidente Bill Clinton firmó la Ley en contra de la Violencia hacia la Mujer, que debe ser renovada cada cinco años.

Al amparo de esa ley fueron creadas la Oficina de Políticas de Violencia contra la Mujer y la Oficina de Subvenciones de Violencia contra las Mujeres, ahora Oficina de Violencia contra la Mujer del Departamento de Justicia.

En octubre de 2000, la ley fue ampliada por Clinton con nuevas disposiciones que incluyeron Ley de Protección a las Víctimas de Trata y medidas ampliadas para las mujeres inmigrantes maltratadas.

El presidente George W. Bush reautorizó en 2006 la Ley de la Violencia contra las Mujeres y del Departamento de Justicia de 2005, incluyendo disposiciones para responder a la violencia contra mujeres nativas americanas y el uso de huellas dactilares de ADN.

En marzo de 2013 el presidente Barack Obama reautorizó la Ley en contra de la Violencia hacia las Mujeres con nuevas disposiciones que ampliaron su alcance.

Las nuevas disposiciones abordan las necesidades de las mujeres inmigrantes indocumentadas, mujeres nativas estadunidenses, la comunidad LGBT y la violencia en las citas entre adolescentes, y reautorizó la Ley de Protección a las Víctimas de la Trata.